La resurrección de Garitano comenzó con el Girona

Catorce encuentros han bastado -esta temporada la primera y la segunda parte de la competición no son simétricas, de ahí que Garitano no haya completado aún una vuelta-, para que el Athletic sufra una monumental transformación y la plantilla. Ya no es aquel conjunto que se desangraba atrás, que recibía goles con facilidad fruto de un sistema defensivo que dejaba muy desprotegida la portería. Es cierto que aún pena en el marco contrario, que le cuesta anotar -suma los mismos goles que con Eduardo Berizzo (14)-, pero la coraza construida por el técnico deriotarra resulta un equipo complicado de batir. De ahí, por ejemplo, que Iago Herrerín aparezca entre los mejores porteros de la categoría, y que luzca, con 0,86 dianas recibidas por encuentro, el mejor porcentaje de la década en el equipo de San Mamés.

La evolución defensiva, con solo ocho tantos recibidos, es el pilar que permite al Athletic soñar con la posibilidad de disputar la Europa League la próxima campaña. Con diez jornadas aún por completar, y con las visitas al Bernabéu y Getafe todavía en la hoja de ruta, Garitano y su tropa deberían sumar una veintena de puntos para alcanzar la cuota (alrededor de 59) que permitiría recaudar la sexta plaza. Y esa recolección debe empezar contra el Girona, la primera escuadra que sufrió la medicina recetada por Garitano a su grupo -equipo junto, juego por las bandas, sin dejar huecos para el oponente- y una victoria local con un penalti tirado a lo Panenka por Aritz Aduriz sobre la bocina.

Aquel 10 de diciembre, lunes, el Athletic estaba a tres puntos de la salvación, en poder del Villarreal. Solo había recolectado once puntos en la era de Eduardo Berizzo, y el Girona le sacaba diez, ya que tenía 21 y caminaba octavo con la misma recaudación que el sexto, entonces el Levante. El 29 de marzo, el conjunto rojiblanco se presentará en Montilivi noveno, con tres puntos más que los de Eusebio Sacristán, en el puesto 12. Europa se encuentra a seis puntos, mientras que el descenso le queda a distancia de doce. De ahí que Europa ya no sea una palabra tabú a pesar de que pocos lo esperaban, ni siquiera un Garitano que siempre repetía que la salida de esa zona peligrosa iba a ser larga, costosa... Pero no ha sido así. Comenzó como un cohete su historia en el primer equipo contra el Girona y, a partir de ahí, el crecimiento ha sido casi constante, salvo los dos borrones de Anoeta y Mestalla, y los deslices en casa contra el Valladolid y el Espanyol.