Desfiles de clásicos y de máscaras dan la bienvenida al Carnaval en Bilbao
La entrega del premio a la Txirenada del 2022 y la colocación del antifaz a Farolín y a Zarambolas abren la fiesta invernal en la capital vizcaína
Ya es Carnaval en Bilbao. La ciudad ya se adentra en la gran fiesta de invierno en la que se disfraza la tristeza, se ... da rienda suelta a la fantasía y se combaten los sinsabores con humores, música y juerga, y que finalizará el martes con el entierro de la sardina. Las comparsas comenzaron a calentar motores el pasado sábado con el tradicional concursillo de Coplillas, y la capital vizcaína ya se ha teñido de color en este Jueves Gordo.
A las seis de la tarde, los personajes centrales del Carnaval bilbaíno, Farolín y Zarambolas, encarnados por los actores Ylenia Baglietto y Lander Otaola, respectivamente, se han subido en una espectacular limusina blanca, una Jaguar Daimler fabricada en 1975 en Inglaterra y con el volante a la derecha, para iniciar su periplo hasta la Plaza Nueva. Ella, vestida de blanco, y él, de rojo, los colores que conforman la bandera de Bilbao y que han de vestir estos personajes como manda la tradición, y rodeados de la farándula que siempre toma las calles en estos actos. «Cada vez te pareces más a La Otxoa», le ha soltado un periodista a Otaola, ataviado con una peluca roja, antes de que entrara en el flamante vehículo.
«Este ha sido el coche más utilizado por la realeza europea. Estaba valorado en lo que ahora serían como 300.000 euros, casi no se vendían, era el coche de las casas reales, más que los Rolls Royce», ha comentado Iñigo Olaizola, chófer y director de Retromobil, la empresa dedicada al mantenimiento y la custodia de coches clásicos situada en Erandio. «Es un coche clásico y formal, el favorito de la reina madre de Inglaterra, que tenía cinco de este tipo», ha añadido.
Farolín y Zarambolas han sido los grandes protagonistas de la espectacular comitiva formada por más de 35 vehículos históricos de la Asociación Automóvil Clásico de Euskadi (ACE), -que ha recibido el premio a la Mejor Txirenada de 2022 por organizar el XIV Concurso Internacional de Elegancia de Vehículos Clásicos en junio, en el que participaron más de 400 bólidos-, ha preparado para dar la bienvenida al Carnaval desde el Carlton. El galardón se otorga siempre a la ocurrencia más ingeniosa, graciosa e, incluso, gamberra de las que suelen producirse en la villa y lo concede cada año toda una institución, la Orden Botxera de Farolín y Zarambolas. «Se creó en 1999 y está formada por todos los que hemos interpretado a estos personajes desde 1984, y nos reunimos dos veces al año, primero para decidir la mejor txirenada del año anterior y el Jueves Gordo, para entregar el premio. También proponemos candidatos para Farolín y Zarambolas», ha explicado Marino Montero, uno de los fundadores de la Aste Nagusia.
La cita ha provocado una gran expectación en torno al hotel, de donde han partido los vehículos y donde decenas de personas se han aglomerado ante la Policía Municipal, que trataba de ordenar el tráfico con esfuerzo. Ha habido, incluso, un accidente de chapa entre coches convencionales que se ha saldado sin grandes daños, lo que también ha atraído todas las miradas. Y es que todos se paraban a a mirar esas joyas. Había modelos Austin Healy, De Tomaso Pantera, el 600 que repartía los neumáticos por las fábricas Michelín, un Seat 800 que era un microtaxi del Ayuntamiento de Bilbao, aún con el distintivo original, y de marcas como Ferrari, MG, Triumph, Porche. También uno de los primeros vehículos de la DYA, todos de entre 40 y 70 años y conservados por más de 100 socios particulares que cuidan de un patrimonio automovilístico muy importante. «Los coches de ahora no tienen fantasía, ni romanticismo de las lineas clásicas, te llevan, pero no se conducen», ha apuntado el presidente de la asociación, Koldo Ortíz de Vallejuelo.
Colocación del antifaz
Después, los coches se han expuesto en la plaza Arriaga. En la comitiva también se ha podido admirar al 'azulito', el histórico microbús que recorrió Bilbao entre los 60 y los 80, el único que se conserva y el último que permaneció en activo, y que es propiedad de la Asociación de Amigos del Ferrocarril. Ha desfilado lleno de personajes coloridos. «Había dos tipos, los rojos y los azulitos, y éstos costaban más. Esto era más caro, costaba como cinco euros de ahora, tenía pocas plazas y todo el mundo viajaba sentado en asientos acolchados, era como un taxi colectivo y dentro de su recorrido, el conductor te paraba donde le decías. Los otros eran más baratos, la gente iba de pie. Y los azules tenían mejores frecuencias, pasaban cada cinco minutos», ha recordado Leo Raigadas, que durante 40 años fue pica en los 'azulitos' Hace dos décadas que se jubiló y fotografiaba con ilusión la unidad acompañada de su hija'.
Además, a las seis y media, desde la Plaza Arriaga ha partido una kalejira de máscaras antiguas que ha culminado con otro tradicional ritual del Carnaval, y la colocación del antifaz a Farolín y Zarambolas por parte de las anteriores personas que ocuparon estos cargos, el músico Ibon Koteron y la actriz Gemma Martínez. El rito se ha celebrado en la Plaza Nueva, como signo de apoyo moral al juicio y al escarnio público al que ambos se enfrentarán mañana. A las 20.00 horas, ha partido de Unamuno la kalejira de máscaras nuevas, con la elektrotxaranga.
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