Garai cuenta con la renta per cápita más alta del Duranguesado y el IBI más bajo

A falta de escasas dos semanas para que concluya el año, los Ayuntamientos del Duranguesado han aprobado ya las ordenanzas fiscales del próximo año y el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), la estrella del lote al ser con el que más se recauda, arranca con grandes cambios. De primeras, la base del mismo ha cambiado por completo al modificarse el valor catastral después de 40 años. A excepción de Durango, que tiene intención de aprobar una nueva ordenanza a finales de mes, el resto ya tiene claro cuánto pagarán. En su gran mayoría aplican bonificaciones a las rentas más bajas y penalizan con un incremento del 50% a las viviendas vacías.

Garai, el segundo municipio con la renta per cápita más alta de Bizkaia tras Laukiz, presenta el IBI más bajo del Duranguesado y el quinto menor de la provincia tras Busturia (0,05), Muxika (0,056), Artzentales (0,063) y Amoroto (0,065). De hecho, aplicará un gravamen único de 0,0680. Según su alcalde, Gontzal Sarrigoitia, «como en todos los municipios este cambio trae consigo subidas para unos y bajadas para otros, pero hemos querido que sean los menos los que tengan que pagar. Se ha buscado un tipo con el que se recaudará parecido y que repercutiera al mínimo de personas», explicó. Por delante de Garai se encuentran Mañaria, el quinto municipio más endeudado de Bizkaia, que ha aplicado un 0,116 y Zaldibar que cuenta con un tipo de gravamen del 0,119.

Seiscientas altas

Zaldibar, al igual que Durango o Elorrio, es uno de los municipios que recargará un 50% este impuesto a las viviendas vacías, un total de 244, según los últimos datos. La medida tiene, entre otro objetivos, fomentar el alquiler en el municipio. Amorebieta-Etxano, que cuenta con un IBI del 0,26, es el octavo municipio con el tipo más alto de Bizkaia por delante de Abadiño -0,25-, que junto a Durango, es una de las dos localidades de la comarca que desdobla el gravamen. De hecho, Abadiño aplicará a partir del próximo año un gravamen incrementado de 0,32 a las viviendas que superen los 100.000 euros.

Según su alcalde, José Luis Navarro, «la recaudación en 2017 será mayor ya que con la reforma del catastro se han dado de alta 600 nuevos inmuebles que no estaban pagando nada. Existen casos de viviendas cuyo valor catastral era de escasos 9.000 euros y que tras la reforma pasará a ser de 90.000, un hecho que repercutirá de manera positiva en las arcas municipales», explicó. En Durango, 365 vecinos afectados por este doble gravamen se han movilizado para modificar lo que consideran un «agravio comparativo». En el caso de estas viviendas que superan los 180.000 euros de valor catastral, la contribución del próximo año se duplicará al aplicarles un tipo del 0,5%, pasando de pagar una media de 550 euros a 1.400 euros.