La enésima derrota mínima
Un gol en el minuto 55 recompensó a un Alcorcón superior y el filial vuelve a perder sin posibilidad de soñar con el empate
Jon NAVASCUÉS
Sábado, 20 de febrero 2016, 16:24
El Bilbao Athletic ha vuelto a perder hoy, y por la mínima. Un solo gol dio los tres puntos al mejor equipo ayer. Tras una primera mitad de dominio local, en la que Remiro aguantó las tablas con varias intervenciones cruciales, tras la reanudación el filial solo aguantó 10 minutos antes de recibir el único tanto de la noche, de David Rodríguez, que recibió muy solo en el segundo palo y fusiló a meta. El filial se pasó casi media hora en busca del empate, pero a penas generó peligro. Otra semana más de colista para afrontar las dos próximas jornadas en San Mamés.
En la primera mitad el Alcorcón tuvo más presencia que un filial aguerrido que adoptó una actitud mucho más agresiva en defensa, necesaria para sostener las embestidas del equipo local. Así, durante buena parte de los primeros 45 minutos el Bilbao Athletic se dedicó principalmente a defenderse con uñas y dientes ante un Alcorcón liderado por Máyor que no paraba de intentarlo. Esa gran defensa hizo que el Alcorcón viera limitadas sus oportunidades, y las tres veces que lo intentó con envíos al arco, Remiro estuvo sensacional. Por parte rojiblanca, solo Villalibre y su pelea conseguían sacar al equipo de la encerrona en la que se había convertido el Santo Domingo.
En la segunda mitad el Alcorcón apareció decidido a por el gol, y tras quedarse muy cerca en cuatro ocasiones concentradas en 3 minutos, lo consiguió. Lo hizo gracias a la prolongación de cabeza de Máyor hacia Rodríguez, que apareció en el segundo palo y solo para batir a Remiro por el palo largo. Tras el tanto, el filial, de alguna manera, mejoró en la parcela ofensiva con la entrada de Guarrotxena, pero no tosió prácticamente nada. La mejor oportunidad de empatar la creó Villalibre, marchándose de tres y forzándo una falta que luego Aketxe aprovechó con un disparo muy seco al que llegó Dmitrovic. Y hasta el pitido final... la tradicional búsqueda del empate a la desesperada que, de nuevo, no obtuvo recompensa.