Un equipo que hace aguas
El Valladolid evidencia todos los problemas que ya mostró el curso anterior pese al ascenso: debilidad defensiva y falta de ideas en ataque
El pasado 27 de mayo, durante la celebración del regreso a Primera División, el entrenador del Valladolid, Paulo Pezzolano, cogió el micrófono y entonó un ... cántico que había sido habitual en el José Zorrilla durante toda la temporada: «Pezzolano dimisión». La insólita escena de un técnico cantando su propio cese mientras se festeja un ascenso no resultó tan sorprendente en la ciudad castellana, que lleva año y medio enfrentada a su entrenador. El uruguayo cogió las riendas del Valladolid hace dos campañas en Primera División, con el equipo situado a un punto de la permanencia. Once jornadas después y tras dos encuentros finales en los que no se chutó ni una sola vez a puerta, se produjo el descenso.
Ahí comenzó el divorcio entre el técnico y la afición que se prolongó durante todo el pasado curso en Segunda, tras la polémica decisión de Ronaldo de mantenerle en el puesto. Por estos motivos el mal comienzo de temporada no ha sorprendido en Pucela. El equipo es víctima de los mismos males que el año anterior, en el que fue tremendamente irregular, pero ahora no logra victorias por su mayor calidad por el sencillo hecho de que no tiene más calidad que sus rivales. El Valladolid es muy débil en la parte defensiva (el equipo más goleado de la liga) y no tiene claridad ni pegada en ataque (solo Getafe y Valencia han marcado menos). En este contexto el partido ante el Athletic puede ser decisivo para la continuidad de Paulo Pezzolano en el banquillo del José Zorrilla.
Sistema y modelo de juego
El uruguayo dispone a su equipo en un 4-2-3-1 de base, pero la formación es flexible según los momentos y fases del partido. La presencia de un central como Cömert en el medio campo permite al equipo formar con tres zagueros cuando busca sacar el balón. En ese sentido Pezzolano se ha mostrado fiel a sus principios; sus futbolistas tratan de combinar desde atrás y arriesgan en la salida de balón. Pero el rédito es escaso, y la falta de ideas o de calidad provoca numerosas pérdidas en campo propio que han condenado al equipo en varios partidos esta temporada. En defensa, el media punta se coloca a la par de delantero en un 4-4-2. El Valladolid se siente más cómodo cuando puede presionar alto, porque sufre lo indecible tanto en bloque medio cuando concede espacio a la espalda como cuando debe defender su área. Solo las grandes intervenciones de su guardameta Karl Hein han salvado a los pucelanos de haber encajado más goles. La marcha de Boyono a Osasuna con la competición ya empezada ha dejado al equipo huérfano de liderazgo en una defensa que muestra una preocupante falta de coordinación.
El equipo de Pucela suele arriesgar en la salida de balón y por eso comete muchas pérdidas en su propio campo
Hein salva los muebles
El guardameta estonio Karl Hein (13), cedido desde el Arsenal, ha sido una de las pocas noticias positivas para el Valladolid. En el centro de la zaga se ha asentado la pareja formada por Javi Sánchez (5) y David Torres (3). El turco Cenk (6) debería ser importante, pero se lesionó ante la Real en septiembre y no ha regresado. El joven Juma (35), procedente de Sierra Leona, también ha tenido minutos. En los laterales Pezzolano ha rotado poco. Luis Pérez (2) es el dueño de la banda diestra y el brasileño Lucas Rosa (22) de la izquierda.
Amallah sobresale
En el centro del campo, en cambio, sí se han visto muchos cambios. El croata Juric (20) empezó siendo importante, pero ha perdido protagonismo, desplazado por el joven Mario Martín (12). Junto a él ha actuado principalmente el suizo Cömert (15) o Kike Pérez (8) cuando Pezzolano ha querido buscar una variante más creativa. Meseguer (4) ha participado mucho, pero casi siempre como revulsivo. El jugador más destacado ha sido el marroquí Amallah (21), un futbolista que aúna calidad y trabajo.
Nadie se impone
Los problemas ofensivos del Valladolid se pueden apreciar en el hecho de que solo uno de sus atacantes suma más de cinco titularidades. Se trata del extremo diestro Raúl Moro (11), el único que ha mostrado algo diferente. En la otra banda han actuado Darwin Machís (18), Amath Ndiaye (19) e Iván Sánchez (10), pero ninguno se ha asentado, y en los últimos partidos Pezzolano ha optado por Anuar (23). En la delantera Mamadou Sylla (7) parece la mejor opción ya que el senegalés tiene al menos la velocidad de la que carecen sus competidores Latasa (14) y Marcos André (9).
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