El Baskonia y los otros doce dueños pactan su estabilidad en la Euroliga hasta el año 2040

De aquellas decisiones, estos réditos. El presidente del club vitoriano convocó a los medios informativos un domingo del año 2000 para anunciar la ruptura con la FIBA y el empeño de los equipos europeos, como los de la ACB tres lustros antes respecto a la Federación Española, por organizar su propio campeonato. Meses después, en un hotel de Sitges nacía la nueva Euroliga que alumbraba la ULEB. Así que en 2001 dos equipos se ciñeron distintos cinturones de los grandes pesos: el Virtus que ganó el 'play off' final al Baskonia y el Maccabi, vencedor ante el Panathinaikos entre las entidades todavía fieles al sistema.

Sostener la pancarta de la insurrección le costó a la gerencia del Fernando Buesa Arena, a modo de represalia, la 'Final Four' de 2001 que ya tenía encomendada. Una cita que sí organizó en 2019 con el triunfo del CSKA, propietario del torneo sin posibilidad de jugar ahora por la guerra en Ucrania. Desde aquel portazo a la FIBA, el grupo de Zurbano se ha tuteado con la gloria durante la espléndida legislatura (05-08) de cuatro presencias en el cuadrangular definitivo más la ultima aparición en 2016.

A ese anhelo pretérito de pertenecer a la aristocracia del baloncesto continental siempre le ha seguido la voluntad azulgrana de permanencia. Esa búsqueda de la estabilidad que garantiza la decisión actual de mantener los derechos en la Euroliga hasta 2040. Algo así como la firme idea de acorazarse por parte de 'los padres de la Constitución' para no depender de vaivenes deportivos y diferentes estados de forma. La última vuelta de tuerca sería blindar el campeonato como un coto cerrado según la imagen de la NBA.

De momento, los trece clubes que figuran en el registro de la propiedad se garantizan un futuro tranquilo al margen de cuanto ocurra sobre las canchas de un torneo apasionante. Trece entidades correspondientes a nueve estados donde la ACB lidera el número de participantes: Real Madrid, Barça, Baskonia, los griegos Olympiacos y Panathinaikos, los turcos Fenerbahce y Efes, Milán, Asvel, Bayern, Zalgiris, Maccabi y el CSKA con voz y voto, pero sin juego.

A esta docena, porque el pasajero ruso aún sigue en el andén, se unen para la próxima temporada otros seis representantes que completarán la parrilla de salida. Se trata de Mónaco, sobrado de dinero y embutido en un diminuto pabellón; los dos conjuntos serbios (Partizan y Estrella Roja que han abonado un millón de euros cada uno), París como ganador de la Eurocup o segunda categoría continental y dos de la terna que se decidirá la próxima semana.

Virtus, perdedor del último 'play in' contra el Baskonia; Alba Berlín, colista descolgado, y Valencia (decimotercero) se citan para el juego de las sillas que dejará a uno descompuesto y de pie. Las previsiones apuntan al sacrificio del club taronja, que podría entrar en la repesca el próximo año si no consigue el triunfo en la Eurocup. El retraso en las obras de su nuevo y amplio pabellón le perjudica.

El consejo de administración de la Euroliga también apuesta por extender a tres cursos todas sus invitaciones a partir de ahora. Y en el horizonte figura la incorporación del cuadro de Dubai, participante asegurado desde el próximo otoño en la Liga Adriática a modo de aterrizaje.