Herrerín: «No llevo bien las críticas destructivas que solo buscan hacer daño»
El guardameta atraviesa por un gran estado de forma y por fin disfruta de la titularidad. «Estoy en el momento en el que quería haber estado antes, pero me ha llegado ahora»
Iago Herrerín por fin tiene lo que tanto ha querido: ser titular en el equipo de su vida. Confiesa que ha tardado más de lo ... que le hubiera gustado, pero que ahora disfruta de cada minuto que consume en la Liga. Con fama –justificada– de decir siempre lo que piensa atiende a EL CORREO apenas unas horas después del empate contra el Espanyol. Solo hay que dejarle hablar. La historia se escribe sola.
– ¿A qué les supo el punto?
– Íbamos con el convencimiento de conseguir los tres, salir de ahí abajo y pensar en los objetivos de arriba. Todo se nos complicó con el gol de ellos. Supieron encerrarse bien y trabajar. Cuando marcamos tuvimos un arreón, pero no creamos ocasiones para darle la vuelta.
– ¿Les cambia la vida el empate?
– No mucho. Sumar es siempre positivo porque en otro momento no lo hubiéramos hecho. Nos encantaría juntarnos con el grupo de arriba, pero con la temporada que llevamos hay que conseguir cuanto antes los 42 puntos. Si estamos luego más cerca de Europa, que es lo que queremos, intentaremos luchar por ello.
– Durante años ha defendido que merece jugar los fines de semana. ¿El fútbol ha sido justo con usted?
– Lo que quiere cualquier futbolista es jugar. Nunca he sido un conformista. Me gusta dar lo máximo, intentar jugarlo todo y por un motivo u otro no lo había conseguido. Este año, y después de un montón de carambolas como una lesión y la marcha de Kepa, estoy teniendo la oportunidad de jugar.
– ¿Y la gente? ¿Ha sido justa?
– No lo sé. Es una cosa a la que no le voy a dar más vueltas. Hay un poco de todo. A uno le gustará Unai Simón, a otro Remiro y a otro yo. Después de muchos años me ha tocado a mí ser el titular y disfruto de ello. No pienso en lo que dirá la gente.
– Habrá asumido que no puede gustar a todo el mundo.
– Lo tengo asumido desde el primer partido que jugué en San Mamés. Quizás por mi forma de jugar, por mi atrevimiento o por mi boca muchas veces no gusto del todo; y al revés, gusto por mi forma de ser.
– ¿Cómo se lleva con las críticas?
– Con las críticas justas, bien. Soy el primero en criticarme cuando hago algo mal o cometo un error. Cada gol que me meten y cada pase que fallo hacen que le dé mil vueltas a todo. Todo el mundo necesita las críticas constructivas y son importantes. Pero las destructivas y las que solo hacen daño no las llevo bien. Necesito irme a la cama tranquilo y hablar las cosas. Muchas veces me gustaría contestar a la gente, preguntar 'por qué dices eso' y luego aportar datos. Me he ido relajando, respirando y contando hasta 100 y 1.000. Ya no le doy tanta importancia.
– ¿Recuerda la primera vez que se puso entre los tres palos?
– Sí. Se lesionaron los dos porteros y preguntaron: 'Quién quiere ponerse'. 'Me pongo yo', dije. Jugaba con mayores y en aquel partido no me marcaron. Al siguiente tampoco. A partir de ahí combinaba portería y delantera. Cuando eras chaval se podían hacer mil cambios. Veía que se me daba bien la portería.
– Y también marcar goles, pero decidió ponerse los guantes.
– ¡Sí! A veces bromeo con mis amigos y les digo que si en vez de portero hubiese sido jugador quién sabe hasta dónde hubiera llegado.
– ¿De qué está hecho el portero?
– De algo diferente. Somos diferentes en el campo, entrenamos diferente y por algo podemos coger el balón con la mano. A veces nuestro trabajo es más mental que cualquier otra cosa. A veces te tiran tres y no paras una; y otras 17, y paras todas.
– Solía poner a sus amigos en la portería, entre los tres palos, y les decía: «A que es grande».
– Sí. Incluso a los compañeros del equipo, cuando en plan broma se ponen bajo los palos y empiezan a mirar hacia arriba. 'Sí que es grande', me dicen. A todo el mundo que habla de la portería le recomiendo que se ponga en una y que alguien le tire. Es una experiencia bonita.
– ¿Está en el mejor momento de su carrera?
– Estoy en el momento en el que quería haber estado antes, pero que me ha llegado ahora.
– No encaja ni un gol por partido.
– Es también mucho mérito del equipo y de cómo estamos defendiendo. No me guío por los goles.
– ¿En serio?
– Claro. La pasada temporada, jugando lo que jugué en la Liga y también en Europa, hice mejores partidos que este año. He conseguido mi objetivo de ser titular. Me hubiese gustado jugar antes, pero los entrenadores han decidido que me toca ahora y lo estoy disfrutando.
– ¿Cuando falla prefiere que le consuelen o que le dejen en paz?
– Que me dejen en paz. Yo ya sé que he cometido un error, soy el primero en saberlo. Lo bonito y lo bueno del fútbol es saber convivir con el error. Cualquier futbolista, portero, entrenador o directivo lo va a cometer, al igual que cualquier persona. Lo hará y tiene que convivir con ello.
– Es duro.
– La vida está para equivocarse. A partir de las equivocaciones es cuando se aprende. Cuando ves a los mejores porteros del mundo hacer pifias gordísimas dices: '¡Y son los mejores del mundo! Paran más que nadie. ¿No vas a cometerlas tú?'.
– ¿Cuál ha sido su peor día como profesional?
– No fue un partido y pasó hace poco. Fue la destitución de Eduardo (Berizzo). Tenía un trato espectacular con él y el cuerpo técnico. No solo yo, sino todo el equipo. Cuando congenias, haces entrenamientos maravillosos y ves que las cosas no salen, te da rabia. Los que jugamos somos nosotros. Aquel día me costó estar en casa y quise estar ausente.
– ¿Se sentía culpable?
– Por supuesto. Hay que sentirse culpable porque los que jugamos somos nosotros. Desde la autocrítica teníamos que saber que no estábamos dando lo mejor de nosotros.
– ¿Y el mejor momento?
– El partido de semifinales de Copa contra el Espanyol en Barcelona. Aunque me lesioné hice una Copa bastante completa y sirvió para llegar a la final. Cuando sales de los vestuarios del Camp Nou no se ve la parte de arriba (grada) y al saltar al césped me encontré con toda la hinchada. Tenía ganas de llorar, de tirarme al campo, de entrar otra vez al vestuario y no salir. Muchas veces cuando no me siento seguro entro en YouTube y pongo el vídeo de todo aquello. Me ayuda a revivirlo.
Centenario contra el Atlético
– Contra el Atlético jugará su partido 100 con el Athletic.
– ¡Lo tengo marcado desde el principio de la temporada!
– ¿Son muchos o pocos?
– Son muchos. Siempre hay que ver la parte positiva. Toco madera porque todavía queda una semana y no quiero hablar mucho de estas cosas. Voy a cumplir 100 partidos contra el equipo del que llegué al Athletic.
– Podían haber sido más.
– Sí, y menos. Un portero como yo que no era titular en la Liga y que en menos de seis temporadas –estuvo cedido en el Leganés– haya llegado a 100 partidos no está nada mal. Entiendo que son unos 20 por campaña y hay que darle valor. Me gustaría llevar 300, pero no es el caso.
– ¿Cuando renovó Kepa pensó en marcharse?
– En ese momento, no. Estaba compitiendo igual de bien que él. Cuando renové había mucho jaleo con Kepa, pero firmé porque estaba haciéndolo bien. Y también tendría que ver algo lo de Kepa. Cuando él renovó sabía cuál volvía a ser mi rol y me propuse acabar la temporada de la mejor manera. Conmigo no se acabó siendo justo esa campaña por parte del entrenador. No se me dio ni una oportunidad después de la eliminación de Europa a pesar del año que llevaba. Cuando acabó la temporada hubo bastantes ofertas y también opciones de salir cedido. Hablamos y Berizzo me dijo que me quería. Entendía cuál era mi situación y que Kepa era la apuesta del club, pero me dijo que iba a tener oportunidades y que jugaría la Liga.
– Se lo dejó claro.
– Sí. Le dije que me habían vendido muchas motos. De la noche a la mañana cambió todo.
– ¿Sintió alivio cuando se fue Kepa?
– No sé si alivio... Kepa es el mejor portero que he tenido y 80 millones me parecen pocos por él. Por decirlo de alguna manera, ves la luz al final del túnel. Ves que tu momento llega y que lo puedes tener cerca. Tampoco me duró mucho porque al día siguiente de su marcha me lesioné y volví al túnel (risas). Tengo una buena relación con Kepa.
– Tiene contrato hasta 2021. ¿Qué hay más allá?
– Tengo suficiente con el día a día. Intento disfrutar de lo que tanto me ha costado conseguir. Lo que más me gusta en el mundo es estar en mi equipo, que es este.
«Quien no ha disfrutado con Casillas no entiende de portería»
–¿Quién es el delantero que más le ha impactado en un campo de fútbol?
– Han sido dos: Aduriz y Forlán. No había visto cosa igual. Pegaba (el uruguayo) el balón con las dos piernas, fácil, era increíble.
– ¿Y el portero?
– Siempre he sido de Casillas. Quien no ha disfrutado de Casillas no entiende de portería o no entiende de fútbol.
– Flaqueaba por arriba.
– Lo que flaqueaba por arriba lo paraba por abajo. En los momentos clave estaba él. Llámale flor o lo que quieras, pero yo quiero esa flor. Es el mejor del mundo y uno de los mejores de la historia.
– ¿Una defensa de cuatro? No vale la del Athletic.
– Piqué es un escándalo, Aymeric (Laporte) es otro top, también Iñigo, y en los laterales Filipe Luis e Iraola. Andoni es de lo mejor que he visto en mi vida.
– ¿Le gusta el VAR?
– Sí, hace bien al fútbol. Es justo con el fútbol, pero tengo un amigo árbitro y me dice que estamos en primero de parvulitos de VAR.
– ¿La parada de su vida?
– Espero que esté por llegar. Hay una en la semifinal de Copa contra el Espanyol. Un tiro de Caicedo entre las piernas de Etxeita que toqué con la yema de los dedos, que se fue al palo y me volvió otra vez a las manos. Fue decisiva porque ocurrió en el minuto 50 y podían haberse metido en el partido. Hoy por hoy es la parada que tengo grabada.
– ¿El gol que nunca debió encajar?
– El de mi estreno en San Mamés contra el Celta, el segundo (lo marcó Santi Mina de cabeza).
– ¿Qué quiere hacer en el Athletic?
– De momento seguir disfrutando. Puedo decir que he conseguido un título con este club, algo que muchos no han podido lograr, y también jugar una final. Para mí estar aquí es un premio. Cuando escucho el himno desde el vestuario se me pone la piel de gallina.
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