¿Cuánta gente vive de verdad en Castro?
Incógnita. El Gobierno cántabro intenta responder a la pregunta para poder imponer restricciones y frenar al virus, pero no las tiene todas consigo
Uno de los grandes misterios en las estrechísimas relaciones vizcaíno-cántabras es cuánta gente vive en Castro Urdiales y cómo aumenta su población en verano. ... La misma duda flota sobre Noja o Laredo. Hasta ahora había estimaciones bastante desmesuradas elaboradas un poco a ojo, y otro poco en base a variables como el consumo de agua o la generación de basura. No eran muy fiables porque cambiaban mucho según quién hablase del asunto, y cuándo lo hiciese.
Ahora ya no vale con esas aproximaciones vagas, ese chupar el dedo para adivinar la dirección del viento. El Gobierno cántabro, impelido por los jueces y la necesidad de tener un sustento legal para imponer restricciones que frenen el avance del virus, se ha tenido que buscar la vida para determinar cuánta gente hay realmente en cada sitio. Y se ha fijado en un proceso de conteo del Instituto Nacional de Estadística (INE) que es experimental, pero que dibuja un escenario bastante diferente al que se creía que existía. Por ejemplo, arroja que en Castro Urdiales el 15 de agosto de 2020 había 43.571 personas, sólo 8.971 más de lo que tiene como su población habitual. Desde luego, muy lejos de las 80.000 almas que en veranos anteriores apuntaban los cálculos municipales. En Noja y Laredo se ve que hubo más gente que durante el resto del año, pero el aumento fue mucho más contenido del que se creía. Estamos hablando de agosto de 2020, primer verano pandémico pero uno de los más concurridos en los grandes destinos vacacionales de los vizcaínos en Cantabria.
En cualquier caso, los nuevos datos tampoco son muy de fiar. El propio Gobierno cántabro lo ha reconocido, y el servicio estadístico de la comunidad vecina también ha advertido de que el grado de exactitud es muy relativo.
¿A qué viene entonces sustituir unos cálculos a ojo por otros bastante similares en términos de inconsistencia? Por la conjunción de factores pandémicos, judiciales y regulatorios. Para entender el asunto hay que recordar que hace un mes los jueces tumbaron el semáforo covid del que se valían las autoridades cántabras para imponer restricciones en los distintos municipios. Lo que la autoridad judicial dijo fue que a la hora de analizar la incidencia se tuviese en cuenta no la población censada, sino la de verdad. La «flotante». Es decir, pedían una fotografía real de la situación en la que se contabilizase la gente que estaba pasando las vacaciones.
Se encontraron las autoridades cántabras entonces con la necesidad de responder a la pregunta que nunca se había respondido antes de manera solvente. ¿Qué solución da el INE? Rastrear los teléfonos móviles. Las tablas de movimiento de población suponen un estudio experimental que arrancó en 2019 y en el que se utiliza la información que llega a los repetidores de telefonía. El lugar de residencia se entiende que es en el que el aparato se encuentra más habitualmente entre la una de la madrugada y las 6.00 horas en los últimos tres meses. Claro, medir eso únicamente la noche del 15 de agosto tiene sus riesgos. También el hecho de que el margen de error en cuanto a posicionamiento sea de un kilómetro. Además, no se tiene en cuenta a la población que no tiene teléfono, fundamentalmente niños. Pero a eso ha tenido que agarrarse el Gobierno cántabro para satisfacer las exigencias de los jueces, que en un entorno regulatorio muy precario se han quedado como los únicos garantes de que las autoridades justifiquen de manera adecuada las restricciones de derechos fundamentales.
Una realidad diferente
¿Qué resultados se extraen de ese estudio experimental del INE? En Castro, lo adelantado: que su población habitual es de 34.600 personas (el último padrón oficial, de 2020, habla de 32.270), y que aquel 15 de agosto había 43.571. Muy por debajo de aquellas estimaciones que apuntaban a que durante el año había hasta 60.000 (por los vizcaínos que residían allí estando empadronados en Euskadi) y 80.000 en verano.
Laredo, por su parte, cuenta normalmente con 11.023 vecinos (aquí la cifra coincide exactamente con la del padrón) que a mediados de agosto de 2020 eran 26.754. También muy lejos de los 80.000, 100.000 y hasta 110.000 que se llegaban a intuir en veranos anteriores. Noja, por su lado, no se computa de manera individual, sino que se tiene en cuenta también su entorno. Pues bien, pasa de 6.482 a 35.492. Un gran repunte, pero nada que ver con el subidón desde los 2.588 censados estrictamente en el municipio a los 80.000 durante el verano al que apuntaban las presunciones pasadas.
Castro Urdiales
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32.27
Empadronados en 2020
-
34.60
Población habitual según el INE
-
43.57
Población a 15 de agosto de 2020
Laredo
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11.02
Empadronados en 2020
-
11.02
Población habitual según el INE
-
26.74
Población a 15 de agosto de 2020
*Los empadronados y la estimación del INE coinciden exactamente.
Noja
-
2.588
Empadronados en 2020
-
6.482
Población habitual según el INE
-
35.49
Población a 15 de agosto de 2020
*En el caso de Noja los empadronados se refieren al municipio estrictamente, y la población habitual según el INE incluye al municipio y su entorno, igual que la estimación del 15 de agosto.
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