Dusko Ivanovic sonríe a su llegada a Vitoria. Igor Aizpuru
Salto inicial

Reestructuración completa

Euroliga ·

La Virtus quiere que sus exteriores sean más importantes, pero hombres como Edwards aún no han destapado su potencial

Jueves, 6 de noviembre 2025, 00:51

Difícil labor la de actualizarse, la verdad. Las intenciones iniciales siempre son esperanzadoras, pero luego la realidad te va colocando. En ese transcurso del tiempo ... te preguntas qué mantener, sobre la marcha decides qué enmendar, y hacerlo rápido además.

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Los equipos de Dusko Ivanovic, hay que admitirlo, siempre son reconocibles. Es lo que tiene una personalidad tan fuerte y con las ideas, las suyas, tan claras que todo alrededor va amoldándose con todo lo que supone. De la temporada pasada a esta, la instrucción parecía clara: rejuvenecer a una Virtus que estaba demasiado condicionada por su veteranía con una serie de piezas más jóvenes, con más desarrollo futuro pero con rendimiento inmediato. Un equipo prácticamente nuevo donde el físico –una vez más en esta Euroliga– domina tanto o más que el propio talento. Niang, Jallow, Alston Jr, Diarra y Taylor se suman a la calidad de Vildoza, Smailagic y Edwards, su referente clave.

Desde aquí la consigna sigue los principios de Dusko: todo parte de la defensa, con la posibilidad que te da que la versatilidad colectiva y el físico te permitan frenar a cualquier rival; y en ataque fijar tres referentes en el campo para que desde la disciplina, la paciencia y un pase más, hacer que el juego fluya con la intensidad y el equilibrio como eje primordial. Dentro de ese proceso que lleva de manera obligada semejante cambio, el equipo se está mostrando irregular pero al mismo tiempo con la capacidad y los argumentos suficientes para frenar, por ejemplo a adversarios como Panathinaikos, Mónaco o Real Madrid, y en cambio caer frente al Bayern, París o Valencia, con el debido respeto a todos ellos.

Este rendimiento da buena muestra de lo que el equipo puede llegar a ofrecer, aunque aún quedan pasos que dar, contra toda predicción. Y es que por ejemplo Edwards, un auténtico referente el año pasado en Munich, aún no ha trasladado todo su potencial en un equipo como la Virtus, que quiere que lidere el grupo como llegó a hacer en su día Belinelli. O que Taylor y Morgan consigan imponer un ritmo acelerado al equipo, aún sin conseguir por demasiada precipitación, o que el mismo Vildoza despliegue su talento en situaciones donde se requieren tomas de decisiones individuales.

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Menos despliegue individual

Lo que está claro es que en esta reconstrucción, la Virtus quería que sus exteriores fueran más importantes, con un perfil más generador y aún están lejos de este objetivo, quizá por ese paso que hay entre la capacidad individual y el encaje colectivo, dentro de un 'estilo Ivanovic' que se encuentra más cómodo en la estabilidad, lo estructurado y el equilibrio, y no tanto en el despliegue individual.

Por el contrario, el objetivo con sus interiores es que mantengan la actividad desde el dinamismo, la velocidad y esa fortaleza física que te da más la capacidad del músculo que los centímetros: Niang tiene momentos interesantes y una proyección fuera de toda duda, Jallow y Alston Jr tienen demasiados altibajos en su rendimiento a pesar de su buena predisposición al trabajo colectivo, pero todavía lejos de su brillantez personal, y Diouf y Smailagic aún tienen que tomar más protagonismo en un equipo que necesita del equilibrio colectivo, sin tanta inconstancia ni errores, para competir al nivel que se presuponía al inicio de la temporada, bajo el mando del estilo Ivanovic.

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