La enfermera de Santurtzi acusada de no vacunar a bebés se niega a declarar ante el juez
Se le investiga por un delito contra la salud pública, falsedad documental y malversación de caudales
Maribel, la enfermera pediátrica de Santurtzi que supuestamente no vacunaba a sus pacientes, se ha acogido a su derecho de no declarar este viernes por ... la mañana en el Juzgado de Instrucción de Barakaldo. No ha respondido a las preguntas del juez, ni a las de la acusación, ni a las de su abogado. Está acusada de falsedad documental por anotar vacunas no inoculadas en la historia clínica, de malversación de caudales por desperdiciar los sueros y de un delito contra la salud pública.
Quien sí ha declarado como testigo ha sido una doctora de Osakidetza experta en vacunación. «Ha descrito el proceso en el que se percataron de que esta enfermera no vacunaba a sus pacientes. En un principio pensaban que habían recibido un lote de inyecciones en mal estado, este supuesto es el último que imaginaban», ha declarado a la salida del juzgado Aitzol Asla, el abogado de las 42 familias que han interpuesto una denuncia contra esta sanitaria.
En total son 404 los casos que están bajo sospecha de no haber recibido las inyecciones que les correspondían. Osakidetza les realizó una prueba serológica para comprobar si presentaban anticuerpos de las vacunas inoculadas. En una primera fase se centraron en la de la triple vírica, que protege frente a los virus de la rubéola, el sarampión y la parotiditis. Parte de los críos que carecían de anticuerpos específicos fueron vacunados de nuevo de los preparados que la enfermera supuestamente no les administró.
El abogado de las familias ha asegurado que esperan poder incluir como prueba la información sobre estos 404 casos. Esto podría retrasar la decisión de la jueza sobre si abrir o no un juicio oral contra esta enfermera. Por otro lado, Asla descarta interponer también la demanda contra Osakidetza, aunque señala, en términos genéricos, que «siempre que un empleado hace algo mal, la empresa en la que trabaja tiene una responsabilidad».
Apartada del servicio
La investigación arrancó después de que varias familias presentasen una serie de quejas en las que trasladaban el extraño comportamiento de la sanitaria. Según explicaron los progenitores, esta mujer hacía el gesto de la vacunación de forma «muy rápida» y, aunque pinchaba a los niños -lloraban y «les quedaba la marca»-, arrojaba luego de forma precipitada la jeringuilla a la basura. Después de que las pruebas serológicas de Osakidetza concluyeran que los pacientes no presentaban anticuerpos, apartó a la enfermera del servicio y le abrió un expediente.
En una conversación con EL CORREO, Maribel, la enfermera expedientada, negó que no les vacunase. «Les puse lo que tenía que ponerles», aseguró, y precisó que sólo había tenido problemas con un puñado de familias a las que no les gustaban las cosas que ella les decía durante las consultas en relación a los alimentos y los tratamientos «naturales».
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