El Surne inicia una nueva reconstrucción del equipo y quiere que vuelva a liderarla Mumbrú

La continuidad de Mumbrú es una incógnita que el Surne quiere despejar cuanto antes para dejar el tema del banquillo resuelto y a partir de ahí profundizar en la política de renovaciones y sobre todo de fichajes. En la comparecencia posterior a la derrota frente al Betis, el discurso del técnico destiló un cierto aire de despedida, aunque todavía no hay nada decidido y la oferta que le prepara el club la tendrá encima de la mesa en cuestión de horas. «Hay que sentarse a hablar. Tomaremos la decisión que haya que tomar», deslizó el catalán sin arrojar una sola pista sobre sus intenciones de cara al futuro más inmediato. Eso sí, dijo una verdad incontestable: «Los jugadores vienen y van. Cada año hay que hacer un equipo y es difícil. La planificación de la temporada empieza justo cuando acaba esta». De ahí que la franquicia de Miribilla trabaje ya en varias direcciones, con los objetivos bien definidos en cuanto al plantel actual y también en un mercado en el que empieza a 'tocar' piezas con vistas al curso 2022-2023.

Una de las patas del futuro proyecto pasa por intentar renovar a cuatro 'cupos' como Rafa Luz, Ludde Hakanson, Tomeu Rigo y Álex Reyes. El club se ha puesto manos a la obra y espera llevar estas operaciones a buen puerto. De todas formas, no será tarea sencilla atar al base brasileño y al escolta sueco. Los dos han hecho una buena temporada, aunque las cartas se pondrán boca arriba en forma de contratos nuevos que certificarán la determinación del club de seguir contando con sus servicios. El de Araçatuba es puro carácter, liderazgo en la cancha, donde se convierte en la prolongación del entrenador. Un tipo que jamás baja los brazos, tira del carro y defiende como un demonio. El 'volador nórdico' ha hecho una de sus mejores campañas en la élite, con una media de casi 10 puntos por partido y buenos porcentajes de tiro. Si deciden seguir, los dos formarían parte de la columna vertebral del Surne 2022-2023.

A nadie se le escapa que ha habido dos jugadores que han sobresalido por su baloncesto, recursos y números. Ángel Delgado se ha revelado como una figura clave, con actuaciones brillantes, récords históricos -su 44 de valoración ante el Tenerife es la plusmarca del Surne en la ACB- y una entrega extrema bajo los aros. Renovarle es una misión prácticamente imposible. Salvo milagro que pocos esperan, el pívot proseguirá con su carrera en un club que le atraerá con un contrato potente. Toca ir asumiendo que Miribilla se quedará huérfano del fuego caribeño, aunque tal vez haya posibilidades de cerrar la continuidad de otro 'killer', en este caso de larga distancia, como Drew Goudelock. La 'mini mamba' ha promediado más de 14 puntos por partido y casi un 40% desde la línea mágica, una metralleta que al club le encantaría conservar en su arsenal. Si el 'caso Delgado' está perdido, el del escolta americano tiene al menos posibilidades de prosperar.

A la franquicia de Miribilla también le alegraría retener a Damien Inglis, aunque su continuidad se antoja complicada. El francés, que cambió el sofá de su casa por las canchas de la ACB, se ha revalorizado una barbaridad y no le faltarán pretendientes. Un cuatro diferente, completo, que flota por toda la cancha y hace miles de cosas en ataque y en defensa es un caramelo para chequeras solventes. Es un tipo especial y volcánico al que hay que saber llevar -Mumbrú hizo un máster en gestión de recursos humanos-, pero antes que nada es un jugador como la copa de un pino que querrán tener muchos dentro y fuera de la Liga Endesa. La continuidad de Jeff Withey sería una opción interesante por aquello de su condición de sueco en la pista, pero el americano, de 32 años, se movería a cualquier parte del mundo si le llega una oferta económica interesante.

Este sería el escenario de los deseos, intenciones y posibilidades, algunas factibles, otras en estudio o directamente imposibles. En el otro lado de la balanza se sitúan los que a día de hoy no cuentan con una oferta de renovación. Son los casos del capitán Jonathan Rousselle -el base reconoció en una entrevista con este periódico que no tenía noticias del club-, Stefan Peno -escasa aportación del serbio-, David Walker -vino para suplir a Bigote- y Gytis Masiulis -una promesa que no aprovechó del todo su oportunidad en la ACB-. El Surne, que acaba de cerrar su sexta mejor clasificación histórica en la élite, vuelve a la reconstrucción de todos los años. Acertar en la confección de la plantilla será fundamental para evitar cuadros de ansiedad. La carrera por la salvación está en marcha.