Un bache continental que ya es histórico
La sexta derrota consecutiva certifica la peor racha del equipo vitoriano en su ya largo periplo en la Euroliga
«Europa no es para mí». Este es el mensaje escrito sobre la maleta de viaje del Baskonia en sus andanzas por la Euroliga en ... la presente temporada. La escuadra azulgrana perpetró en el Mediolanum Forum milanés su sexta derrota consecutiva en la máxima competición continental, su peor racha histórica de derrotas en el torneo. Un nuevo desastre con un guion ya de sobras conocido. Ni una sola ventaja en el marcador, un baloncesto sin credibilidad, un rival intratable y, como colofón, unos números brillantes de Wade Baldwin, autor de 16 puntos y 27 de valoración. La mejor estadística individual del encuentro. Eso sí, con un indisimulable aroma a maquillaje.
En realidad, esa corrección numérica de última hora para embellecer el ego fue la que deparó un 89-78 que a cualquier despistado le hubiera permitido asegurar que el Baskonia estuvo en el partido. Para nada. El azulgrana volvió a ser un equipo ausente y sin columna vertebral. Otra vez incapaz de compartir el balón, sin un atisbo de solidaridad defensiva. Ni señal de aquella chispa que parecía haber encontrado Spahija en el entrenamiento previo al viaje a Milán.
Ni la entrada de Marinkovic en el quinteto inicial varió el panorama. Del serbio fue el primer tiro desperdiciado del encuentro, un triple lanzado desde posiciones demasiado lejanas y en una situación muy forzada. Escupió el aro el balón, prólogo de un divorcio en firme con la anotación. El triple poco menos que como único auxilio cuando casi todo falla o cuando ni existen balones interiores ni opciones de correr. Cada canasta, un jeroglífico en las filas vitorianas mientras el Armani Milán comenzaba a volar alto con un Nicolo Melli suelto y eficaz, que destrozó el ánimo de Alec Peters en un parpadeo. La cruz desde más allá de 6,75 al cierre del primer cuarto con dos aciertos de nueve intentos para los de Spahija y un 21-10 ya lacerante.
Chispazos fugaces
Que el Baskonia se animara con un puñado de buenas acciones de Costello y una fugaz transición bien comandada por Baldwin fue poco menos que un cruel espejismo. De un 24-17 con el que el cuadro azulgrana parecía querer a una respuesta contundente de Delaney y Troy Daniels por medio del acierto triple. La puntería estaba siempre del lado lombardo, suya era la agresividad y la energía. El Baskonia volvía a ser un equipo de una inferioridad insufrible. El 40-25 ponía muy cuesta arriba un duelo en el que los azulgranas se desangraban por todos los flancos.
Los registros de tiro delataban a los vitorianos en el ecuador. Un escaso 21% en triples y un muy deficiente 27% en canastas dobles. Mientras, el 46% en tiros de campo hablaba de un Armani inspirado, pero también muy poco incomodado por la defensa alavesa. La brecha se fue hasta los 27 puntos de renta para los italianos (55-28, minuto 26). Quiso sacar el amor propio el Baskonia con Baldwin en el banquillo y Costello y Giedraitis con un fugaz protagonismo en ataque para colocar el 60-48. Pero el espíritu baskonista es frágil. Lo sabía Sergio Rodríguez, al que le bastó un par de triples en el minuto final del tercer cuarto para someter de nuevo a los visitantes (66-48 en el minuto 30). Llegaría después el maquillaje, casi más sospechoso que haber caído de cuarenta.
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