Derbi de alta tensión para empezar el año
El RETAbet recibe esta tarde al Acunsa guipuzcoano con la necesidad imperiosa de ganar para dejar de verse en puesto de descenso
Unos juegan por la gloria y otros por la supervivencia, acto que también glorifica al débil. El de esta tarde (16 horas) en Miribilla es ... un derbi del segundo escalafón. Enfrenta a las dos franquicias en puestos de descenso, en las que hay una evidente causa-efecto entre el escaso parné del que dispusieron para hacer sus plantillas y la situación clasificatoria que tienen. El RETAbet tiene en su punto de mira al Zaragoza y Betis y si gana al vecino donostiarra igualará a cuatro victorias con el perdedor de ese duelo en pista aragonesa. Nunca se sabe qué es mejor, dando por hecho que los de Mumbrú solventen con éxito su compromiso. El average es muy favorable con los sevillanos ya que se ganó allí y desastroso con los maños que pasaron como una apisonadora sobre un irreconocible Bilbao Basket.
Con una victoria más que el Acunsa, los hombres de negro tampoco están para tirar cohetes. Pero las sensaciones que dan unos y otros son muy distantes. Mientras los vizcaínos han desperdiciado ocasiones propicias, han peleado partidos hasta los metros finales y sólo en dos o tres casos se han desconectado, los números de los guipuzcoanos son realmente preocupantes para sus intereses.
Sus únicas presas fueron siempre en Illunbe el Zaragoza (70-67) y Andorra (86-82). Llevan siete derrotas seguidas y en ese tramo, atendiendo a los resultados finales, prácticamente nunca tuvieron opciones, salvo días atrás frente al Manresa. La media arroja 21,7 puntos de demora, que suben a los 25 cuando juegan fuera de casa. Unicaja ganó al GBC por 45, el Baskonia por 12, Murcia por 17 y el Valencia le sacó 26 puntos. Y como local le crujió el Joventut por 31, el Gran Canaria por 14 y solo ante el BAXI manresano ha logrado en este rosario de derrotas limitar su demora a un dígito (7).
Las dos últimas derrotas han venido desde la línea exterior y por pasillos sin vigilancia hasta la cocina, mandamientos básicos
Consciente de que la losa es tremendamente pesada, Marcelo Nicola trata de alentar a su tropa para que se resetee. Así, les inocula para ganar en Bilbao con una fórmula que incluye «ser nosotros mismos, liberarnos de presiones mentales, competir y disfrutar jugando». Qué bonito suena y que complejo es de llevar a cabo en una situación tan delicada. Pensamiento absolutamente firmable por los hombres de negro.
Llevan los de Mumbrú dos jornadas en las que sus derrotas han tenido mucho que ver con el acierto rival desde la línea exterior y accediendo por pasillos sin vigilancia hasta la cocina. Son dos mandamientos básicos en el baloncesto. El primero incluye también el componente del acierto, desproporcionado para Unicaja y Burgos. Aunque pudieran tirar muy liberados veían el aro en ambos equipos como 'fosteritos'. Menos digestible es esa ausencia de un peaje, una barrera, una ayuda que llegue a tiempo para relativizar el daño recibido en las incursiones. A falta de alguien que imponga respeto de verdad, léase Balvin, el equipo tiene otras armas que tienen mucho que ver con el entendimiento de las normas que plantea Mumbrú y con la voluntad de comerse el marrón de tapar agujeros, en ocasiones asumiendo el golpe o la falta provocados por la debilidad inicial de un compañero. Se espera que Hakanson pueda jugar. Y esa es una muy buena noticia para un conjunto que debe pensar en positivo.
ÁLEX MUMBRU
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