Amanecer caótico en Loiu con 13 cancelaciones o retrasos por el vendaval de ayer

El aeropuerto de Bilbao ha amanecido hoy sumido en un caos de pasajeros que buscaban una salida para despegar y llegar a sus destinos. El viento aún se hacía notar en las pistas con rachas moderadas pero se podía volar con normalidad. El gran problema es que los aviones que tenían que haber partido a primera hora no han dormido en Loiu porque no pudieron llegar anoche a consecuencia de la virulencia de la borrasca 'Elsa', que causó también algunos destrozos en Bizkaia. Así que sólo un aparato ha salido en las dos primeras horas de actividad: un Vueling con destino a Tenerife. Otras 13 operaciones se han visto canceladas o retrasadas. Aproximadamente se han visto afectadas unas 2.000 personas.

Ahora mismo, el aeródromo opera con normalidad, pero queda sacar aún a una parte de todos estos pasajeros que se han quedado en tierra.

Entre las 21.00 y las 00.00 horas del jueves, el vendaval hizo que un total de 12 vuelos fueran desviados a destinos como Pau (Francia), Madrid, Barcelona o Vitoria. Sólo 2 de los 15 aviones que duermen en Bilbao lo han hecho esta noche. Así que lo pasajeros que tenían que abordar esos aparatos desde las 06.45 de esta mañana se han llevado un chasco terrible a su llegada a 'La Paloma'. «Nos podían haber avisado antes», asegura Mayra, una joven que tenía que despegar hacia Franckfurt. «Me he levantado a las cuatro de la mañana y no me sacan de aquí hasta el mediodía, más o menos», comenta indignada mientras apura un té en la cafetería.

Ahora mismo, por los rincones del aeropuerto hay pasajeros tratando de conciliar el sueño o sobrellevar la espera. No faltan algunas personas echadas en el pavimento y otras en bancos. Es el caso de Lucrecia Gómez. «Estoy preocupada porque tengo un vuelo de conexión hacia Honduras y me da que no voy a llegar», lamenta.

Las aerolíneas están intentando sacar a sus clientes cuanto antes. Han enviado aviones a Loiu, que están empezando a llegar y salir. La operación reembarque se prolongará aún hasta primera hora de la tarde. Volotea y Vueling han llevado al pasaje de dos vuelos a Foronda, donde han pernoctado dos de los aparatos desviados, para poner rumbo hacia Granada y Oporto.

De nuevo, el viento sur ha convertido al aeródromo vizcaíno en un destino incómodo para los pasajeros y pilotos siempre que hace aparición la temida cizalladura -una especie de turbulencia que cambia constantemente de dirección y afecta a la sustentación misma de las aeronaves-. Sin embargo, el número de vuelos que son desviados no resulta significativo si se tiene en cuenta el total de las operaciones. En lo que va de año, 60 aparatos que se dirigían a Loiu han terminado en otro aeródromo. Una cifra que apenas representa el 0,12% de los 48.000 despegues y aterrizajes registrados.

El problema es que los desvíos tienen un impacto en el quehacer de los pasajeros. La cizalladura tiene, además, un efecto psicológico en las personas que van a volar, sobre todo en las que experimentan cierto miedo a los aviones. «Es incómodo pero tampoco son tantos días al año», valora un experimentado comandante consultado por este diario. El Colegio de Pilotos defiende siempre que las imágenes de aviones tomando tierra ladeados corresponden a operaciones «perfectamente descritas en los manuales, están entrenadas y son seguras».