La verdadera singularidad
Javier Reino
Martes, 9 de abril 2024, 00:11
Me lo dijo un conocido político, hincha rojiblanco: lo que hace diferente al Athletic no es que juegue solo con futbolistas de la tierra, sino ... que, en esas condiciones, gane títulos y haya estado siempre entre los grandes. Y entonces cambió mi forma de ver la 'filosofía'. Vaya por delante que 'filosofía' me parece una palabra algo grandilocuente, pero peor sería 'política', dado el desprestigio del vocablo y de la actividad.
Conste que soy contrario a creer que esa sea por sí misma la causa única de una identificación de la hinchada rojiblanca con su equipo. No le hago al aficionado culé menos entregado a sus colores por el hecho de alinear a jugadores no catalanes. Al contrario, quizá funciona en su caso el orgullo de haber visto con la camiseta blaugrana a algunos de los mejores futbolistas de la historia (Cruyff, Maradona, Messi…).
Pero resulta evidente que, siendo muy variados los mecanismos que operan para producir la comunión de una afición con su club, en el Athletic ha resultado decisiva la capacidad de competir, y ganar, frente a rivales que disponían de una oferta mucho más amplia para formar sus plantillas.
Mi primer recuerdo futbolístico fue la final del 66, contra el Zaragoza de los Cinco Magníficos. Perdimos. Al año siguiente volvimos a perder contra el Valencia de Paquito, Waldo y Claramunt. Tuve que esperar dos años para ver a Etxeberria levantar la Copa como le había visto hacerlo en las fotos a Gainza. Cuando se lo conté a mi hijo se quedó pasmado de que el Athletic hubiera llegado a tres finales en cuatro años.
Yo mismo, en mi torpe entendimiento infantil, llegué a creer que esa era la costumbre. Acababa la Liga y llegaba la final. Medio Bilbao se iba a Madrid y volvía como volvía, según que hubiésemos ganado o no. Si se había ganado… eso ya era el acabose.
Estos tiempos son otros y el fútbol se ha globalizado. Ya no es que el Madrid tuviera a Puskas y el Barcelona a Kubala. Es que hoy podemos ver a un kosovar en la Real o a un japonés en el Eibar. La desventaja del Athletic ha crecido. Por eso no me parece menos hazaña que las de antes el haber disputado en los últimos años varias finales de Copa, otra de la Europa League y haber ganado dos Supercopas y otros trofeos menores.
¡Esa es la grandeza del Athletic! Jugar solo con futbolistas del entorno es cosa que hacen muchos clubes del País Vasco y del resto del mundo. Lo que no ha logrado ninguno de ellos es alimentar sus vitrinas con grandes títulos, y seguir haciéndolo, aunque sea con menos frecuencia que antaño.
Por eso la gesta del sábado es grandiosa. Esa victoria y todas las que le precedieron son las que han conferido su verdadera singularidad al Athletic. Las que han hecho de él un caso ÚNICO EN EL MUNDO.
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