Alarma en la Fiscalía por los menores tutelados víctimas de agresiones sexuales
Un 27,4% de las 62 diligencias abiertas en 2024 correspondían a jóvenes, sobre todo chicas, protegidos por la Diputación vizcaína
La Fiscalía Superior del País Vasco, en su memoria anual correspondiente al ejercicio de 2024 hecha pública ayer, tacha de «alarmante» el «elevado número de ... menores tutelados que resultan víctimas de violencia sexual». De las 62 diligencias preliminares tramitadas en 2024 en Bizkaia por un delito de agresión sexual en menores, en 17 de ellos, la víctima era un joven protegido por el servicio de Infancia de la Diputación, lo que supone un 27,4% del total. De esos 17 casos, en ocho el supuesto autor era también un menor tutelado. En la inmensa mayoría, la persona abusada era mujer y el agresor, hombre, salvo en un caso en el que tanto víctima como autor eran de género masculino, detalla el Ministerio público, que dirige Carmen Adán, como fiscal superior en Euskadi.
En este sentido, Adán propone al final del informe una reforma legislativa para «buscar una mayor protección normativa para las agresiones a menores frente a otros chicos con los que conviven en el mismo centro», así como para los educadores, que también se han convertido en la diana de los ataques. Pese a registrarse en un entorno educativo, este tipo de conductas sólo pueden calificarse desde un punto de vista penal como delitos leves de lesiones, lo que genera «impunidad» en los autores e «indefensión» en quienes los sufren.
La víctimización de las menores tuteladas y el abuso sexual se produce en un contexto de «llegada incesante de menores extranjeros no acompañados a la provincia de Bizkaia, generando graves dificultades al servicio de infancia para acogerlos de forma adecuada y evitando «aglomeraciones indeseables». La Fiscalía Superior vasca advierte de que resulta «imprescindible un aumento de plazas específicas para menores extranjeros no acompañados con graves trastornos de conducta». En el año 2023 no había ninguna en el territorio.
Durante ese período, los fiscales de Bizkaia realizaron dos visitas al centro de primera acogida de extranjeros de Amorebieta-Elguezabal y otra al Vivero, cerrado después del verano y reabierto este año, entre otros de atención más específica. Una de las dificultades reside en la dificultas de determinar la edad de los supuestos menores, en concreto con chicos procedentes de Ghana, con documentos auténticos, aunque poco fiables.
Bullying
Los problemas de los menores concentran una parte destacada de la memoria fiscal correspondiente a 2024. Destaca también el aumento de un 50% de las denuncias por violencia de género, pasando de 11 en 2023 a 27, el año pasado. Sólo 17 de los casos llegaron a juicio porque el resto tuvieron que archivarse al ser el autor menor de 14 años (2 expedientes) o no haber prueba suficiente porque la víctima no quiso denunciar.
Dos casos de violencia de género habitual ofrecían extrema gravedad por el «control de la ropa que viste la novia y sus amistades, por el aislamiento y el control del contenido del teléfono y la ubicación cuando no están juntos, con insultos relativos al físico, al sexo o la vestimenta, e incluso con amenazas de muerte». Terminaron con emujones, agarrones de cuello, coacciones para retomar la relación o amenazas por Instagram tras la ruptura. En ambos, que se encuentran aún en trámite, hubo «agresiones sexuales reiteradas».
La violencia machista se extiende también al entorno escolar tanto en centros públicos como concertados y privados, donde se incoaron 25 procedimientos por acoso entre chicos de entre 12 y 15 años. En una decena se archivaron por ser menores inimputables. En varios casos, el bullying se dirigía a jóvenes con problemas de salud mental o importantes minusvalías físicas y psíquicas. «Uno comenzó a autolesionarse a raíz de estos padecimientos», tales como insultos, amenazas, coacciones y aislamiento. Las acciones presenciales en las aulas se amplifican con otras proferidas a través de las redes sociales, fundamentalmente Instagram. «Mariquita, gordo, ojalá que te violen», son frases dirigidas a los varones acosados. «Zorra, te vamos a pegar, gorda, chupapollas», a las niñas.
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