Habitaciones de hotel por 924 euros para ver pasar la gabarra
La mayoría de los hosteleros se han quedado sin mesas para servir comidas este jueves. «Es una locura gracias al Athletic»
Hosteleros y hoteleros bilbaínos volverán a meter un gol por toda la escuadra el jueves con la salida de la gabarra. Si el sábado realizaron ... facturaciones históricas, muy superiores a las registradas en Aste Nagusia, según Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, todas las previsiones apuntan a que este 11 de abril repetirán la misma jugada. La inmensa mayoría de restaurantes se han quedado sin mesas y los hoteles con vistas a la ría han echado la casa por la ventana con fiestas privadas y reservas VIP en terrazas que disfrutarán muy pocas personas.
En el mirador del Abba Euskaduna habrá una comida «con menú cerrado» cuyas plazas se esfumaron en muy poco tiempo. Desde las 16.30 horas hasta las 20.30, abrirán la terraza a solo 150 personas, mayores de edad, previo pago de 40 euros y con derecho a una consumición para saborear el éxito rojiblanco. A las pocas horas de sacar las localidades a la venta ya estaban casi todas agotadas. «No puede entrar más gente de la autorizada», advierte un responsable del Abba.
El Vincci Consulado, que oferta habitaciones desde 924 euros la noche, anunció la preparación de «un evento privado» en su cenador casi al instante de saberse qué día saldría la gabarra si finalmente el Athletic ganaba la Copa. La respuesta del público fue inmediata y tiene el aforo completo desde hace varias semanas, pese a la petición de numerosas solicitudes.
La dirección del hotel prohibirá el jueves la entrada a todos los usuarios que no estén alojados en el establecimiento, pero tampoco permitirá a estos huéspedes acceder al mirador. Se impone como norma la privacidad y discreción máxima. En El Cargadero y el Dike 1-Cocktail Bar, de Olabeaga -dos de los locales de copas más de moda de Bilbao- pasa lo mismo. Habrá fiestas 'cool', pero unicamente para unos pocos.
«La ciudad está alegre»
El Barceló Bilbao Nervión, el establecimiento con más habitaciones del norte de España y con grandes ventanales a la ría, organizará un cóctel solo para 60 personas a base de cerveza, vino, refrescos, txakoli, gildas y «buen jamón». «Hay muchas familias que quieren venir con sus críos y el evento pinta muy bien», se felicita el director, Juan Sánchez.
El Athletic ha disparado la euforia e inundado la ciudad «de alegría». «La gente está muy contenta y se nota en los negocios», reconoce el jefe de sala José Antonio Ramos, que el sábado al mediodía «petó» los comedores del Bilbao Berria y el Bocoy. «Fue la pera, pero no sé qué efecto dominó tendrá la gabarra», plantea. Tampoco parece preocuparle demasiado al sector. Solo con congresistas, hombres de negocios y turistas que pasarán por la villa los hoteles tienen aseguradas unas «ocupaciones de entre el 70% y el 85%», según Joseba Goirigolzarri, presidente de la organización hotelera Destino Bilbao.
Bares y restaurantes se frotan las manos ante la avalancha prevista para el jueves. En el Antomar, un clásico del tapeo y poteo más castizo de Ledesma, están desbordados. No se hacen a la idea sobre el número de raciones de ibéricos y merluzas que sacarán a las mesas. «Productos de toda la vida». El sábado no levantaron la persiana, pero para el jueves ya no tienen sitio. «Esto es una locura. Una pasada como no recordaba», confiesa Jorge Burgo. «Solo pido calma y que reine el mismo ambiente que se ha vivido en Sevilla. Que solo hablemos de fiesta», reclama. A los clientes que han conseguido reserva les pondrá una televisión gigante para seguir la celebración desde la mesa.
«Guárdame sitio, Edu»
En el Miren Itziar, en Atxuri, también colgarán el cartel de completo. A Eduardo Bustamante todavía le quedaban este fin de semana dos sitios libres, pero «ya los he cubierto. La gente daba por hecho que el Athletic iba a ganar la final y en cuanto se enteró de que la gabarra saldría el 11 empezó a llamarme y pidiéndome 'guárdame, guardame sitio, Edu'».
Los cañeros se quedaron secos y sin hielo el fin de semana
Bastantes bares de Bilbao, especialmente de García Rivero, se quedaron el sábado sin cañeros. En el Mundaka de Pozas aseguran que vendieron «cañas, kalimotxo y cubatas a tutiplén. Nunca había visto una cosa semejante. El partido podría haber durado cuatro días, y no hubiésemos parado ni una momento», explica Íñigo Cubero, que reconoce que acertaron con las previsiones, «menos con las de hielo».
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