Equipados para la 'ruta Garitano'
Sin tiempo para construir un proyecto nuevo, el técnico ha esculpido un modelo de urgencias abrazado por hombres que creen en lo que hacen
ROBERT BASIC
Miércoles, 9 de enero 2019, 01:05
El lunes, en Balaídos, el Athletic ganó su primer partido de Liga a domicilio. Lo hizo a su manera, con la hoja de ruta aprendida ... de memoria y grabada a fuego, exigido por el resto de los resultados e impaciente por abandonar los puestos de descenso. El equipo respondió en un campo que no se le da mal -en las últimas diez visitas ha ganado seis veces, empatado tres y perdido uno- y encontró un pequeño tesoro en el mundo celeste, que le permitió tomar un poco de aire y mirar con optimismo al futuro más inmediato. La propuesta de los rojiblancos es la que es y puede gustar más o menos, sobre todo después de varios años en los que primaba el cómo y no solo el cuánto, pero ahora la plantilla ha interiorizado la necesidad de simplificar su fútbol con el objetivo de resolver una situación complicada. Y en ello está la tropa de Gaizka Garitano, quien ha diseñado un plan de rescate y ha aparcado la elaboración hasta la llegada de tiempos mejores. Solo entonces, una vez alcanzada la tierra firme, los bilbaínos procederán a sofisticar su juego que, de momento, es un modelo de sencillez y efectividad abrazado por hombres que creen que hacen lo correcto.
Garitano heredó un equipo anímicamente tocado, hundido en el pozo de la clasificación y que no supo trasladar al césped las enseñanzas de Eduardo Berizzo. Al igual que su padre años atrás, el deriotarra se embarcó en una misión delicada y aceptó el reto de hacerse cargo de un equipo lleno de dudas y que buscaba desesperadamente un argumento al que agarrarse, una mano amiga, que se la dio el hombre que hoy dirige a los rojiblancos. Los propios futbolistas admitieron en su momento que no había tiempo material para construir un nuevo proyecto, un tiempo que Garitano no tenía, ni él ni su 'staff', por lo que las primeras consignas fueron claras, sencillas y prácticas. Hay que hacerse fuertes atrás, buscar las bandas, meter muchos centros en el área y, si no están Aduriz y Raúl García, como en Vigo, explotar la velocidad de Williams y convertirla en un arma mortal. Y protegerse de nuevo, cerrar filas, ser generosos en ayudas y salir a matar. Juego directo, transiciones rápidas y máxima efectividad arriba. Algunos lo llaman el ABC del fútbol; en realidad es un modelo de urgencias aplicado a una situación de extrema gravedad.
El Athletic no ha perdido desde que Garitano se ha sentado en el banquillo de San Mamés. Dos victorias y dos empates en la Liga, y un par de triunfos en la Copa. Y el balance ha podido ser incluso mejor si Óscar Plano no hubiera encontrado aquel gol en el descuento que dio el empate al Valladolid. Clavó un puñal en el sufrido corazón rojiblanco, que sin embargo continuó latiendo y lo hizo con más fuerza en Balaídos. Allí, en Vigo, el equipo escenificó a la perfección lo que es ahora mismo y lo que quiere ser por un tiempo. Un bloque duro, difícil de ganar, que mete la pierna y se compromete en cada acción. Tampoco le importa ceder el balón a su rival y esperarle agazapado, como pudo comprobarse ante el conjunto celeste. La asistencia de Iago Herrerín de más de 50 metros cazada por Williams corona este modelo, que también se vio en aquella galopada del bilbaíno por el costado derecho que culminó Muniain. El Celta disfrutó del esférico (66,3%), remató casi el doble que su rival (17 por 8) y sacó un córner más (3-2), pero fueron los de Garitano lo que mataron en un par de aproximaciones.
Las claves
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En Balaídos. El equipo confirmó lo que quiere ser: un bloque duro, difícil, práctico, que sabe qué hacer para sobrevivir.
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Balance. El Athletic no ha perdido con Garitano. Dos victorias y dos empates en Liga, y un par de triunfos en Copa.
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El domingo llega el Sevilla. Lo que no variará es la versión guerrera de un Athletic que nota su piel cada vez más dura.
Patata caliente
El equipo tiene claro a lo que juega y qué herramientas usa para lograr su objetivo. Cuando se mueve el suelo que uno pisa primero hay que afianzarlo, estabilizarlo, y luego evolucionar la propuesta que ha permitido al grupo llegar a tierra firme. Hay técnicos que van a muerte con su idea sin reparar en el marcador -Berizzo dijo que no quería ganar de cualquier manera y Bielsa permaneció fiel a su propuesta en su segunda temporada en Bilbao, que fue durísima-, pero Garitano se ha encontrado con una patata caliente que ha enfriado con los resultados. Todavía quema, pero sus hombres necesitan alimentarse primero de triunfos para sentarse después en un tres estrellas michelín y ponerse exquisitos, carta en mano. En ello están, necesitados de puntos y de sensaciones positivas, diferentes.
Garitano debutó contra el Girona y el equipo ganó de penalti en el descuento. Ahora bien, completó un buen partido y mereció ganar holgadamente a los catalanes -remató 25 veces por los tres de su rival-. Luego empató a cero en Mendizorroza, a uno con el Valladolid y el lunes vio un trocito de cielo en Vigo. Le supo a gloria, que conquistó con las premisas innegociables de su fútbol. Contra el Sevilla recuperará a Raúl García y habrá que ver si viste de titular a Aduriz; pero lo que no variará es la versión guerrera y compacta de un Athletic que nota su piel cada vez más dura y en contacto con su realidad.
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