Caben menos árboles que pisos en Zorrozaurre

El grupo municipal de Elkarrekin Bilbao ha denunciado «el déficit de arbolado» en Zorrozaurre por el «incumplimiento» de la normativa por parte del Gobierno municipal, asegura la portavoz, Ana Viñals, que censura que los árboles que corresponden al sector se trasladen a otros lugares. Según sus cálculos, se debe plantar un árbol por cada nueva vivienda y por cada incremento en 100 metros cuadrados de uso terciario, por lo que tendrían que levantar más de 6.700, de los que de momento se han trasladado o acabarán haciéndolo 1.900.

Ya en 2018 se movieron a los montes de la ciudad 1.603 ejemplares de los que se correspondían con la primera fase de desarrollo de la isla y «se trasladarán al menos otros 300 en la siguiente actuación, la urbanización de los rellenos», por el «ahorro económico, medido en costes de urbanización, que supone no plantarlos en la zona en la que correspondería hacerlo», asegura. Viñals insiste en que trasladar esas unidades fuera de la isla y de la margen derecha del canal ha de estar muy justificado, «lo que no ha ocurrido», y que sólo entonces podrían encontrar acomodo en otras zonas residenciales colindantes. «En ningún caso se pueden llevar a los montes», reitera. La formación cree que aún se le puede poner remedio a esta actuación e incrementar la dotación de zonas verdes y de vegetación en la zona. Y ha alegado a la modificación del Plan Especial de Zorrozaurre pidiendo que se realicen las adaptaciones necesarias.

Entretanto, el Área de Planificación Urbana rebaja a 4.576 el número de nuevos árboles que deben plantarse según la normativa, porque los técnicos esgrimen que hay que levantar uno por cada 100 metros cuadrados de nuevos usos residenciales y complementarios. Aun así, «se van a colocar 5.839, porque hemos contabilizado la edificabilidad existente como si fuera nueva para cumplir de sobra el estándar», apunta el edil Asier Abaunza, que recuerda que la ley también permite a los promotores que no puedan respetar los estándares compensar económicamente al Consistorio, algo que en este caso, han rechazado.

«Obviamente, no todos esos árboles que se van a generar caben en las calles, plazas y parques de Zorrozaurre y van fuera, algo que es habitual y que permite el propio decreto de julio de 2012. Y si el traslado de unidades solo ha podido materializarse en los montes es porque en las zonas colindantes es imposible al estar urbanizadas», añade.

La urbanización de las puntas de la isla y de la margen derecha del canal tenía que traducirse al menos en 3.000 unidades; y en 2018, la comunidad de propietarios de Zorrozaurre de la que también forman parte el Ayuntamiento y el Gobierno vasco, trasladó a Pikotamendi, Arraiz y el monte Avril 1.603. El resto se situaron en el paseo entre Deusto y San Inazio o comenzarán a plantarse en los alcorques de las calles que se han abierto en las dos puntas. En los rellenos ganados al canal (A12), la mitad de los más de 800 previstos se moverán a «nuevos parques o montes» del resto de la ciudad. En la última fase de la isla, eso sí, todos o la gran mayoría tendrán cabida en un gran parque central.

Es decir, en la zona, donde se estima que se levantarán casi 5.500 pisos (un millar de ellos en la margen derecha del canal), se plantarán 3.800 nuevos árboles en calles y plazas públicas, además de los que podrían situarse en parcelas privadas, que podrían llegar al millar y que «a efectos de la legislación también computan». El resto deberá colocarse en otros puntos de la villa por «falta de espacio».

El motivo, explica Planificación Urbana, es que el propio decreto fija el mismo estándar de arbolado para municipios pequeños que para ciudades densas, donde hay poco espacio y hay que construir en altura, como es el caso de la isla, generando la obligación de plantar más vegetación. Por otro lado, las zonas verdes que reserva el mismo decreto «no son suficientes para albergar todas esas mismas unidades que obliga a crear. Si se plantara todo, todas las zonas libres tendrían que ser bosques, sin hueco para canchas deportivas, juegos infantiles, caminos o bancos».