El nuevo radar de tramo de Trabakua genera diversidad de opiniones
Los automovilistas consideran que el límite de velocidad fijado debería ser superior a 60 kilómetros y que «van a caer como moscas»
Julen Ensunza
Lunes, 6 de junio 2022, 13:46
La entrada en funcionamiento la pasada madrugada del primer radar de tramo de Bizkaia en el alto de Trabakua ha pillado a numerosos automovilistas algo ' ... despistados', «desconocía que se ponía en marcha», apuntaban a primera hora varios usuarios habituales del vial; y también ha generado opiniones encontradas sobre si servirá para reducir realmente la siniestralidad del considerado como uno de los puntos negros de la red viaria vizcaína. Esta carretera, principal vía de comunicación de Ondarroa, Lekeitio y Markina con el Duranguesado y Ermua, registra una media de 7.700 vehículos diarios y en los últimos años se han contabilizado cuatro accidentes mortales, además de numerosos siniestros de chapa con heridos.
«A la gente lo único que verdaderamente le duele es el bolsillo. Muchos conductores no respetan las limitaciones y luego pasa lo que pasa. Otra cosa es que 60 kilómetros quizá es poca velocidad. Igual 70 estaría mejor», apuntó el vecino de Ondarroa, Manuel Moreira mientras limpiaba su coche en la gasolinera situada en Berriz. Carmen y Lali, trabajadoras de este surtidor tienen claro que los conductores «van a caer como moscas, máximo teniendo en cuenta que a partir de ahora aumentará el volumen de vehículos por toda la gente que se dirige hacia las playas», adelantan. Ellas también creen que «algo había que hacer porque mucha gente sobre todo hacia Durango baja a gran velocidad», pero quizá «el límite de velocidad fijado es escaso».
El radar de tramo de Trabakua, ubicado entre las localidades de Berriz y Mallabia, ha estado en pruebas durante las últimas semanas y se encuentra situado entre el punto kilométrico 36,1 y el 39,8 de la carretera BI-633. Para calcular que los vehículos no superan los 60 kilómetros a la hora de media en ese sector cuenta con cuatro puntos de control. Dos en el sentido de la vía hacia el Duranguesado y otros tantos para los que se desplazan hacia la costa.
«Varias personas me han preguntado y yo ya sabía que no estaba activo hasta ahora porque no aparecía en la DGT», apuntó el berritxuarra, Iñaki Larrinaga, que pasa un par de veces al día por ese punto tanto con la camioneta del trabajo como con su vehículo particular y ha seguido en todo momento el proceso. Èl también es de los que opina que 60 kilómetros a la hora «es muy poco». «Hasta mi madre, que no es precisamente de las que le gusta correr, me ha comentado que con el 127 antiguamente íbamos más rápido», apunta.
En su opinión, el radar tiene, «sobre todo, fin recaudatorio». «El tramo de bajada a Markina es más peligroso que el que han puesto el radar y la gente corre más», detalla Larrinaga. Para los numerosos transportistas y camiones que diariamente circulan por esa carretera la puesta en marcha del mismo «no es que nos afecte demasiado», apuntan. «Nosotros con la carga tampoco es que podamos correr más que eso por la zona, pero si que puede generarnos pequeñas demoras porque hay gente que en vez de ir a sesenta va a cuarenta como me ha pasado a mí esta mañana», reconoce Javier López que todos los días pasa por el alto de Trabakua con su camión para hacer llegar material a empresas de Markina desde el puerto de Zierbena.
Similar opinión tiene su compañero de profesión, Sergio, que tres veces por semana cubre la ruta entre Valencia y Etxebarria con su vehículo pesado. «Hay otros radares móviles que nos afectan más que este porque en esa zona con un camión tan grande como el que conduzco no se puede circular a más de esa velocidad», sentencia.
Desde esta madrugada el radar de tramo de Trabakua es el único operativo en Euskadi por el momento. Hace una década, la Dirección de Tráfico del Gobierno vasco instaló uno similar en la N-1, entre Ordizia e Irura, que estuvo activo un año. «En cuanto empiecen a llegar las multas y se corra la voz ya verás cómo levantan el pie del acelerador», aseguró un vecino de Durango que prefirió mantenerse en el anonimato.
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