El botín, en lo profundo de la cueva
El Laboral Kutxa visita al Barcelona en una oportunidad tan difícil como prometedora de dar un salto en su grupo del Top 16
Alfonso Azkorreta
Jueves, 28 de enero 2016, 23:38
La trayectoria del Laboral Kutxa está salpicada de desafíos al límite; de luchas David contra Goliath que han exigido a los azulgranas inteligencia, determinación y suerte. El Barcelona se alza esta noche en el camino como otro de esos retos de última frontera (Palau Blaugrana, 21.00 horas, ETB). Un partido relativamente cómodo para la tropa de Velimir Perasovic, si es que esta expresión puede utilizarse en un duelo del Top 16 donde se dan de todo menos las gracias. Porque perder está exento de perjuicios extras y ganar proporcionará pingües beneficios en un grupo de máxima igualdad (ambos equipos empatan a dos victorias). Otra cosa es cómo lograr el premio, que uno imagina como un tesoro al fondo de la cueva del oso.
Haya o no una fiera, el partido remite al precedente de esta misma temporada en el Buesa Arena. A finales de noviembre, los baskonistas derribaron al plantígrado catalán después de una prórroga (87-79). Detalle que quedará en pura anécdota cuando suene el pitido inicial, pero que habrá servido para demostrar las fragilidades del Barcelona. Como sucedió en aquel enfrentamiento y volvió a advertir ayer Velimir Perasovic, el Laboral Kutxa solo puede plantearse el triunfo si exprime sus posibilidades. Desgaste defensivo e inspiración en ataque. Si falla una de esas bases el andamio se vendrá abajo. La historia de todos los partidos del Top 16 celebrados en el Palau aporta su granito de arena en la demostración de lo anterior. En 40 encuentros, los catalanes solo han cedido uno. Eso sí, ante el Baskonia.
Con Navarro
Cuando arranque el partido decidirá un sinfín de detalles. Y varios nombres llaman la atención. Por ejemplo, el de Juan Carlos Navarro, al que sus recurrentes achaques no le impiden jugar la Euroliga -Arroyo seguirá de baja-. O el de Justin Doellman. El ala-pívot se encuentra en un momento de forma extraordinario, el mejor desde que viste la camiseta blaugrana. Fue decisivo contra el Real Madrid la semana pasada y siempre, desde su etapa en el Valencia, ha hecho mucho daño al Laboral Kutxa. Su duelo con Shengelia y Tillie será uno de los puntos de atención del partido.
Aunque para enfrentamientos individuales, el de Tomic y Bourousis, los dos jugadores más valorados de ambos equipos. Pascual sabe que cortocircuitar al Baskonia pasa por fundir al griego. Y éste sabe que una amplia nómina de musculosos pívots catalanes, con machacona insistencia, irá a por él. De ese juego de contactos, inteligencia, estrategias y acierto dependerá una parte del resultado final.
Pero no será el único aspecto relevante. Quizá la clave se encuentre en el balance entre balones perdidos y recuperados. El Barcelona destaca por el control de ese aspecto del juego, un punto en el que el Baskonia flojea. Sin embargo, los vitorianos son muy hábiles robando balones, virtud con la que logran canastas fáciles, al margen de agobiar a los manejadores de balón rivales. Chocarán, en definitiva, dos estilos de juego contrapuestos.
Control y velocidad
Porque el Barcelona desborda talento, pero a Pascual le gusta el juego contenido; prefiere el ritmo lento antes que el partido se acelere, aunque para ello tenga que pagar el precio de un juego aburrido, a veces contrapuesto a la naturaleza de algunos de sus pupilos y no siempre efectivo. Enfrente, un Baskonia que se siente mucho más cómodo al galope. No será el ideal baloncestístico de Perasovic -ni del 99% de entrenadores-, pero contener los molinillos de Adams o James resulta sencillamente imposible. Ese punto de desenfreno, regado con muchos puntos, ha venido muy bien al equipo en varios partidos. Además, hay jugadores que han crecido con el aumento de revoluciones, como Hanga, perfecto para vivir en el piso de arriba. Y otros han sabido comprender que este estilo es el que le va bien al grupo. Es el caso de Causeur y Bourousis, la sinapsis que mantiene cohesionada a la tropa de radicales libres azulgranas.