Bidebarrieta, la calle de los souvenirs

Casi una decena de locales de regalos jalonan este eje en el que casi todos los negocios venden lo mismo. Parecen copias. La mayoría de tenderos oferta una gama casi idéntica: postales a 0,50 euros, carteras de corcho de 8,90, 'puppys' de peluche a 14,50 la unidad, marijaias en miniatura, cuencos artesanales, delantales, abrebotellas, guardalapiceros, abanicos, portavelas, pulseras y, por supuesto, los inevitables llaveros, monederos, termos, mecheros y los imanes para colocar en las neveras.

«Vendemos todo lo que demandan los turistas. Sobre todo. cosas pequeñitas y de poco precio que quepan en la maleta de mano», afirma la colombiana Ely, de la tienda Gernika. La mayoría de clientes no se rasca mucho el bolsillo al gastar una media de entre 3 y 9 euros, aunque algunos se van «hasta los 30». Son compras baratas impulsadas por la existencia de todo tipo de descuentos y promociones.

Salvo excepciones, casi todos los artículos llevan serigrafiados los principales lugares por donde caen los turistas. Las imágenes del Guggenheim, Puppy, «en todos los tamaños y colores», detalla Grisolis Miranda, y la araña 'Mamá' encabezan el ranking, si bien en los últimos meses se ha disparado la venta de camisetas y, sobre todo, de vasos de chupitos, desde 3,99 euros, con las imágenes de San Mamés, Artxanda y baserris. Los clientes más jóvenes suelen optar por la gorras y pulseras estampadas con ikurriñas y con los nombres de Bilbao, Euskadi, Euskal Herria... Los más mayores tiran de txapelas. «Como aquí es tan nuevo el turismo, tenemos cosas pero no tantas como en Barcelona», reconoce Ely.

Aunque el negocio parezca floreciente y disponer de un amplio margen de mejora, alguno de estos comercios ha bajado la persiana tras la fiestas de Navidad. ¿La concentración de tantos locales empieza a pasar factura? No lo cree Fabián Vivas, un venezolano que trabaja de dependiente en Bella Store: «Todo el mundo viene aquí a llevarse un pedacito de Bilbao. Muchos clientes repiten», asegura. «¿Si somos muchos? Hay mercado para todos», aprecia Miranda mientras despacha unas gabarras pequeñísimas. Aparte de regalos, el sector intenta incrementar sus ingresos con la venta de latas de refrescos y botellines de agua fría. En otra cosa que coinciden casi todas estas tiendas es a la hora de recordar la prohibición de tocar las piezas expuestas y en no admitir devoluciones. Vivas asegura que hay otros dos clásicos que nunca fallan: calcetines con el nombre de la capital vizcaína y, por supuesto, «la baldosa de Bilbao».

Smile Original no es una tienda de souvenirs «al uso», según Amaia Aranaga. Se advierte al instante con solo observar cómo está expuesto el género. «Mucha gente se sorprende al entrar a la tienda y encontrar cosas para regalar que no son los típicos souvenirs. Trabajamos con muy buenas calidades », explica la coordinadora de las seis tiendas con que cuenta la firma, repartidas entre Bilbao y Donostia. Arrasan con una elegantísima 'tote bag' -una bolsa- convertida en una pieza casi de culto.

Mari Cruz Martín cuenta con establecimientos en Bidebarrieta y enfrente del Guggenheim. Fue de las primeras empresarias en explotar este negocio. «Hay momentos agobiantes en determinados días, por lo que entiendo las quejas de algunos vecinos, ya que aparecen grupos de turistas por todas las esquinas», reconoce tras advertir que los viajeros miran «mucho» el bolsillo. «Se llevan cosas desde dos euros, pero si pueden gastar solo uno, mejor todavía».

Oscar Ferreira, de Bilbao Ilusioa, se ha especializado en la personalización de sudaderas, tazas, botellas y «adornos de todo tipo. Si quieren una camiseta al momento, ya tengo varios dibujos preparados. Las hago en la talla y colores que quieran los clientes». afirma. Sin embargo, hay también gente que busca comprar algo diferente. «Algunos prefieren gastarse 20 euros en una taza buena y no llevarse algo barato del estilo 'una persona estuvo en Bilbao y se acordó de ti'». Hay clientes de toda clase, pero casi todos acaban comprando en Bidebarrieta.