Lista de deseos y necesidades
Baskonia ·
La clave no es tener 10 ó 12 jugadores, sino que jueguen en cualquiera de las competiciones que se disputenEn el fondo viene a ser lo mismo, quizá cambie el formato, pero cuando hacemos una lista tendemos a tener una relación de nombres que ... vamos tachando en verde o en rojo, dependiendo si es o no es posible. Le habrá pasado en un cuaderno, una pizarra, una nota en el móvil o un conjunto de post-its. Da igual, anotas una idea, la colocas junto al resto y das el siguiente paso. Sí o no.
En este momento en el que acabas de cerrar la temporada y estás en la efervescencia de la próxima, más allá de los interesados rumores, el centro de las decisiones pasa por hacer realidad esos deseos/nombres que tienen los clubes en sus listados para ir completando un puzzle que tenga cierto sentido. Sobre el papel, se tienen indicios de que pueden funcionar, pero luego la realidad, como la temporada pasada, sitúa el foco de la verdad en sus resultados y sensaciones. Dicta si es una mera plantilla o un equipo sólido. Aquí en Vitoria-Gasteiz se ha asumido que fue decepcionante y ciertamente no se querrá que la próxima acabe igual.
Sin descubrir aún nombres, hay dos aspectos para que esta configuración de plantilla pueda tener garantías de funcionamiento y que esas expectativas se transformen en resultados positivos. Pisar la nueva realidad puede llevarte a tomar decisiones conservadoras, pero para que el proyecto de Baskonia pueda funcionar mejor que la temporada anterior habría que enfocarse en dos universos.
Uno, es conocido que la Euroliga será más exigente en calidad y en cantidad, con dos equipos más que suponen casi un mes más de competición –aunque haya alguna doble jornada más que lo acorte–. Esta evidencia empuja al aprendizaje de este año acerca de los jugadores disponibles para competir. El dato no es tener 10 ó 12 jugadores sino que jueguen 10 ó 12. Las plantillas tendrán más amplitud de jugadores disponibles y lo que es más importante, que puedan ser empleados en cualquiera de las competiciones que dispute.
Si la Euroliga adquiere el mayor foco –aplaudo la decisión–, la ACB debe ser la competición donde estos jugadores, que pueden ser del octavo al duodécimo puesto, deben tener protagonismo y competitividad sí o sí. Es más, la llegada de la Liga U22 –¡por fin!– podría ayudar a ampliar esta estructura a más de 12 jugadores, para sostener la competitividad del equipo y en especial, siempre y cuando rija la coherencia de juego requerida, para que más jugadores se sumen para hacer un equipo mucho más competitivo.
El otro aspecto es la identidad. Si esta une la sintonía entre dirección deportiva–entrenador y staff–plantilla, y es el entrenador el «asegurador» y desarrollador de la misma, es necesario saber muy bien qué modelo de Baskonia se quiere. La llegada de Laso intuía un baloncesto más vertiginoso por su trayectoria; la realidad, condicionada por los jugadores que tuvo en sus manos pero también por sus decisiones, mostró un equipo que mostraba más interrogantes que argumentos claros para competir frente a cualquier rival.
Quede claro por otro lado que la identidad y esta nueva exigencia de la temporada que viene están tan ligadas que el resultado ha de ser una plantilla con un juego que pueda ser reconocible, con jugadores que mejoren conforme pase la temporada y con una serie de pilares que puedan ayudar a conseguir los objetivos iniciales. La lista será amplia, sin duda, pero que lleguen quienes consigan, ojalá, dar el paso para mejorar esta pasada temporada será uno de los requisitos para que desde la identidad se plasme un equipo más competitivo.
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