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Vildoza y Laprovittola en una de sus habituales penetraciones a canasta. Rafa Gutiérrez y Euroleague

La estirpe del temible base argentino

Vildoza y Laprovittola quedan como herederos del legado que deja Facundo Campazzo tras su marcha a la NBA

Iván benito

Martes, 1 de diciembre 2020, 23:53

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Pocos tienen el don para marcharse y quedarse. Ninguno como los argentinos. Pura contradicción. La del ser humano, que aborrece los silencios largos pero trata de forma negativa la tendencia de los compatriotas de Maradona por la verborrea. Ya es oficial. Después de varios meses marchándose, Campazzo se fue. Se despidió un artista a la altura de la persona. Una salida anunciada de la que se hablará otro tanto. En Estados Unidos, que disfrutará ahora de su talento, y en España, donde dejó impregnado su legado.

El baloncesto argentino vive un momento dulce. La plata del último Mundial evidencia la continuidad de la Generación Dorada, a los que España abrió la puerta después de que el Baskonia los invitara a comer. Un 'de aquellos barros, estos lodos' pero en positivo que lleva disfrutando durante años la ACB. Lo ha hecho con Campazzo, dominador en Europa y tirano de la competición doméstica que abandona para conquistar la NBA. En su testamento, un Real Madrid ganador y el orgullo del base argentino, abanderado ahora por Nicolás Laprovittola y Luca Vildoza, que cruzan armas hoy en el WiZink Center madrileño.

«El base representa lo que al argentino le gusta hacer; liderar y dirigir». Con esos términos se refirió en este periódico el seleccionador argentino y actual entrenador del Zaragoza, Sergio Hernández, sobre la gran camada de directores de juego de la que dispone. Y a la que ahora hay que sumarle a Leandro Bolmaro. Más tango. Astutos y talentosos, se hacen hueco en el deporte de los jugadores altos y fuertes. Ya nadie duda de la grandeza del Facu, MVP de los últimos cuatro torneos ganados por el Real Madrid y una referencia para la nueva generación.

Trata de ganarse la confianza de Pablo Laso para ser el encargado de dirigir el juego del Madrid

Laprovittola

Siempre a su estela en la selección, Laprovittola consiguió brillar con luz propia en un camino de curvas pronunciadas. Una especie de puerto de Orduña con varios exbaskonistas en la cuneta. El de Morón se formó en el Atlético Lanús antes de emigrar a Brasil durante dos campañas (2013-2015) en las que se convirtió en un ídolo para la hinchada de Flamengo. Lograron el hito de ganar la Intercontinental 2014 a todo un Maccabi, con el argentino como MVP y aupado a los hombros de Walter Herrmann.

Al año siguiente daría el salto a Europa. Marcelo Nicola fue su valedor en el Lietuvos Rytas pero acabó la temporada firmando buenas actuaciones en el Estudiantes. Una trayectoria errante, que cambió Madrid por San Antonio. En 2016, realizó la pretemporada con los Spurs y convenció a Gregg Popovich para quedarse en la plantilla junto a Kawhi Leonard, Ginóbili o el Pato Garino, entre otros. Tras disputar 18 partidos con un protagonismo testimonial, es cortado por la franquicia texana pocos días antes de que Prigioni anunciara su retiro como jugador en Vitoria.

Secuestro y apartado en Rusia

La vacante la ocupó Laprovittola, hijo de la política Margarita Stolbizer, del partido socialdemócrata Generación para un Encuentro Nacional y excandidata presidencial en 2015. Lo que algunos entendieron como un relevo natural, fue un periplo breve con Larkin en modo arrollador y el sobresalto de vivir el secuestro de su hermano y el asalto de su hogar materno desde la distancia. Con la tibieza y profesionalidad para abstraerse y jugar horas más tarde.

No fue renovado y se convenció de que Rusia era la mejor opción. Si en Río de Janeiro le veneran, en San Petersburgo le han olvidado. A los pocos meses de llegar, fue apartado, sin motivo ni explicación, por Vasily Karasev, entrenador del Zenit por aquel entonces. Llegó a Badalona como refugiado y se convirtió en hijo predilecto, salvando al equipo primero para después ganarse el MVP de la temporada y el fichaje por el Real Madrid.

Desde entonces, constantes altibajos, como el perfil de una etapa de la Itzulia, que pusieron en duda su continuidad este mismo verano, con Atenas esperando al fondo del Mediterráneo. Pero permaneció en Madrid. Una especie de revancha personal. Por Campazzo, por Prigioni. Comparaciones, a la argentina, tan inevitables como injustas.

Convertido ya en todo un referente del Baskonia, trata de sacar la regularidad a su tenaz chispa

Vildoza

Tormento para el Baskonia

Mientras tanto, la carrera de Vildoza, cuatro años menor, daba pasos agigantados. De Quilmes, que 'el Oveja' definió como «el patio de su casa», a engrandecer su figura en el Buesa, convertido en todo un referente del Baskonia. El MVP de la consecución del título liguero cumple su cuarta temporada de azulgrana bajo el amparo de Dusko Ivanovic, que trata de encontrar la regularidad a la chispa del hijo del 'Palito'.

Más allá de las lesiones, su compatriota Laprovittola fue el verdugo de su peor tarde. Con el Palacio de los Deportes por testigo, el por entonces jugador de la Penya fue imparable para Vildoza, Marcelinho y cualquier armada que hubiera tratado de detenerlo, y ajustició al Baskonia en los cuartos de la Copa del Rey 2019. Una actuación de récord. 36 puntos y 50 de valoración para apear a los vitorianos en su última participación en el torneo de la realeza. Un partido en el recuerdo de ambos, jugadores osados que hoy vuelven a reunirse con la intención de construir su propio legado.

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