«Lo que más se vende es la morcilla de verdura», dicen los baserritarras en la feria de Bermeo

«Estamos preparando talo que es harina de maíz, tostada al horno y luego molida con morcilla, chorizo, chistorra, bacón y lomo. El número es incalculable, pero tenemos buenas esperanzas porque esta es una buena plaza. Repetimos todos los años», explicaba Idoia Bilbao, del caserío Lazkitu Errota, del barrio de Lauro, en Loiu. «Al mediodía, en hora punta de la feria, esta calle se ha puesto llena de gente y se ha vivido un ambiente muy bonito. Además, también vendemos pan», añadía.

La villa marinera también ha aprovechado la jornada festiva para celebrar la vigésima edición de su concurso de morcillas, organizado por el bar Andeko, con la colaboración del Ayuntamiento de la localidad costera.

«Vendo chistorra, chorizo dulce y picante, morcilla de arroz y de verdura, costilla, lomo y tocino. Todos los años estoy presente y lo que más se vende es la morcilla de verdura. Es la que más se estila», explicaba el productor local Iñigo Gil, de la carnicería Landabaso, que ha ganado recientemente premios de campeón de Euskadi en la feria de Mungia con la morcilla de arroz y de verdura.

Desde la carnicería Baserri del municipio se afanaban en preparar todo tipo de productos. «Tenemos dos carnicerías en la localidad y queremos que la gente pruebe todas las cosas que hacemos y vea la manera de trabajar que tenemos. Hemos realizado chorizos, morcillas, chistorras y callos (todo lo referente al cerdo) y esta feria es muy importante, porque la gente te va conociendo y nos ayuda también», añadía Asier Elgezabal.

Los clientes degustaban los pasteles vascos, los diferentes quesos de la tierra y los productos de chacinería de la gastronomía vasca. En total, una veintena de mostradores en los que se han podido degustar y comprar paté, pan, pastel vasco, miel, flores, txakoli y sidra, entre otros productos.

El certamen gastronómico, que ha tenido lugar en el recinto del parque de La Lamera, ha retado a las carnicerías, en su mayoría de Bermeo, a elaborar sus mejores morcillas. El jurado, presidido por Pedro Mendizabal y Cosme Garay, contó con la participación de una docena de especialistas, y repartió tres premios entre las mejores carnicerías participantes y sumará otro galardón para premiar al puesto mejor decorado del mercado. En esta edición, los premios han tenido claro protagonismo local, ya que además del primero (Anaiak de Bermeo) también se ha llevado el tercero con Baserri de Bermeo y el mejor puesto para Landabaso. El segundo galardón ha sido para Martija de Gernika.

«Se han presentado 23 morcillas, la gran mayoría de Bermeo, pero también tenemos de Morga, Gernika y Mungia. La morcilla es una de verdura, la clásica vizcaína. Al fin y al cabo, en esta feria es algo simbólico que hayan ganado y tiene una peculiaridad: los vecinos esperan mucho tiempo hasta saber quién ha sido el vencedor para empezar a comprar», hacía balance Garay, que añadía que el número de participantes ha sido similar al del año pasado. «Tienes que intentar mantener un estándar tanto de jurado como de presencia. Preferimos acotar el número para que los especialistas lo caten bien», añadía.

Desde Berriatua, llegaba del caserío Elizburu la productora Lourdes Malaxetxebarria . «Tenemos un horno de leña, todo lo hacemos en el obrador y de forma natural. Lo que más vendemos es el pastel vasco, pero también tengo crema de arándanos, chocolate, tarta de queso, arroz y manzana», explicaba, antes de que algún cliente se interesara por los 13 euros del pastel de 1,3 kilos y de otro más pequeño a nueve euros. «Otros de ellos disfrutan de las pastas de nuez y chocolate» confesaba tras vivir un fin de semana ajetreado tras acudir a la feria de Ermua el sábado.

La quesería Etxabe de Urretxu con los quesos de oveja y vaca hacían las delicias de los visitantes. «Venimos todos los años y ofrecemos curados y media curación, ahumados y sin ahumar. También tenemos de vaca», recalcaba Andrés Etxabe. Los productos derivados del pato también estuvieron presentes en la feria, gracias a la productora mungiarra Itsasne Agirre. «Tenemos mousses, patés, jamón de pato, micuit, confitados: mucha variedad», explicaban estas habituales de la feria.

Y qué decir de una feria sin disfrutar del sabor de un buen vino. «Nosotros venimos de Ábalos (La Rioja), que está justamente debajo de la sierra de Cantabria, entre Labastida y Laguardia. Somos una bodega familiar que solo hacemos vino de nuestros propios viñedos, de tradición de toda la vida. Ofrecemos calidad en todos nuestros vinos, desde jóvenes (blanco, rosado y tinto), los Crianzas y vinos de autor y vendimia seleccionada», proseguía Ana Anero, de la bodega Solana de Ramírez que realizan el reparto de vino todos los martes en el municipio costero, realizando un trato directo de bodega al consumidor final, quitando los intermediarios.

Por último, el bermeano Aitor Atutxa ofrecía productos como txapelas, pañuelos y delantales bordados con su empresa Tarradie, con sus 13 años de trayectoria. «Estamos en el mercado de San Martín porque es un día de fiesta y estos elementos son parte de la cultura. Es todo personalizado y diseñado y producido en casa. Es una feria super importante y está presente el comercio local, ya que necesitamos esta ayuda y estas ferias son muy relevantes para vender y sacar adelante nuestro negocio. Es un orgullo», confesaba.