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Energía desde Loiu hasta la selva peruana
Medio millar de personas disfrutan del deporte y de la compañía en la Carrera Familiar organizada por EL CORREO con fines solidarios
Lo dice Monika con la sencillez tranquila que hermosea las cosas importantes: «Venimos porque es un modo de hacer deporte y juntar a la familia. Nos lo pasamos bien». Ahí estaba ella, en Loiu, con su aita, Iñaki; su hermana, Vanessa; su marido, Carlos; y los pequeños Oier, Leize, Daia, Luan y Kiran. Todos en alegre comandita. Son de Sestao y Barakaldo y se han vuelto asiduos a las carreras familiares. «Empezamos con la de Bilbao y luego fuimos a la de Zierbena, Getxo... Y ahora Loiu».
Sí, este domingo se celebró en el bonito municipio del Txorierri la Carrera Familiar Solidaria organizada por EL CORREO en la que participó medio millar de personas. La recaudación, de 1.120 euros, se entregó a la asociación Iquitanz. «Nos dedicamos a sensibilizar sobre la realidad de los países empobrecidos y hacemos proyectos educativos y de desarrollo», explica Ángel Andújar. Vinculada al colegio Urdaneta, la ONG ahora está inmersa en el impulso de un centro de menores en la selva peruana, «en Iquitos». Fue en esa ciudad sudamericana y en Tanzania (de ahí el nombre de la ONG, Iquitanz) donde comenzaron a trabajar hace 29 años. «Ahora estamos en más sitios».
Con esa buena causa de fondo, a las 10.30 de la mañana comenzó a sonar la música para que el personal se pusiese a calentar y se entusiasmase. Consigue un ambiente especialmente vitaminado el 'Negua Joan da ta' de Zea Mays; 'Without Me', de Eminem; o 'Aldapan Gora', de Huntza. Ya se ve, cosas variadas. Pero sobre todo lo hizo María, combinación precisa y equilibrada de entrenadora, bailarina y show-woman que dirigió los ejercicios desde el escenario colocado en el barrio de Larrondo.
Frente a ella la concurrencia nutrida, toda con camisetas rojas y distintos grados de flexibilidad, se echaba unas risas y se ponía a prueba. No lo hacía Gael, claro, porque a sus dos meses seguramente fuese el participante más joven en el evento y andaba sumido en sus incumbencias, que vienen a ser descubrir el mundo extraño y pasmarse. Le acompañaban Rosa, Laura, Isa, Lea, Iñigo, Ander, Luis Pablo, Mikel y otro Iñigo. Este grupo hunde sus raíces diversas en Salamanca, Palencia, Galicia y Bilbao, aunque todos viven ahora entre la capital y Getxo.
Hay que mencionar eso, la diversidad, como una de las principales singularidades del evento. Nati, Iván y el pequeño Ángel Mateo se presentan como «de Guinea, Madrid y Melilla». La representación china también era nutrida y muy implicada. Y por supuesto había mucha participación local, del mismo Loiu, como Corina, Josu y Oihan, con el perro Nut.
De una a cinco vueltas al circuito
A las once en punto se dio la salida a la carrera. El circuito, de 1,4 kilómetros, se podía afrontar con distintos grados de ambición: dar un mínimo de una vuelta y un máximo de cinco. No se buscaban ganadores. El evento, organizado por este periódico, estuvo patrocinado por Aena, el Ayuntamiento de Loiu, Aceros Olarra, Nacil Medica, y contó con la colaboración de Coca-Cola y BM.
Tres cuartos de hora después, con el medio millar de participantes mayormente sudorosos, se le entregó el cheque a la ONG, hubo momentos de enfriamiento con música tranquila y estiramientos, y se sortearon bicicletas. Una de ellas, por cierto, le tocó a Monika y familia, la gente con la que arrancábamos este texto, en una pirueta del azar que podría interpretarse como una especie de premio a la fidelidad.
