«Queremos impulsar un fondo para tomar participaciones en grandes empresas»
Cree que es necesario influir para garantizar el arraigo de los centros de decisión de algunas compañías estratégicas
Manu Alvarez
Sábado, 24 de diciembre 2016, 02:51
Era una de las fijas en todas las quinielas que se hacían sobre la composición del nuevo gabinete del lehendakari Urkullu, porque había desempeñado a ... la perfección la misión de dar visibilidad a la apuesta industrial del Gobierno. Su carácter firme, de dama de hierro, ha proyectado también una imagen de seriedad y rigor en un departamento del Gobierno tradicionalmente bizcochable. Es algo así como el punto de peregrinación de la colectividad empresarial en busca de ayudas, no siempre suficientemente justificadas. Está convencida de que la legislatura que ahora se inicia será más floreciente en la industria vasca, también de que el Ejecutivo destinará recursos adicionales a áreas que son claves como la internacionalización o la innovación, y quiere pasar a la acción en una vertiente realmente necesaria: movilizar fondos, públicoS y privados, para poder influir en algunas grandes compañías y evitar la hipotética deslocalización de los centros de decisión.
Vamos con la bola de cristal. ¿Cómo serán los próximos cuatro años en la industria vasca?
Estoy convencida de que va a ir bien, pero el camino no estará exento de dificultades. Digamos que no esperamos grandes sustos, pero sí dificultades. Pero es que siempre las hay.
¿Hay un retrato robot de esas empresas que pueden entrar en problemas?
Aquellas que no hayan hecho una apuesta decidida por la internacionalización, por la innovación; y también las que no tengan un modelo de gestión avanzado.
Invertir e influir
El consejero de Hacienda, refiriéndose a Kutxabank, decía días atrás que es necesario mantener instrumentos de inversión en empresas estratégicas. ¿Coincide con la idea?
Sin duda. Le diré que en el Gobierno hemos comenzado a trabajar en la idea de crear un fondo, mezcla de capital público y privado, que camine precisamente en esa dirección. En la actualidad tenemos un fondo de capital riesgo y el Ekarpen para grandes empresas. Pero cuando te enfrentas a una sociedad cotizada, que quiere hacer una ampliación de capital para seguir creciendo, ahí nos faltaba un instrumento adecuado.
¿Cuál es el objetivo último de una operación de ese tipo?
Hay varios. Puede ser sustituir a Kutxabank en algunas de sus participaciones, aunque creo que las fundaciones bancarias deberían tomar el protagonismo ahí. También, como le he dicho, acudir a una ampliación de capital de una empresa, pongamos por ejemplo Tubacex, que quiera crecer. Si hubiéramos tenido un instrumento así, ¿podíamos haber estado en una situación diferente ante la operación de Siemens y Gamesa? ¿En la de ITP y Rolls? Quizá no hubiésemos podido hacer nada, pero quizá sí. En determinados momentos es bueno tener capacidad de influencia.
Entonces, no sólo se trata de financiar, sino de preservar el centro de decisión.
Sin duda, por supuesto. Es importantísimo.
¿Vale la fórmula que ha propuesto la Diputación de Bizkaia para captar el dinero? ¿Una compensación por la vía fiscal?
Puede valer, pero lo tenemos que estudiar. Vamos a verlo, porque tiene también implicaciones en la recaudación y eso se debe evaluar.
Pero si la gestión es pública, puede levantar muchas suspicacias respecto a las inversiones.
La gestión debe ser privada y profesional. No puede haber dudas sobre ello.
Se refería usted a las fundaciones bancarias. ¿Ha llegado el momento de que comiencen a invertir en empresas?
Ya se acaba de anunciar una operación, en el caso de CAF, y efectivamente son un buen instrumento. Tenemos que fijarnos en lo que han hecho en Cataluña con Criteria, porque es un modelo a seguir. Reforzar el dividendo que reciban de Kutxabank con otros rendimientos garantizará que podrán hacer más obra social.
Más economía
En esta legislatura, ¿su departamento dejará de ser el comodín para realizar los ajustes de gasto?
«En el TAV seguimos hablando de los mismos problemas que en 2007»
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Ha asumido la responsabilidad en el área de infraestructuras. No es del todo nuevo para usted, porque ya fue viceconsejera de Transportes. ¿Cómo ha encontrado el tema del Tren de Alta Velocidad después de tantos años?
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Tengo la sensación del día de la marmota.
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Una buena referencia. ¿Por qué exactamente?
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Porque es como volver a vivir exactamente lo mismo que entonces. Aunque han pasado diez años, seguimos hablando de las mismas cosas, de los mismos problemas. El acceso a las ciudades, el nudo de Bergara, la conexión con Iparralde... Y todo sigue en el mismo sitio, no se ha movido prácticamente nada durante todos estos años.
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Tras su entrevista con el ministro De la Serna, ¿es optimista sobre la posibilidad de ampliar la encomienda de gestión y que el Gobierno vasco asuma más responsabilidades en la construcción del trazado?
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Teniendo en cuenta las formas en las que transcurrió la reunión, así como los compromisos que adquirió el ministro, al menos ahora conocemos que existe voluntad de explorar esta opción. Pero la ampliación de la encomienda y la decisión de establecer una u otra fórmula de financiación corresponde también al consejero Azpiazu y al ministro Montoro, y me consta que este tema forma parte de sus agendas. Por lo tanto, la propuesta de ampliarla es una cuestión que vamos a trabajar. Ahora bien, lo he dicho y lo reitero, lo que importa no es que el Gobierno vasco asuma un mayor número de tramos de obra, sino que de verdad las obras se agilicen y evitemos mayor demora de la que se viene acumulando.
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Parece claro que estos acuerdos sólo se consiguen cuando el partido que gobierna necesita los votos del PNV en el Congreso.
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Es algo indiscutible. A finales de 2005 tuve la suerte de participar junto a la consejera López de Guereñu en la negociación de la encomienda de gestión. En ese momento la ministra Magdalena Álvarez fue muy contundente, al decirnos que no estaba dispuesta. Era un «no y no». Bien, pues fue «sí» y se firmó a principios de 2016.
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Existe una coincidencia plena en que la gestión del Gobierno vasco, en la parte que tenía encomendada, ha sido buena. ¿Por qué es buena la del Ejecutivo de Vitoria y no tanto la de Adif?
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Porque adelantamos el dinero y eso garantiza una mejor financiación. La apuesta de los Presupuestos del Estado cada vez ha sido menor y si no hay dinero, no hay obra.
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Hay una leyenda que hace referencia a la coincidencia entre el lugar de procedencia del ministro de Fomento y los nuevos trazados. ¿Qué hay de cierto?
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En eso me siento maltratada, porque es rigurosamente cierto. Y no sólo del ministro, sino también del secretario de Estado de turno. ¿Cómo es posible si no que se le haya dado prioridad al trazado Madrid-Huesca?
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¿Se anim a dar una fecha para ver el trazado vasco funcionando?
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La estimación es 2019... pero tengo mis dudas. Cuando yo dejé el Departamento de Transportes en 2007 se hablaba entonces de su inauguración en 2013. Ya ve... lo de los retrasos es algo histórico.
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¿Y la conexión con la Meseta?
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Eso lo veo peor. No creo que antes de 2025.
Hemos pasado unos años difíciles y la obligación del Gobierno era que en la salida de la crisis saliésemos todos juntos, sin dejar a alguien tirado en la cuneta. Ahora, en un clima de recuperación, vamos a hacer un esfuerzo especial en programas de innovación e internacionalización. El objetivo es incentivar a la iniciativa privada. El lehendakari ya ha dicho que vamos a poner un acento especial en la economía.
Quisiera sondear su opinión sobre la situación de algunas empresas que han sido noticia en el último año. ¿Cómo ve el futuro de la ACB de Sestao?
Lo veo bien. Va a incrementar la producción a corto plazo y la empresa se ha comprometido a desarrollar nuevos productos. Soy optimista.
Para no salirnos de la misma multinacional, ArcelorMittal, ¿cree que la oferta que tienen sobre la planta de Zumárraga puede fructificar?
Ahí hay un proyecto, es cierto. En este caso la empresa también nos ha garantizado que va a estudiar con seriedad la propuesta que ya tiene sobre la mesa. Estoy seguro de que lo harán, aunque también nos han advertido que antes quieren dejar completamente clarificado lo que sucederá con la plantilla. Aún hay un desacuerdo con los trabajadores que aceptaron trasladarse a otras plantas del grupo y hay un procedimiento judicial de por medio.
Vicrila, ¿es un vidrio roto?
Hay que darle una vuelta, pero creo que tiene futuro. Nos parece que hay una oferta que puede resultar interesante, aunque no sabemos si va a ser aceptada.
¿Cuál es la mejor opción? ¿Un inversor ajeno al negocio o una empresa del sector del vidrio de mesa?
Una empresa que conozca el mercado.
¿Estamos ante el segundo pinchazo de Fagor?
Es verdad que no se han cumplido las previsiones, también que la evolución ha sido mucho más lenta de lo que había previsto la nueva empresa. Pero dicho esto no me parece que esté en grandes dificultades. La banca ha accedido a refinanciarles y los bancos suelen analizar eso con mucho cuidado. Además va a terminar el año sin pérdidas. Lo que sí reconozco también es que el empresario tiene un problema de relación con el entorno y la plantilla. Y una forma de gestionar... digamos que distinta. Tienen un problema de comunicación y se lo hemos dicho, porque tienen que ganarse el resto del mercado al que quieren venderle sus productos.
Empresas con dudas
Pero es evidente que ha habido tensiones financieras.
Es lógico, porque la recuperación del mercado no ha ido al ritmo que habían estimado, pero eso parece controlado. El problema, insisto, es que no están transmitiendo nada y eso genera desconfianza. Y necesitan justo todo lo contrario.
La siderúrgica vizcaína Nervacero parece siempre colgada de un hilo muy fino.
Está en un segmento muy complicado de la industria del acero, el que se destina a la construcción. Pese a las dificultades, el grupo apuesta por realizar nuevas inversiones y eso es positivo para mantenerla en actividad. Si las hacen es una señal magnífica. Si no, no hay vuelta atrás y la empresa estará condenada.
¿Las empresas del sector naval seguirán a flote?
En el sector hay carga de trabajo, pero tiene grandes altibajos.
¿Se preocupó cuando Sidenor anunció un expediente de regulación temporal?
No, en absoluto, porque lo sabíamos desde el principio. La empresa necesita un periodo de adaptación y ganar flexibilidad, y ha sido bueno comprobar que los trabajadores también lo ven así.
¿La siderurgia tiene futuro en Euskadi?
Si se sigue un modelo como el que ha planteado José Antonio Jainaga en Sidenor, con productos de alto valor y con un programa de inversiones, la respuesta en sí. Si es para fabricar acero que se puede hacer en cualquier lugar, entonces no.
Jainaga no ha desvelado aún qué instalación va a paralizar de forma temporal, si será Azkoitia o Reinosa.
Su compromiso es mantener la máxima actividad y productividad en Euskadi. Y estoy convencida de que será así.
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