Motivos para creer y desconfiar en que el Baskonia pase al play off

Pero, tras la derrota azulgrana anoche en El Pireo, los pronósticos dan al Zalgiris como favorito para lograr el último billete a cuartos de final. Las cuentas son muy fáciles. Alaveses y lituanos están empatados a 18 victorias, pero a los de Kaunas les queda un partido esta noche. Si ganan, superarán al Baskonia. Si pierden, se mantendrá la igualdad y prevalecerá el basket average a favor de los de Zurbano. Hay razones para creer y para desconfiar que quedarán en papel de mojar desde el salto inicial de las 20:30 horas.

El mismo lastre que ha arrastrado el Baskonia durante la fase regular lo tiene el Zalgiris. La mayoría de sus victorias son como local y fuera de casa le cuesta ganar. Ha logrado el triunfo en Berlín, Milán, Bolonia, Valencia y Villeurbanne, consideradas como las canchas menos estridentes, más asequibles, de toda la Euroliga. En el resto, suma once derrotas.

Por contra, el feudo del Bayern también puede considerarse de los menos bulliciosos. La afición continúa poblando las gradas del vetusto Audi Dome, pero está desenganchada del equipo debido a los malos resultados de esta temporada. Además, el Zalgiris contará con el apoyo de su incansable afición, que se desplazará hasta Múnich con la ilusión de mantener vivo el sueño de disputar la Final Four de Kaunas y se hará notar en el pabellón bávaro.

El equipo alemán está eliminado desde hace un mes. Después de firmar dos temporadas en las que superaron las expectativas y se clasificaron para el play off, quedarse fuera de los ocho primeros es un fracaso relativo. Sin embargo, supondrá el fin de la etapa de Trinchieri, que buscará un proyecto más ambicioso este verano después de tres temporadas notables.

Además, el Bayern ya cuenta con la licencia fija en la Euroliga y no tiene ninguna opción de escalar a la posición 14ª, que le otorgaría 175.940 euros de beneficio debido a los premios económicos que distribuye la competición entre los 14 primeros clasificados, por lo que solo pondrá en juego su orgullo competitivo.

Una vez sin opciones de play off, el Bayern acredita seis derrotas consecutivas en las que apenas ha puesto en aprietos al rival. El equipo de Trinchieri se encuentra asolado por las lesiones, un inconveniente que ha sufrido durante toda la temporada. El técnico italiano tiene de baja a sus tres interiores más importantes, Agustine Rubit, Othello Hunter y Ellias Harris. Además, son duda D.J. Seeley y Cassius Winston, su máximo anotador con 11,1 puntos de media. No se espera que corran riesgos. El foco germano está en la Bundesliga, el título que le falta a la era Trinchieri después de las Copas de 2021 y 2023.

Si se comparan las plantillas del Zalgiris y la del Bayern, pese a las diferencias en la clasificación, muchos se decantarían por la germana. La línea exterior de los bávaros es casi de primer nivel Weiler-Babb, Corey Walden, Andreas Obst, Vladimir Lucic, Isaac Bonga, Giffey, Jaramaz... Además, cuentan con el flamante fichaje de Zylan Cheatham, un interior de 1,96 metros que en cinco partidos está causando una gran impresión, con 12,4 puntos y 5,2 rebotes de media.

Walden, Obst, Jaramaz y Winston acaban contrato y tendrán ganas de mostrarse en un partido en el que va a haber muchas miradas puestas. Además del carácter alemán, caracterizado por su imperturbabilidad y su obstinación por hacer bien las cosas, cuentan con la personalidad de un hiperactivo y excéntrico Trinchieri, con broncas afamadas y celebraciones épicas en el vestuario.

El Zalgiris llega al último partido dependiendo de sí mismo. Con todo de cara y la presión que eso supone. También el albergar la Final Four en su casa. Motivos que en un final del partido igualado pueden agarrotar a una plantilla carente de jugadores de gran calidad individual.

El Zalgiris basa su fuerza en el poder del colectivo. Una plantilla compensada, bien trabajada por Kazys Maksvytis, y compuesta por un grupo de guerreros experimentados. Lukas Lekavicius, Edgar Ulanovas, Rolands Smits y el exazulgrana Polonara ya se han visto en partidos con este nivel de tensión y compromiso. Curtidos en mil batallas y difícilmente achantables ante la oportunidad que tienen delante.

Nadie podía imaginar la actual clasificación a principio de temporada. Que el Anadolu Efes, dominador de la competición de los tres últimos años, con todavía mejor plantilla que en las temporadas anteriores, llegara a la última jornada sin opciones de play off. Que el Armani Milán, después de una multimillonaria inversión, fuera a ocupar el farolillo rojo durante buena parte de la fase regular.

Que la Virtus de Bolonia de Scariolo haya cumplido con las expectativas que le colocaban al nivel del Partizan o el Mónaco. O que el Baskonia fuera líder de la Euroliga tras las primeras 17 jornadas, con dos victorias en Estambul y partidos asombrosos en el Buesa Arena. En la máxima competición europea no se puede dar nada por sentado. La resolución, desde las 20:30 horas en Múnich.