Salarios, IPC, PIB y cosas así
Ignacio Marco-Gardoqui
Martes, 11 de abril 2017, 02:06
Vaya por delante que estoy completamente de acuerdo con ELA a la hora de elegir el benchmark con el que nos debemos comparar, y mirar ... al norte en lugar de al sur. Si somos los mejores, es obvio que debemos compararnos con nuestros iguales, los también mejores. Pero quizás deberíamos hacerlo en todos los conceptos, porque si nos contentamos con la comparación salarial igual terminamos obteniendo conclusiones erróneas. Para evitarlas, deberíamos comparar también productividades, competitividad, niveles formativos, tasas de absentismo y varias cosas así. Porque no cabe duda de que para cobrar como ellos, de manera sostenible, no es necesario ser los más bravos, sino los primeros en el desempeño.
Luego, el sindicato ELA hace otras comparaciones con las que resulta más difícil estar de acuerdo. Por ejemplo, poner en común los salarios con los precios es algo que, obviamente, interesa y preocupa a quienes cobran los primeros y padecen los segundos. Pero a la empresa lo que le afecta es el precio de sus suministros. Es decir, para que los salarios sean sostenibles en el tiempo no deben de compararse con el IPC general, sino con la productividad particular. Un concepto que es tan difícil de aceptar como de obviar.
Luego esta su participación en el PIB. El Producto Interior Bruto se compone de alguna cosa más que de salarios, pero no hay duda de que poner en relación a los salarios con él es interesante e impacta. Lo que sucede es que si nos quedamos ahí, extraeremos fácilmente la conclusión de que es el beneficio de la empresa quien se ha quedado con los miles de millones que, al parecer, han perdido todos los trabajadores (es decir, incluidos entre ellos similares a Ana Patricia Botín o Francisco Gonzalez) y no la clase trabajadora, que da la impresión de incluir solo a los afiliados a su sindicato.
Pero, si eso es cierto, el Impuesto sobre Sociedades debería haberlo reflejado y no es así. ELA dirá que es por culpa de las deducciones y que se lo llevan los empresarios, pero entonces aparecerían en el Impuesto de la Renta o en el Patrimonio, que tampoco parece el caso. Entonces, ¿quién se ha llevado tanto dinero? Alguien debería hacernos la caridad de sacarnos de la ignorancia.
Por último, el informe contiene muchas cosas interesantes, como la comparación entre los salarios pagados en el sector público y en el privado, con clara e inexplicable ventaja para los primeros. Las condiciones de trabajo y la seguridad en el empleo deberían reflejarse en el salario y no se hace. Eso sí sé por qué sucede, pero no me atrevo a decírselo. Ademas, seguro que usted también lo sabe...
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