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«La mujer ha tirado de muchos caseríos desde la sombra, es hora de reivindicar nuestro espacio»
Advertía ayer la ganadera Elena Gastelurrutia en la multitudinaria y primaveral feria de San Blas en Abadiño
MANUELA DÍAZ
Martes, 4 de febrero 2020, 01:00
Alrededor del 40% de las explotaciones en Euskadi tienen a una mujer al frente. Sin embargo, su presencia es prácticamente inexistente en aquellas ferias donde la ganadería es la reina indiscutible y ocupa un lugar privilegiado. Ayer en la de San Blas de Abadiño, una de las de mayor poso del País Vasco, solo una -Elena Gastelurrutia- se dejó ver en un espacio dominado por el hombre. Cinco de las ganaderías de vacuno participantes, sin embargo, figuraban a nombre de una mujer.
Esta ganadera se levantó a las cinco de la mañana, adecentó a las vacas para exhibirlas bajo las carpas y ayudó en su traslado hasta la feria. A continuación, regresó a casa para preparar la comida a toda la familia. A las once volvía a regresar al recinto ferial de Zelaieta para echar un vistazo a los puestos presentes pero no cogió la makila, que cada ganadero exhibe con orgullo junto a sus reses, hasta que EL CORREO le pidió que posara para una fotografía. «La mujer ha tirado de muchos caseríos y explotaciones siempre desde la sombra, pero es hora de reivindicar nuestro espacio, porque trabajamos igual que los hombres», señaló Elena Gastelurrutia.
A sus 65 años, esta abadiñarra lleva toda la vida trabajando en un caserío y cada una de las arrugas de sus manos demuestran que no ha sido fácil. Primero con sus padres y luego junto a su esposo, Eloy Uranga. «Me encanta esta vida, pero admito que es dura», aseguró. En este sentido, aplaude que las nuevas tecnologías facilitan el trabajo y son una herramienta crucial para que otras se animen a regentar una explotación. No obstante, el relevo generacional se hace de rogar. «Nos hacemos mayores y los hijos, aunque ayudan cuando pueden, no quieren dedicarse a esto», agrega su esposo.
«Nos hacemos mayores y los hijos, aunque ayudan, no quieren dedicarse a esto»
Aguacates y naranjos
Los ánimos ayer, sin embargo no fueron pesimistas, sino más bien festivos, venidos arriba con las altas temperaturas. Los miles de visitantes que ayer recorrieron la feria hacían turno para retratar a 'Satán', un semental de la raza Pirenaica, que a sus 9 años ya acumula media decena de premios en la feria del Primer Lunes de Octubre de Gernika. Su propietario Rufjino Jaio, de Iurreta, enorgullecía con cada fotografía atento al cierre de posibles cruces. En otro extremo, el abadiñarra Jacinto Iturriagaechevarria mostraba el cartel de vendido en dos de sus vacas de 1.520 y más de 1.300 kilos. Ese «salseo» de la compra admite que le da la vida y si permanece al frente del negocio es por «capricho y amor» a sus animales. Un amor que no comparten desde la asociación de Durangaldea Antiespezista que se concentraron frente a la exposición de animales para pedir un trato digno y acabar con todo tipo de explotación animal. «Cada cual tiene que reivindicar sus creencias», apuntaba Marisa Likete de Elorrio.
El ganado tuvo que compartir ayer protagonismo con un sol de justicia, para nada habitual a primeros de febrero. Los cerezos y ciruelos que Nekane vendía ayer en su puesto de Murueta Lorategia dejaban ver una incipiente flor. «Con estas temperaturas se va todo al traste, los árboles florecen y con las próximas heladas la flor se estropea y no da fruta», lamentaba. Con esta tendencia de los últimos años, esta vendedora está viendo cómo se dibuja un nuevo mapa agrícola en Euskadi con aguacates, limoneros y naranjos inundando la costa vasca.