DalecandELA pone a reventar el Puerto Viejo de Getxo

El vizcaíno Jaime Lafita es, precisamente, el impulsor del festival DalecandELA, que ha celebrado este fin de semana su cuarta edición en Getxo, en el marco incomparable del Puerto Viejo, que se cierra al tráfico para la ocasión. En 2021, Lafita también culminó una travesía de diez días entre Getxo y Bruselas en velero y bicicleta tándem para solicitar más recursos para la investigación. «Se puede seguir disfrutando de la vida con esta enfermedad», declaró entonces este periódico.

El festival DalecandELA, ya consolidado, es gratuito y recauda fondos para los afectados: el año pasado, hizo mal tiempo, pero se superaron los 16.000 asistentes y se consiguieron más de 80.000 euros. Esta edición se espera duplicar las cifras de público: se celebra desde el jueves y la metereología ha acompañado la mayor parte de las jornadas. El cartel musical – han participado 20 bandas– da para muchas alegrías: hoy actuaron desde las 13.00 horas –Half Nelsons, Moses and The Tablets, y desde las seis de la tarde, Los Retros, Gari, Coti, Iván Ferreiro y Akatz –. Y mañana, el mago Oliver amenizará el ambiente a las 11.30 horas. Después, lo hará el espectáculo Rock & Kids, mientras Santi Guzmán, Carlos Ares y Hornies animarán la tarde.

Miguel Moyano, músico del grupo Smile y uno de los responsables de la parrilla musical, explica que la mayoría de las bandas locales actúan gratis, mientras que el resto reducen en mucho su caché por solidaridad. «Negociamos todo lo que podemos», relata. «Es una plaza difícil porque tampoco puedes colapsar esto, entonces se llama a bandas que pueden atraer al número de personas que encajen con el aforo».

Unos 100 trabajadores y 200 voluntarios se emplean en el evento, que patrocinan el Ayuntamiento de Getxo y empresas como Idom. La jornada del viernes más de 8.000 personas visitaron el festival y la de hoy se espera la misma afluencia. Está pensado para todos los públicos, por lo que también se ofrecen actividades infantiles. Kids and Us reparte globos y la empresa Olabarrieta de Romo presta bicicletas y también repara gratis pequeñas averías. «Llevamos un rato sin parar. Estamos dando servicio a la gente que tiene algún problemilla, como un pinchazo, y hemos traído bicis de carga para que vean cómo son, que se puede ir con ellas tranquilamente como en el norte de Europa», decía uno de los responsables.

Por la mañana también se organizó una recogida de basura marina y por la tarde, una travesía de natación a la que se apuntaron 500 personas. «Este festival ya es como una tradición. La gente viene siempre y colabora», contaba la bilbaína Yolanda Laería, acompañada por su peque y unos amigos. Cerca del escenario, Pedro Esteban y su mujer esperaban el arranque de los conciertos dispuestos a disfrutar. Nunca se pierden el festival excepto por causas de fuerza mayor. «Es por una buena causa. Para nosotros el cartel es secundario, siempre salimos encantados. Luego esto se llena, pero se está muy a gusto, sin agobios», dijeron.

El festival recauda a través del puesto de merchandising que hay en la entrada, en el que se venden camisetas, sudaderas o pantalones estampados con dibujos realizados por Lafita. Y también se puede pagar una entrada voluntaria. «La gente siempre responde, es muy solidaria», relatan desde la organización. Si el hambre aprieta, hay comida en food trucks y diferentes restaurantes ofertan sus platos. Pero además, en la barra se sirve sin parar y toda la caja se destina a la asociación de afectados. Los vasos cuestan un euro y los 'cañones' 4. En los recipientes reutilizables se indica un número para donar, y durante los conciertos se proyecta también un código QR que se puede escanear con el móvil para realizar una aportación.