Llama la atención que siendo uno de los santos más célebres de Bizkaia no haya niños que se llamen Mamés, nuestro santo balompédico, patrón de ... las roturas de huesos y cuyo nombre proviene del griego 'mamas' que significa «madre». Todavía se conserva la estatua de este niño mártir, apoyado en un pequeño león en la capilla de la Casa de Misericordia de Bilbao, antiguamente el convento de San Mamés, al que debemos el nombre de nuestro estadio ya que en 1912 y tras años de gestiones, la directiva presidida por Alejandro de la Sota encontró un solar colindante al que en su día fue el mayor orfanato de Europa. Para la construcción del campo se estimó que hacían falta unas 50.000 pesetas (300 €), que el Athletic no tenía y que consiguió tras mostrar el proyecto a distinguidos amantes del club. Hace un siglo seríamos millonarios con lo que llevamos en la cartera.
Si algo une a todos los vizcaínos es que somos de rezar y pedir a los santos, hemos pedido desde siempre por las cosechas, por la familia e incluso por buscar novia, esto último me lo contó el cura de Urkiola que una joven pidió novio al Antonio equivocado y se le embarazó la txala. Cuando rezamos por el Athletic suele coincidir que al encuentro le queda poco tiempo. Los jugadores rojiblancos han rezado antes de cada partido en el vestuario durante muchas décadas, ahora hay árbitros que se arrodillan ante el VAR. En Bizkaia rezamos a nuestra patrona, la Amatxu de Begoña, que es la primera en ver la copa.
Hay otros que se lo piden a 'Pichichi' directamente. Nunca le faltan flores al mítico jugador que a los cinco minutos del comienzo del partido inaugural de San Mamés anotaba el primer tanto. Pero tenemos un amplio santoral al que pedir fuerzas. A San Blas para que nos proteja la garganta a la hora de celebrar los goles, Santa Cecilia nos dé oído para cantar el himno, Santa Águeda nos cede las makilas para improvisar una txalaparta. San Antón bendiga al león y Santiago Apóstol, patrón oficial de la Villa desde 1643, le pedimos que nos traiga en peregrinación, por la vía de la plata desde Sevilla, este trofeo tan deseado para que no perdamos el oremus. Y en esta ocasión hasta San Inazio 'gure patroi handia', que tendría el corazón dividido en la otra final, velará por nosotros.
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