Unidos para siempre por un momento épico
Los protagonistas del ascenso de hace quince años del Bilbao Basket recuerdan aquella experiencia imborrable
21 de mayo de 2004. Una de las fechas clave en la historia del Bilbao Basket. El día en que cerró con un 3-0 ... su eliminatoria contra León para asegurarse el premio de una plaza en la ACB. Trece años sin baloncesto en la élite en el botxo resueltos con la plantilla, entonces, rojilla comandada por Txus Vidorreta. Un trabajo eficaz en el tercer partido de la serie en un pabellón leonés que recibió con garras afiladas a la franquicia de Miribilla. El ambiente estaba tan caldeado que en la segunda fecha en La Casilla Julio González (integrante de los junior de oro campeones del mundo) fue enviado a vestuarios tras propinar un cabezazo a Patrik Saenz de Ugarte, capitán de los bilbaínos.
Pero lo que prevalece es el recuerdo de una conexión que unió para siempre a un grupo con una química diferente. A Patrik la primera imagen que le viene es «la de Txus Vidorreta en la ducha. Joder, ya han pasado quince años...». Para todos. «Entramos en el partido como vikingos y la celebración en el vestuario hizo que todo el que entró saliera mojado». En lo personal, el capitán rojillo llegó a dudar sobre si paladear o no la ACB. «Los últimos cinco años de mi carrera iba a tres Voltaren al día para que no se inflamaran mis rodillas. Y jugaba con un menisco roto que se me escapaba y debía ir a menudo a la banda a recolocarlo. Tenía muy claro que lo dejaba, pero luego, al ascender, estuve quince días diciéndome si no aguantaría un añito más».
La clave de esa gesta se concentró en los dos primeros partidos ganados en la Casilla. «El año anterior también fuimos dos a cero en casa contra ellos pero no tenía buenas sensaciones y nos eliminaron. Esa vez era distinto». Y la porción de gloria que le tocó la vivió con idéntica intensidad al resto de compañeros. «Ser de casa puede darte más arraigo, pero de aquel grupo tan feliz se puede decir que todos eran de Bilbao».
Siempre a su vera, como segundo capitán, Lucho Fernández aún se emociona recordando aquella noche de viernes en león. «Me veo en la grada, con la gente que había ido desde Bilbao, todos chillando. Aún se me ponen los pelos de punta. Fue un año mágico. Se nos escapó la Copa en la prórroga en Zaragoza, pero ascendimos y ganamos la Liga». En el caso del alero coruñés también tuvo mucho de premio personal. «Tuve opciones antes, que no cuajaron, de jugar en ACB en Breogán y Caja San Fernando. Era mi tercer año en un club en el que caí de pie, mi segunda casa».
La unión moldeó un grupo compacto. «Hasta los extranjeros se amoldaron bien, incluso Venson (Hamilton) que estaba zumbado pero era un bendito, alegre y siempre contento». 'Luchiño', al echar la vista atrás, reconoce que «ni de coña hubiera imaginado que quince años después Javi Salgado seguiría jugando. Me alegro un montón y un ascenso para él sería la hostia». Estará este fin de semana en Miribilla, donde meses atrás regresó con su familia en el RETAbet-Betis. «Fue muy emocionante porque la gente te recuerda y mi hija alucinaba porque me llamaban y me saludaban». No olvida a Txus Vidorreta, «entrenador Top, uno de los mejores que he tenido» y ver a los ahora hombres de negro de regreso en la ACB «sería también muy especial para mí. El pabellón será una locura».
Cumpleaños en el lote
Las anécdotas se suceden en las conversaciones con los protagonistas de tan feliz e imborrable historia. Juanma Rodríguez ejercía como escolta trabajador y eficaz en la marca. El canario tuvo ese año que pasar por el quirófano para restañar un menisco, se perdió la Copa, pero llegó a tiempo para ayudar al equipo en la recta final de la temporada. Al volante ahora de un camión en su Las Palmas natal y con «dos bebés que te impiden mantener el contacto con nadie» es imposible que olvide aquel día. «Entre otras cosas porque era mi cumpleaños», bromea.
Aporta otro dato. «Nos prepararon una encerrona, con pancartas fuera del pabellón en León y mucha tensión. Estábamos muy motivados por eso». Cierto. Hubo una campaña mediática que extralimitó los márgenes deportivos, sin venir a cuenta. «Nos unimos más si cabe. Era uno de los mejores grupos de los que formé parte. Incluidos los americanos, hasta Howard», comenta en referencia al exNBA que mostraba un carácter amable, pero más introvertido dado que le pasaba una factura de indisimulada tristeza estar lejos de sus hijas, que se quedaron en Estados Unidos». El grancanario remata su aportación con el reconocimiento a Vidorreta. «Me llamó siempre la atención lo directo que era, muy claro. Aunque te acaloraras te lo decía todo a la cara».
Si alguien entiende de ascensos a ACB es Jorge García, otro integrante del roster vizcaíno. Hasta ocho acumuló en su carrera deportiva. «Del primero con Alicante ya han pasado veinte años», explica desde esa ciudad en la que reside ahora como profesor de educación física y opositor a una plaza estable. Va nombrando durante la conversación a todo el roster, que define como integrado por «trabajadores». Sólo jugó aquel año en Bilbao pero su duende hizo efecto. «Lo teníamos todo. Un buen grupo, jugadores con talento y un muy buen entrenador». Con Lucho es con quien ha mantenido mayor relación «y con Salgado llegué a jugar después».
Ricardo Uriz le daba la réplica a Javi Salgado. Como el de Santutxu valora ahora qué hacer tras un año en el que «me han juntado todas las lesiones que no había tenido». Tiene fresco el recuerdo de «toda nuestra gente detrás de la canasta que teníamos a la derecha del banquillo en León» y amplía los momentos estelares a la eliminatoria anterior, sin la que no hubiera sido posible el ascenso. «Ganamos los dos de casa al Huelva, que había quedado octavo, en el tercero nos metió de más de treinta y tuvimos que acabar con un quinto partido muy duro en La Casilla».
Y combina los flashes de la celebración leonesa con los de la posterior fiesta en La Casilla en el partido por el título ante Granada. «Un fiestón, con fuegos tras las canastas». Le suena la encerrona que se había preparado en contra del Bilbao Basket y la entronca con unas eliminatorias «muy duras. Recuerdo que en la otra, del Granada y el CAI, Ciorciari y Doblas tuvieron lo suyo».
Desde los links escoceses, José Luis Maluenda se apunta al recuerdo. «Lo tengo superpresente, la fiesta en la grada, yo cortando la red, el subidón que vivimos. Había tal química que logramos ser amigos, algo muy complicado hoy en día». Y aporta una anécdota. «Solía grabar los capítulos de Los Serrano y era lo que veíamos en el autobús, también los americanos». Era el jugador con más recorrido ACB y se define como uno más, aunque tuvo una empatía especial con la Casilla. «Se me daba muy bien entrenando y tenía tal confianza que ha sido el único campo en el que robaba y en un uno contra nadie me paraba y tiraba de tres. Txus no me podía decir nada porque los metía». De eso, de todo, hace ya quince años.
La plantilla
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12 Elegidos para la gloria por Txus Vidorreta: Javi Salgado, Ricardo Uriz, Bryan Howard, Juanma Rodríguez, Patrik Saenz de Ugarte, José Luis Maluenda, Lucho Fernández, Iker López, Jorge García, Joseba Iglesias, Bryan Sallier y Venson Hamilton.
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