La nieve anima la asistencia de mascotas en Urkiola en busca de la bendición de San Antón
Durante toda la mañana caos circulatorio, basuras a reventar y cientos de familias que a pesar de la lluvia han pasado la jornada en un todavía blanco Parque Natural
MANUELA DÍAZ
Domingo, 17 de enero 2021, 17:55
La pandemia y el cierre perimetral han animado a muchos vizcaínos a disfrutar del fin de semana en Urkiola, tal y como han venido haciendo desde que hace un par de semanas comenzaran a caer los primeros copos en el Parque Natural. Deportistas, familias provistas de trineos y curiosos en busca de un selfi nevado no han querido perderse uno de los últimos días con nieve tras el tímido paso de Filomena por Euskadi. Esta mañana, al trajín habitual, se han sumado las mascotas en busca de la bendición de San Antón, patrón de los animales y de Urkiola.
«Vine ayer con mi nieto y mi hija y lo pasamos estupendo, hacía sol y mucha nieve, y hoy he venido con unas amigas que se quedaron con las ganas», apuntaba Ana Paula Pinto de Sestao. Habitual en otoño como buena setera, era la primera vez que subía a Urkiola y estaba nevado. «Hay que disfrutar de esta estampa mientras podamos, porque aquí no es algo habitual como lo es en León». En su visita por el Parque Natural, que ya dejaba ver calvas por la lluvia y la subida de las temperaturas, decidieron acercarse al santuario. Allí se toparon de bruces con cerca de una veintena de mascotas que, a las puertas del templo, jugueteaban entre la nieve o buscaban el calor de sus dueños.
Bendición a los leones
En el interior, apenas una treintena de fieles escuchaba la eucaristía que ofició el único sacerdote que reside en la Abadetxea, Antonio Madinabeitia, que el próximo mes cumplirá 88 años, y el seglar, miembro de la Comunidad de Urkiola, Felix Moreno, tal y como vienen haciendo desde la repentina muerte del exvicario general Ángel Mari Unzueta que desde hacía tres años oficiaba los actos religiosos en el templo. «San Antón ha bendecido hoy en Urkiola a los animales, incluidos a los leones», señaló Moreno, que desde hace años regenta la Abadetxea, haciendo referencia a los jugadores del Athletic que esta noche disputarán la final de la Supercopa.
Al término de la ceremonia, se procedió al reparto de panes, que por tradición dan bienestar y salud a los baserritarras y sus animales, y a la bendición de las mascotas. «Que una vaca o un rebaño de ovejas viviera y gozara de buena salud, significaba que la familia pudiera comer todo el año, hoy los tiempos han cambiado y la gente se ha olvidado de lo que San Antón suponía para el mundo rural», explicaba Moreno. Desde hace décadas, los animales de granja han sido sustituidos por mascotas. Y aunque la fiesta lleva años a medio gas, a los habituales perros y gatos, se han sumado un gallo, una gallina y dos palomas.
Plásticos y porquería
Para muchos era su primera bendición. Como el caso de Lia, un golden retriever de 9 años. Sus dueños Jesús Vallejo y Maritxu, de Bilbao, agradecían el disfrute de su mascota revolcándose en la nieve. «Es increíble lo que la gusta», apuntaban. Otros como Dora, un labrador de 8 años, se mantenía apartada del bullicio. «Tenía ganas de venir en esta fecha y al caer domingo ni me lo he pensado», apuntaba su dueña la bilbaína Susana Tormo que viendo el caos circulatorio en el ascenso del puerto aparcó en el primer hueco que vio en la cuneta. Una situación, que como viene sucediendo los últimos fines de semana, provocó que varias patrullas de la Ertzaintza recondujeran el tráfico en el alto. Esta vez, sin controles en Mañaria y Otxandio ya que no era necesario el paso de quitanieves, los coches se agolpaban en andenes y aparcamientos.
El confinamiento ha permitido a muchos vizcaínos redescubrir Urkiola. Ese ha sido el caso de Alexander Menéndez e Inge Sancristobal, de Güeñes. «Estuvimos en verano por primera vez haciendo un recorrido desde Otxandio y después de leer como se bendecían a animales por San Antón decidimos apuntarlo en el calendario y venir» junto a sus dos pastores alemanes Gretel y Lagun, de seis años.
Tampoco han faltado habituales como Alazne Elordi y Lucas Alberdi que subieron andando desde Mendiola con su border collie, Tor, que hoy cumple 8 años. Una hora y media de recorrido en el que, aunque no se han topado con mucha gente, han apreciado los efectos de la avalancha humana en el Parque Natural. «Es una vergüenza como está todo lleno de plásticos y porquería», se quejaban. Una opinión que han denunciado también los vecinos de la zona. «No se respeta el mundo rural, han abierto las vallas para esquiar y el ganado se ha escapado, vienen pensando que esto es Astún y es un Parque Natural», se quejan los vecinos. Papeleras a reventar y unas escalinatas llenas de fragmentos de trineos rotos, botellas, vasos, bolsas y zanahorias.