El monólogo con menos feligreses de Howard
El estadounidense salva los muebles en ataque y se resiente de la espalda en una noche fatídica para Henry, Marinkovic y Enoch
Dicen que Dios te da lo que te quita y viceversa. A Howard le proporcionó el tiro de la victoria el domingo ante el Valencia ... Basket, estratosférico, y anoche le restó las buenas acciones de los feligreses que le siguen por toda Europa desde octubre. El más difícil todavía incluso para él. Y lo peor, lo más preocupante más allá de la derrota y las malas sensaciones, es el estado de su espalda. «Se ha resentido», confirmó Joan Peñarroya dando continuidad al momento en el que el compulsivo tirador se sentó en el banquillo en el último cuarto visiblemente dolorido.
Al cierre de la edición, el brillante anotador azulgrana es duda para jugar este viernes en Belgrado. Los servicios médicos del Baskonia tratarán de mimar la zona lumbar del estadounidense para no tener que desprenderse de su mejor arma a las puertas del infierno del Stark Arena. El equipo parece ya acostumbrado a computar los al menos 20 puntos por partido que Howard promedia en el último mes y medio que hasta los propios jugadores aparentan haber dado un erróneo paso a un lado para el lucimiento ajeno.
En Múnich, el escolta salvó los muebles en ataque. 21 puntos en 18 minutos. En sus números, pese a retirarse antes de tiempo, a falta de 7 minutos y 40 segundos para el final y el partido ya casi decidido (81-64). La entrada de las piernas frescas de Kurucs y Dani Díez, hasta ese momento inéditos, le dieron alguna esperanza con un parcial de 0-7 que enseguida encontró la respuesta bávara. Pero no era del letón y del madrileño de los que se esperaba más en el partido.
A Howard le faltaron feligreses que creyeran junto a él en la victoria y su actuación resultó ser un monólogo estéril para los intereses alaveses. Su tercer triple volvió a equilibrar (34-33, minuto 14) un duelo que pintaba mal desde el principio. El Bayern, que jugó un partido sobresaliente, anotó 8 de los 10 lanzamientos de larga distancia que intentó en el primer cuarto. Al mismo rival al que dejó hace un mes en el Buesa con un 6 de 31 y apenas 53 puntos se cobró una cuenta pendiente ante la displicencia de la defensa azulgrana. No fueron unos porcentajes anómalos, si no los habituales cuando jugadores de Euroliga lanzan completamente liberados.
Ni siquiera los siempre cumplidores Thompson, Sedekerkis y Costello lograron resolver el desaguisado, con Marinkovic y Enoch partiendo de salida sin la tensión necesaria. Por motivos distintos. La lectura defensiva y el pívot combinan peor que el rosa y el rojo. En el caso del serbio, es más un motivo de agotamiento. Como refleja su 3 de 19 en triples en los últimos cinco asaltos. En otro apartado queda Henry. Por motivos que se desconocen, se tomó de forma relajada el emparejamiento con Winston, al que contempló desde la distancia cómo anotaba tres triples. Cuando se quiso poner serio, tras el tapón de Hunter, el enfrentamiento ya estaba perdido. Se fue sin anotar, aunque con siete asistencias. Con un fuego interior con el que resarcirse en Belgrado.
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