El taconazo de Sancet

Pero esta vez no fue así, porque apareció de repente, un detalle que iluminó San Mamés. Ese toquecito de tacón es cosa de los elegidos; la sutileza de un futbolista inteligente, con evidentes fundamentos técnicos y cada vez más confianza sobre el terreno de juego. Oihan Sancet es oro molido para el Athletic y además su juego empieza a adquirir esa regularidad que necesita un futbolista de Primera División para asentarse primero y coger poso después. Por supuesto, ya quedó claro hace tiempo que la categoría no le queda grande.

Cuando Sancet tiene el día, o la noche, da gusto verle jugar, moverse por el campo, darse la vuelta y encarar hacia la portería. O hacer cosas como la que hizo en el gol de De Marcos. Apenas rozó la pelota; lo suficiente como para que su compañero se emborrachara de balón y golpeara de lleno para batir al guardameta del Espanyol.

El gol le pertenece a De Marcos por derecho propio. Se lo merece un futbolista que parece haber vuelto a ser el juvenil que destacó en el Alavés y llegó después a Bilbao a quedarse para siempre, pero tiene el toque de Sancet que mejora casi todo lo que pasa por sus pies, o por su tacón, y tal vez esa sea su mejor cualidad.

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No fue la única aportación a la causa. Disparó dos veces entre los tres palos desde dentro del área. En ambas oportunidades le salió demasiado centrado el tiro y el portero, Joan García, neutralizó las ocasiones. Como siempre, Sancet se movió entre líneas y en una de sus últimas acciones, antes de ser sustituido, intentó poner un balón a Nico Williams que se quedó a centímetros de dejar a su compañero enfrente del portero del Espanyol.

Cuando llegó al primer equipo, Sancet llevaba encima fama de distraerse demasiado con asuntos ajenos al fútbol, y en el club observaban con cierta preocupación esa tendencia a dispersarse del futbolista de Pamplona, pero da la sensación de que ha encontrado su sitio, de que no hay distracciones que valgan, que está muy centrado en su carrera y en seguir creciendo como futbolista. Tampoco hay polémicas en relación a su participación en los partidos. El hecho de que haya completado muy pocas veces los noventa minutos es una anécdota nada más, porque Sancet es titular, parece que indiscutible, para Ernesto Valverde. Si hay debate, es artificial. Desde la implantación de los cinco cambios, es más fácil que un delantero, o un centrocampista, no complete todo el partido. Rara vez los entrenadores arriesgan cambiando a un defensa, por no hablar del portero, así que jugadores como Oihan Sancet tienen todas las papeletas. No se le escuchas quejas al respecto.

El navarro tal vez no sea un futbolista tan mediático como Nico Williams, que ya ha jugado un Mundial, o como su hermano Iñaki. No es el jugador del Athletic más conocido fuera de Bilbao, y tal vez sea eso lo mejor para el club, que debería, si no lo ha hecho ya, poner en marcha los mecanismos necesarios para asegurar su continuidad. A Oihan Sancet le queda temporada y media de contrato, que caduca en junio de 2024, y en Ibaigane tendrán que empezar a hacer números y cuadrar cuentas para ofrecerle una renovación que tal vez sea una de las más necesarias para conformar un equipo de futuro. Si el Athletic quiere seguir creciendo, Sancet tiene que estar en el club, para que hayas más taconazos, como el del gol ante el Espanyol. Y muchas otras cosas más, claro.