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Las secuencias entre María y Jesús tienen una gran carga de emotividad. ALEX ZUGAZA

La emoción y la energía de la Pasión de Durango en Semana Santa

La representación popular continuará hasta el viernes en Santa Ana con la puesta en escena de 120 vecinos que conforman una «gran familia»

Miércoles, 27 de marzo 2024

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Mucha emoción y sentimientos a flor de piel en la gran familia que conforman. La música, dirigida magistralmente por Xabi Arana, ameniza la plaza de Santa Ana de Durango y traslada al público más de 2.000 años atrás hasta Jerusalén. Es La Pasión y hasta 120 vecinos que encarnan diferentes papeles desfilan por el emblemático lugar, ataviados con ropa de otra época. Muchos de los vecinos esperan la escena entre la Virgen María y Jesús, encarnados por Izaskun Astondoa por tercera vez y Markel Ganboa, que repite por segunda vez. Vecinos en la vida real, no pueden contener la emoción de esta representación que sigue mañana y concluirá el viernes a las 21.00 horas.

«Después de la experiencia que tuve en los años 2012 y 2013, estoy mucho más segura a la hora de hacer el papel. Ahora, entro antes en escena con el pueblo, antes lo hacía directamente con el encuentro de Jesús. El sentimiento es lo más complicado, es algo muy intenso. Yo soy muy llorona y enseguida me salen las emociones», reconoce Izaskun Astondoa, que acumula 18 años participando todas las Semanas Santas en la villa. Además, también ha ejercido los papeles de Salomé, Herodías y Claudia. «Solo me falta Verónica y me gustaría hacerlo», confiesa.

«Mi ilusión siempre ha sido hacer de María. Pero lo tenía siempre como muy callado y en una cena me animé y dije que me gustaría representar ese papel. Y desde la organización me lo propusieron y me volví loca de alegría, encantada», reflexiona, antes de recalcar que le gustaría que se animase más gente a participar en esta actividad cultural que ameniza la villa con visitantes de resto de la comarca y Bizkaia.

De pronto, todo el pueblo, que prácticamente llena la plaza de Santa Ana, se paraliza para escuchar a Jesús, interpretado por Markel Ganboa, que a sus 33 años en la vida real también encarna el papel de Cristo, que fue crucificado a la misma edad. Judas el año pasado, en esta edición ha vuelto a encarnar este papel protagonista, tras hacerlo por primera vez en 2022.

El viaje continúa, por un lado con el deseo de Caifás, de condenar a muerte a Jesús por blasfemo al denominarse a sí mismo como 'el Mesías'. Por otro lado, con Jesús sabedor ya de que uno de sus apóstoles le va a traicionar. «Sabes qué pasa en cada momento y entiendes todas las situaciones. Voy dosificando mucho las fuerzas y tengo la gran suerte de tener a Izaskun, que ejerce de María. Nos conocemos desde pequeños y hay una energía muy bonita entre los dos. Todos nos conocemos y se logra esa humanidad», confiesa el durangués.

Diferentes secuencias de La Pasión de Durango. ALEX ZUGAZA
Imagen principal - Diferentes secuencias de La Pasión de Durango.
Imagen secundaria 1 - Diferentes secuencias de La Pasión de Durango.
Imagen secundaria 2 - Diferentes secuencias de La Pasión de Durango.

Llega la traición de Judas, nunca un beso había tenido un final tan fatídico, y la entrega de Jesús a los soldados. Todo esto representado de una forma tan real que inunda al público con un sentimiento de angustia y desesperación. «No siempre es lo mismo, cada uno le da un enfoque distinto. Markos Echarte y Xabi Arana han conseguido unos matices muy bonitos y diferentes que animan el decorado de la plaza», reconoce Ganboa, que se ha criado en esta obra desde los 9 años.

Las luces, el entorno y la gran puesta en escena de los actores hacen al público cada vez más partícipe de la historia, con ese gusanillo en el estómago de que se acerca el final, tras dos horas y media que pasan rápidamente. Llega uno de los momentos más duros y realistas de la representación: la flagelación. «Genera mucho morbo», reconocen. Los soldados comienzan a azotar a Jesús con los látigos, ante las caras de angustia del público. Un golpe tras otro acompañado de un juego de luces perfecto.

Presencia del «americano»

Es una representación especial también para el durangués Iñaki Asueta Retolaza, que se estrena en esta obra. Lleva 50 años viviendo en Estados Unidos. «En la Pasión me llaman el americano. Fui a jugar a cesta punta a este país y después me quedé allí. Es el primer año que actúo gracias a mi amigo José Ignacio Basteguieta, que también participa y hace el papel de ciego. Yo formo parte del pueblo y también hago de númida. Es más de lo que pensaba, quería pasar desapercibido pero no ha sido así», confiesa.

A los 18 años dejó su Durango natal para ir a Barcelona a jugar en cesta punta profesional y un año después, desembarcó en los Estados Unidos. «Primero fui a Florida y luego a Newport, jugué a cesta punta durante varias temporadas: tres en Florida y dos en Newport. Después, fui a Reno y conocí a mi mujer que es filipina. Nos casamos en Filipinas y también he vivido allí dos años», prosigue.

Tras jugar una temporada más en Las Vegas, trabajó en la construcción hasta su jubilación en Reno pero todos los años -salvo la época de la pandemia- visita su localidad natal, la villa de Durango. «Ahora, he venido para dos meses y algo. Con el coronavirus, estuve cuatro años sin venir y el año pasado permanecí durante cuatro meses. Toda mi familia (hermanos, sobrinos e hijos de sobrinos) y muchos amigos están en Durango», recalca este vecino de 68 años.

«La experiencia está siendo muy bonita, aunque mi mujer no quiere que haga por el tiempo que hace. Me dice: te vas a enfermar, pero yo estoy muy contento y voy a hacer los tres días», añade. Su amigo, José Ignacio, recalca que «se relaciona con todos los actores». «En el ensayo general fui a hacer la prueba y luego me convencieron para realizarlo durante los tres días de esta representación en la que actuó mi hermano el mayor en la década de los 60», concluye.

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