Bizkaia explora nuevas oportunidades de negocio para atraer a los turistas con discapacidad

Para avanzar en ese terreno, la institución foral, la Universidad de Deusto y asociaciones como Bidaideak –organización vasca de personas con diversidad funcional–, trabajan en el diseño de una estrategia que, a medio plazo, permita atraer a un colectivo que cada vez tiene mayor poder adquisitivo para consumir productos turísticos. «Para que en no más de cuatro años un ciudadano de Hamburgo con discapacidad sepa que Bizkaia es un lugar al que puede viajar con todas las garantías», ejemplifica Txema Alonso, de Bidaideak.

El primer paso es saber qué necesita una persona con discapacidad para elegir un destino. «Mucha información, mucha accesibilidad y la posibilidad de obtener los servicios que precisa para funcionar con normalidad», explica Alonso. «Saber si puede alquilar una scooter para deplazarse con comodidad, si es posible contratar servicios de asistencia personal e higiene, si dispone de buenos hospitales...». La recogida de datos ya está en marcha. Sobre la red hotelera, que cumple la ley, pero «aún está lejos» de los principios de accesibilidad universal que deberían asumir los futuros proyectos; la industria de hostelería, que por las dimensiones de la mayoría de locales todavía soporta «a veces dificultades objetivas», y en la movilidad. Un aspecto en el que, según los afectados, el territorio se sale. «Tenemos un transporte que ofrece un plus y que tiene una calificación de sobresaliente que lo sitúa a la cabeza del Estado y de Europa», destaca el coordinador de servicios de Bidaideak.

Pero hacer una estrategia de turismo accesible también debe tener en cuenta los espacios naturales de un territorio y sus características, y los deberes en este sentido están bastante avanzados. Azeri Natura Guztiontzat, cooperativa de ámbito social, ha sido la encargada de analizar algunos de ellos a instancias de la Diputación. Ocho parajes ubicados en otras tantas comarcas vizcaínas susceptibles de volverse accesibles con una mínima inversión.

Javi Fernández es uno de los dos educadores ambientales que durante tres meses se ha dedicado a comprobar el grado de accesibilidad del camino del río Lea, de Lekeitio a Munitibar; un recorrido circular de 5,5 kilómetros en Gernika; la vía verde Montes de Hierro de Las Encartaciones; la senda Itsaslur, en Muskiz; la vía verde de Axpe a Santiago, en Atxondo; la ruta entre el Castillo de Butrón y Plentzia;los acantilados de La Galea, en Getxo, y la Bahía de Gorliz.

El análisis se ha centrado en el equipamiento que presenta la zona, que de manera indeludible debe estar conectada por transporte público. «En ver qué tenemos en el punto de arranque, si hay servicios públicos, parking, bar, oficina de turismo, centro de interpretación...». También en la descripción general, en el aparcamiento y los posibles caminos al paraje y en su interés histórico. «Todos son recursos potencialmente accesibles, que pueden llegar a serlo con pequeñas obras. Con un rebaje, retirando un mojón, poniendo una barandilla...», explica Fernández.

Terminado el trabajo de campo será el momento de poner en marcha una plataforma que recoja información sobre todos los recursos turísticos que ofrece Bizkaia desde el parámetro de su accesibilidad. Y ahí, subraya Alonso, radica la novedad. «No buscamos calificaciones legales, se trata de ofrecer una base de datos lo bastante completa para que el propio cliente decida si quiere venir. La información es clave, porque da seguridad al viajero y determina la elección del destino». Después arrancará la promoción de un territorio que pretende ser «'friendly' e inclusivo».