El cambio del trazado de la variante sur de Markina retrasa el proyecto hasta fin de año
El túnel para evitar el paso de 3.900 vehículos hacia Etxebarria se ubicará junto al depósito de Iparragirre y costará más de 22 millones
MIRARI ARTIME
Martes, 7 de septiembre 2021, 07:28
La Diputación dispondrá para finales de año el proyecto de la variante sur de Markina que conectará el principal acceso al municipio (BI-633) con la carretera que la une con Etxebarria (BI-2636). El plan estará concluido con dos años de retraso sobre lo previsto por la propia institución foral, que adjudicó su elaboración en septiembre de 2018 con un plazo de 15 meses. «La principal razón ha sido el cambio de trazado del vial ante las características geológicas del terreno sobre el que iba a transcurrir», indicaron los alcaldes de Markina y Etxebarria, Luis Egurrola y Jesus Iriondo, respectivamente.
«Las catas realizadas han revelado que la tierra es más arcillosa que lo que se requiere para ejecutar este tipo de intervenciones», señaló el primer edil markinarra que junto a su homólogo del pequeño enclave vecino volvieron a trasladar la importancia de este vial al diputado general, Unai Rementeria, en su última visita a la cuenca del Artibai.
La nueva alternativa trasladará varios metros la construcción del túnel que discurrirá junto al depósito de aguas Iparragirre. «Se han analizado de manera comparada tres alternativas para el trazado de la variante», según la propia Diputación.
«Todas son prácticamente coincidentes, a excepción de la zona de la rotonda final, situada en la confluencia entre la variante proyectada con la BI-4404 hacia el polígono industrial de Fagor y con la BI-2636 que une Markina con Etxebarria», añade la institución foral.
El punto de inicio de todas las opciones se sitúa en el ramal que comunica la rotonda de entrada con el casco urbano markinarra. «Se contempla una glorieta inicio, a menos de 80 metros de la actual. Tras unos 450 metros en dirección sureste, se prevé un túnel de hasta 270 metros. Posteriormente, se alcanza la rotonda final, que es donde difieren las tres alternativas», detallan.
Los técnicos forales se inclinan por el corredor que permite dotar al nuevo tramo de mayor seguridad vial y la que menos efectos adversos produce sobre el medio ambiente. «Se desplaza la rotonda final para reducir la afección al arroyo Urko y a la regata Muniberreka y también a las viviendas de Txoribenta», recoge el plan.
Entramado urbano
El material excedentario de esta opción se estima en 195.200 metros cúbicos y el coste económico de su ejecución se sitúa entre 22 y 25 millones de euros. «La importancia de esta carretera recuerda a la variante de Ermua», señalaron desde la institución foral.
Su objetivo es descongestionar de tráfico el casco urbano de Markina, especialmente de vehículos pesados que se dirigen a las zonas industriales de Etxebarria, aumentando la seguridad vial de la zona urbana, mejorando la funcionalidad de las infraestructuras lineales y disminuyendo la perturbación acústica.
La intensidad media de este tramo es de 3.900 vehículos de media diaria, siendo el 8,7% pesados. Además, otros 6.000 coches se desplazan desde Etxebarria a la localidad vecina para realizar algún tipo de gestión, el camión de la basura lo cruza en 648 ocasiones, mientras que el Bizkaibus lo cubre hasta 3.500 veces.
A esas cifras, se suma, el movimiento que originan las firmas madereras que operan en la zona y que supera los 2.100 transportes al año. La ausencia de viales alternativos también condiciona el desarrollo urbanístico de Markina al imposibilitar cualquier actuación en el entramado urbano al afectar a una de las zonas más sensibles de la localidad.