Los conductores de Bilbobus: «Es imposible cumplir el horario»
«Estamos continuamente mirando el cuentakilómetros, es muy difícil conducir así», critican
«El autobús es el medio de transporte más barato, una razón de peso para muchos de los usuarios, pero hoy me preguntan si no ... voy demasiado despacio y también por qué he llegado tarde». Mercedes Macías, desde el volante de la línea 13, que realiza el trayecto que discurre entre San Ignacio y Txurdinaga, está tanto o más cabreada que su clientela. «A 30 me quito las gafas y puedo conducir, cuidado, que acelero a 29», avisa con sorna mientras sale de Alameda Rekalde y se encamina hacia la Avenida Maurice Ravel de Bilbao. «Es que estoy que echo humo. Esta mañana he tenido que salir diez minutos antes de cocheras para llegar a la cabecera de la línea y así y todo, acumulo un retraso de 20 minutos. Hoy hay los mismos coches que todos los días, pero en vez de estar cinco minutos en la carretera estamos 20«, explica.
Esta chófer ha oído decir que los coches «así, yendo despacio aun teniendo capacidad de sobra para ir más deprisa, se estropean». Recuerda que «hace años, cuando en Castaños obligaron a circular a 30, quitaron los semáforos de la calle. Así sí, perfecto, realmente adelantas. Pero ahora yo me he pasado la mañana pillando semáforos y con los badenes, las bicis, las manifestaciones... circular a 30 es lo que nos faltaba a los conductores de autobús». Como no quiere recibir ninguna multa, dice que no va a pasar de 25: «A 31 ya te sancionan. Con los radares me han metido mucho miedo», confiesa esta autobusera con doce años de experiencia en Bilbobus y otros tantos en autocares escolares.
Antonio Blanco, al frente de uno de los vehículos de la flota municipal de Bilbobus que cubre el recorrido Santutxu-Lezeaga, dice que circula «medio estresado» para llegar a la hora. «Estamos todos que no paramos ni a ir al baño porque, con la limitación de velocidad a 30, no nos da tiempo a cumplir los tiempos que tenemos estipulados. En mi primera vuelta he llegado un minuto tarde a la ida y cuatro al regreso. Y eso que no hay el tráfico anterior a la pandemia ni tampoco el mismo número de viajeros. Si antes llevaba a 400 por día ahora la media está en 220 o 230 en el mejor de los casos. El tema está que esto no va a poder ser cuando estemos en los números de antes«, argumenta. Antonio Blanco, que ha sido conductor toda su vida y lleva 14 en Bilbobus, menciona los puntos más »incómodos« donde pisar el acelerador »un poco más« no tendría, a su entender, gran problema. »Maurice Ravel, Alameda de Rekalde, Lehendakari Aguirre, Zorroza y Autonomía. También la zona de San Ignacio, donde hay muchísimo menos tráfico. En Maurice Ravel tienes que ir frenando porque es cuesta abajo, es complicado«.
David Conde está pensando «poner un taco de madera debajo del acelerador. Así si pisas te avisa cuando llegas a 30», reflexiona. A su juicio, «se va a notar que va a haber menos golpes fuertes. No es lo mismo darte un golpecito cuando vas a 30 que a 4o y pico«. Es la única ventaja que le ve a circular a 30 por hora. A su paso por Hurtado de Ameaga, un ciclista veterano vestido con vaqueros se sitúa a su altura y le pasa. »Mire, me adelanta, ese no va a 30«, dice. Conde comenta que »a esta línea, la 71, le sobra tiempo, pero es de las pocas. La mayoría no van a llegar a su hora. Además, los conductores no podemos estar sentados ocho horas. Tenemos que descansar algún momento, aunque sea para ir al baño y no sé cómo lo vamos a hacer«. David, que hasta hace dos años y medio repartía vino en su camión, cree que a los repartidores »les van a crujir a multas«. »Es que es facilísimo pasar de 30. Imagínese una moto con cilindrada. ¿Cómo tiene que ir, en primera o en segunda? Se cala. Ir a 30 me parece una velocidad irrisoria«, opina Montse, chófer de la línea 85. «Esto es lo más difícil que he hecho en mi carrera como conductor de autobús, y ya son 20 años. Estar continuamente mirando el cuentakilómetros es muy difícil y te obliga a quitar la vista de la carretera cada dos por tres. Estos coches traen limitadores de velocidad, pero no lo tienen activado, sería mejor para nosotros que lo tuviera operativo«, añade Valentín Marcos, que conduce el 30.
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