Improvisa, que algo queda
Análisis ·
Una vez más el Athletic proyecta la imagen de un club donde la unidad de criterio entre sus directivos brilla por su ausenciaQueda todavía una semana larga para la asamblea del Athletic, así que no es descartable que en los días que restan nos sigan llegando más ... noticias y sus correspondientes desmentidos desde Ibaigane. Una entrevista con Jon Ander De las Fuentes en estas páginas, y otra del presidente Elizegi en Radio Marca alimentan la sospecha de que en esta junta la unidad de criterio brilla por su ausencia. Y cuando se habla de unidad de criterio no se quiere decir que una directiva tiene que marchar marcial al paso que marca el presidente renunciando a la libertad de expresar opiniones propias, sino de mantener una mínima coherencia en los asuntos nucleares.
Una vez más el Athletic proyecta la imagen de un club entregado a la improvisación cuyos dirigentes toman sus decisiones en función de las reacciones que provocan sus globos sonda. Además de señalar con el dedo a Williams por un contrato firmado por su presidente, De las Fuentes le dijo a Jon Agiriano que es partidario de abrir la cantera al mundo para facilitar la captación de talento y que la venta de jugadores es necesaria «para ser un club sano y sostenible». El presidente corrió a desmentir ambas afirmaciones en una radio, probablemente después de comprobar cómo habían sentado a una parte importante de la masa social las ideas del contador. Elizegi -que en la campaña electoral había twitteado «la filosofía no se toca, karajo. No hace falta que lo diga yo, ni un socio o socia nos lo han pedido»- puntualizó que lo de De las Fuentes era una opinión personal. Cabría preguntar si esa opinión personal ya la tenía cuando lo del tweet.
También cabe preguntarse -aunque se supone que sería el contador por ser de su competencia- quién redactó el punto 6 del Área Económica del programa electoral que decía: «Evitar el traspaso de jugadores considerados activos estratégicos por razones económico financieras».
Tampoco está nada clara la cuestión de los 120 euros. Las circunstancias han puesto al socio en la tesitura de hacer una aportación extra al club. Parecía una idea consolidada y aceptada por la masa social en la asamblea del año pasado. Los compromisarios echaron por tierra la aportación porcentual, porque iba en contra del principio de igualdad entre los socios, pero no se oyeron voces en contra de hacer una aportación lineal. Sin embargo, la junta prefirió obviar el asunto en la asamblea extraordinaria ofreciendo una alternativa mucho más populista: no cobrar la cuota de 2021. Se facilitaba así la aprobación de las cuentas, aunque éstas fueran más inconsistentes que las famosas de la lechera, toda vez que estaban sujetas a una variable tan incontrolable por el club como la evolución de la pandemia.
Gracias a aquella maniobra, ahora nos encontramos con que el Athletic es el único club que todavía no ha cerrado este capítulo y, lo que es peor, ahora se percibe una cierta contestación a la aportación, entre otras cosas porque la propuesta es tan confusa que la cantidad final sigue siendo distinta para cada socio en función de una serie de variables que hacen que los 120 euros no sean tan lineales como los han vendido.
La penúltima contribución del presidente ha sido la posibilidad de cambiar el nombre de San Mamés por otro publicitario, al estilo de lo que han hecho otros equipos. Es inevitable que semejante propuesta hecha a estas alturas del mandato suene a ocurrencia de última hora.
Lo cierto es que entre unos y otros están pintando un autorretrato de la directiva que les está quedando como uno de esos cuadros abstractos frente los que el espectador no sabe si está admirando la interpretación que de la realidad hace el artista o, simplemente, le están tomando el pelo.
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