«Queremos ver cómo ganáis la Copa»

Vivieron todos a una, jamás dejaron a nadie que les asaltara por la calle sin la foto, el selfie, el autógrafo o las dos o tres frases intercambiadas. Era el modo que tenían de devolver parte de lo recibido. En cariño, cantidades industriales.

En una fecha tan señalada como la disputa esta tarde en Sevilla de la final de la Copa Princesa ante el Betis, EL CORREO se ha puesto en contacto con once significativos hombres de negro. Para desnudar sus recuerdos en la franquicia vizcaína y para que emitan un mensaje de apoyo al equipo, que busca dar una alegría a la afición en forma de título. De Estados Unidos a China, concentrado el grueso de exjugadores en Europa, todos ellos reivindican su lealtad a un escudo, a unos seguidores que les veneraron y a una ciudad. Huelga decir que no saldría mal roster de este ramillete de hombres de negro que confirman «que nunca se deja de serlo».

La familia Recker, palabras mayores. Luke, actualmente entre despachos y hospitales como especialista en la venta de material quirúrgico de vanguardia para operaciones de columna, a veces deja volar la imaginación y se teletransporta a, posiblemente, los años más felices en la franquicia entonces de La Casilla. Se sentían los 'Reyes del Mambo' y sus bailes tras cada victoria eran el refrendo a la mejor química conocida. Su mensaje es directo. «¡Vamos MIB! Buena suerte a los hombres de negro en la próxima Copa. Echamos mucho de menos a la ciudad de Bilbao y a sus grandes personas. Siempre están en nuestro corazón. Estamos muy agradecidos por todo y guardamos los mejores recuerdos. Os estaremos animando desde Estados Unidos».

Abrió brecha helena con Vasileaidis en Bilbao. Trabajador nato, coincide con muchos de sus antiguos compañeros en que «en Bilbao pasé algunos de los mejores años de mi carrera. Lo pasé muy bien, tanto en la cancha como afuera. Éramos un equipo muy bueno porque éramos como los miembros del personal, de la junta directiva... Estábamos juntos en los momentos buenos y en los malos. Finalmente tuvimos éxito». Conocedor de la situación de 'stand by' en que vive el club, muestra su solaridad. «Quiero decirles a todos que, aunque sea difícil, hay que estar juntos como una familia, como lo fuimos en el pasado. Así el equipo volverá a donde pertenece, que no es otro lugar que la primera división y las competiciones europeas».

Aunque cambió de aires llamado por una suculenta oferta econónica, el escolta de Albuquerque rumió como pocos la decisión de marcharse o quedarse. Al final pensó en su familia. Ahora lesionado en Sassari, refresca la memoria de un pasado cercano. «Mi tiempo en Bilbao fue genial. Los aficionados eran increíbles y el club uno de los mejores para los que yo he jugado como profesional. Estoy ilusionado al saber que va a disputar la Copa. Tiene un gran entrenador y el equipo lo está haciendo realmente bien. Estoy impaciente por ver por televisión el partido». Ya lo sabe, hoy desde las 18.00 horas.

Fue, más que la apuesta, la obsesión de Fotis Katsikaris, quien no paró hasta convencer a Gorka Arrinda para fichar al 'señor de los anillos' a un precio... Pero el base internacional griego siempre estuvo por encima de polémicas y se centró en el parqué. Sin duda un gran profesional que celebra la llamada de este periódico. «Lo primero que quiero es desearle suerte a todo el equipo y a Álex Mumbrú en la Copa. Disfruté mucho jugando en Bilbao. La ciudad era muy agradable y los aficionados fantásticos. Al principio fue difícil para mí, pero después de un tiempo me sentía bien en el equipo. Todo lo mejor para el Bilbao Basket», dedica desde el Brose Bamberg alemán en el que sigue en activo.

Le seguimos viendo en activo muy cerca tras dejar Bilbao, pero Lucho nunca ha sido 'sospechoso' de protagonizar un cambio de chaqueta. Entrena, medio juega a veces, representa a jugadores, tiene la mejor tienda virtual de 'zapas' del país y se le sigue iluminando la mirada cuando se imagina en La Casilla. «Fueron tiempos maravillosos en los cuales logramos ascender de LEB 2 a la ACB, con sus correspondientes ascensos y disputa de las Copas y su celebración haciendo la trainera capitaneada por Patrik. Y quiero que la vuelvan a hacer hoy. El equipo volverá otra vez a donde corresponde estar por su trayectoria y este fin de semana tienen un primer título en juego donde estoy seguro que intentarán llevarse la Copa para Bilbao. Les mando mucho ánimo tanto al equipo como a la afición que les dará su empujón para poder conseguirla».

De los contactados es el que más reciente tiene su uniforme como hombre de negro. El descenso, aunque llegó a estar dispuesto a quedarse, le llevó a cerrar el ciclo de su carrera en Charleroi y su Bélgica natal. «Mucha suerte para el primer gran reto de la temporada contra un rival complicado. Con confianza y determinación se puede conseguir lo deseado por todos», desea con pleno convencimiento por la total confianza que tiene en su amigo Álex Mumbrú, ahora en el banquillo de los bilbaínos.

«Jugar la Copa siempre es especial, ver a las aficiones juntas en armonía te da alas para jugar. Pero cambiaría todo eso por volver a sentir una erupción de emociones en Miribilla. Con el equipo en Segunda, ver el pabellón de Miribilla casi lleno una vez más demuestra la pasión y fidelidad que solo se pueden ver en Bilbao. Tengo confianza en Álex porque sabe de baloncesto a la perfección y es un líder nato. Os deseo mucha suerte de corazón, familia».

El nacimiento de su hijo, «que técnicamente es bilbaíno», le ha cambiado la vida. Pero hay cosas a las que el cohete letón no renuncia. «Bilbao sigue siendo el mejor sitio donde he jugado o vivido. Echo de menos la ciudad, la gente, el ambiente de Miribilla. Es una pena haber bajado a la LEB, pero es lo que hay que hacer para volver a tope. Ganar esta Copa podría suponer un pasito adelante».

De letón a letón. 'Escolástica' quiso regresar a Bilbao cuando el pasado curso le reclutó el CAI. «Es mi equipo, no ha habido otro lugar en el que me haya sentido tan en casa. Una parte de mi corazón se quedó allí y siempre estará con sus aficionados. Me siento muy afortunado por haber podido formar parte del Bilbao Basket durante cuatro años. Le deseo al equipo un gran éxito en esta Copa y que vuelva pronto a la ACB».

'Bogrinho' predica con el ejemplo de no tirar la toalla, algo que sabe que jamás hará su exequipo. «Las recompensas siempre llegan. Sí, en ocasiones tardan demasiado, pero en Bilbao se trabaja duro y ganar esta Copa sería un triunfo y un premio por no rendirse. Todo allí fue bueno para mí».

Así reza uno de los numeroso tatuajes que decoran su cuerpo. El gran 'Ajax' se adhiere a la corriente de apoyo a sus excompañeros. «Estoy pendiente de lo que ocurre allí y sé que la ciudad y los aficionados empujarán el proyecto a donde debe. Porque son guerreros, y cuando sueñan...».