Bilbao cerrará al tráfico en 2022 la Gran Vía entre la plaza Circular y Alameda Urquijo
Los Presupuestos del próximo ejercicio recogen al fin una partida para esta peatonalización, pero no para Moyua
Hace tiempo que se viene hablando de ello en el Ayuntamiento pero parece que, al fin, esta será la buena: «El año que viene cerraremos ... la Gran Vía entre la plaza Circular y Alameda Urquijo». Lo anunció ayer el concejal de Movilidad y Sostenibilidad, Alfonso Gil, durante la presentación de su proyecto de Presupuestos para 2022. Ese segmento de la arteria más céntrica de la ciudad (el que discurre frente a El Corte Inglés) se quedará como el contiguo, el que va hasta Moyua y pasa frente a la Diputación. Es decir, únicamente se permitirá el tránsito de transporte público y bicicletas en plataforma única con la zona peatonal.
El proyecto lleva años dando vueltas en cajones y siendo anunciado con cierta periodicidad. Ahora parece que al fin va a ver la luz. La prueba del algodón en estos asuntos se practica cuando se habla de dinero y, en este sentido, hay una partida de 728.000 euros para la obra en las Cuentas de 2022. Hay que tener en cuenta que siendo una transformación importante en un punto sensible, el tajo no es de una gran intensidad. Aún hay que licitarlo, pero debería estar terminado antes de que concluya el próximo ejercicio.
La semipeatonalización supondrá un cambio notable en la circulación por el mismo corazón de Bilbao, ya que los vehículos procedentes de Hurtado de Amézaga deberán continuar obligatoriamente por Buenos Aires, girar por Ibáñez de Bilbao y tomar luego Mazarredo para continuar por Alameda Urquijo.
Eso sí, de momento no se contempla hacer lo mismo con la plaza Moyua, que también lleva tiempo postulándose como 'peatonalizable'. Es más, en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) se recoge esta actuación, a la que se le vienen dando vueltas desde 2018. Pero aquí sí que se daría un revolcón enorme a la circulación por el centro de la ciudad y, de momento, no parece haber voluntad para dar un paso tan arriesgado. En cualquier caso, antes de hacerlo habría un periodo de pruebas para estudiar como se comporta el tráfico.
El próximo será un ejercicio que, en materia de movilidad, va a ser importante. Aunque en los últimos tiempos todos lo han sido porque se han ido sucediendo los hitos: el auge de las bicicletas, la limitación de los 30 kilómetros por hora, electrificación de Bilbobus... El objetivo recurrente es tranquilizar las calles y hacer más amables los desplazamientos a pie. Hay algo que todo esto lleva aparejado: se van a ir retirando semáforos, anunció Gil. Es el modo de dar prioridad a los caminantes frente a los vehículos. En ese ánimo se trabaja desde hace tiempo y el plan es que se concrete en 2022.
Durante la comparecencia de ayer el concejal de Movilidad también destacó que continúa el proceso de renovación con la flota de Bilbobus, algo que también supone un intenso esfuerzo presupuestario. En concreto, se prevé la compra de 13 nuevos autobuses que o bien serán híbridos o eléctricos. También va a comenzar a funcionar en Bilbao el primer «ie tram», que viene a ser una mezcla de autobús y tranvía.
Por otra parte, el Ayuntamiento pretende potenciar el funicular de Artxanda por el lado sostenible tanto por fuera como por dentro. Recordó Alfonso Gil que se trata del segundo equipamiento más visitado de la ciudad por los turistas tras el Guggenheim (todas las guías recomiendan subir al monte para disfrutar de la panorámica de Bilbao). La cuestión es que se reservan 300.000 euros para instalar una fachada vegetal en el edificio, algo así como lo que adorna «el Palacio Europa en Vitoria», ejemplificó el concejal. Además, se va a montar una estructura fotovoltaica sobre el techo de la pista de patinaje con el fin de alimentarlo de energía. En general, «vamos a renovar las instalaciones para hacerlas más acordes con el siglo XXI».
Por último, en el Presupuesto se recoge una partida de 600.000 euros para fomentar el uso del vehículo eléctrico entre los usuarios de los aparcamientos públicos para residentes. Ese dinero irá destinado a la instalación de puntos de recarga en estas instalaciones en las que, además, se habilitará un nuevo sistema de entrada controlado por cámaras que costará 1,46 millones.
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