Iñaki Williams perdonó el empate alfallar un cabezazo en el área pequeña Luis Ángel Gómez

El deseado cuatro de cuatro vuelve a ser imposible

El Athletic buscaba hacer historia con el póquer de victorias en este inicio de Liga y encontró una derrota fruto de un mal partido

Sábado, 13 de septiembre 2025, 22:12

El Athletic abrió la Liga con tres victorias en otras tantas jornadas que le auparon a lo más alto de la clasificación junto con el ... Real Madrid, sostenido más por los resultados que por su fútbol, y este sábado frenó en secó ante un Alavés vestido de roca que se llevó los tres puntos con un par de disparos entre los tres palos y un gol en propia puerta de Álex Berenguer. Tampoco los rojiblancos estuvieron inspirados, al revés, se les vio faltos de ideas, atascados, sin filo y perdidos en bastantes fases del derbi, incapaces de encontrar una fisura en el armazón vitoriano. Los hombres del sancionado Ernesto Valverde buscaban hacer historia con el póquer de victorias en este inicio del campeonato, algo que el equipo no ha hecho nunca desde la fundación de la Liga, y se encontraron sin embargo con una derrota producto de un mal partido. Mucho tendrán que mejorar los bilbaínos si quieren sacar algo positivo el martes en su estreno en la Champions ante el poderoso Arsenal.

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Solo cinco veces ha abierto el Athletic la Liga con tres victorias seguidas y estaba a 90 minutos de un logro histórico, de la cuarta muesca en su culata de tirador que disparó al aire. Decepcionó ante casi 50.000 aficionados, que vieron a su equipo incapaz de construir jugadas solventes y de meter miedo a un Alavés que defendió con comodidad. Apenas un par de ocasiones de Berenguer e Iñaki Williams subieron la temperatura unos grados en un San Mamés que el año pasado vio perder a los suyos únicamente dos veces; encima la última derrota fue ante el Barcelona en la clausura del campeonato cuando no se jugaba nada desde el punto de vista clasificatorio. Ayer recibió la cornada en la cuarta jornada frente a un rival sobre el papel inferior que volvió a salir triunfante de La Catedral dos décadas después.

Sin fútbol y un final caótico

Al Athletic le faltó fluidez en el juego, pausa con el balón, elaboración y puntería. En ningún momento se le vio cómodo ante un Alavés bien puesto en el terreno de juego, un muro hecho de trabajo y sudor, que apenas concedió alegrías en el área de Sivera. Tanto es así que los rojiblancos tardaron 42 minutos en rematar entre los tres palos –Jauregizar–, algo que consiguieron solo dos veces más en todo el partido. El centro del campo no carburaba, las bandas estaban selladas por los vitorianos y los bilbaínos chocaban con una pared que resistió sus caricias. Y cuando tuvo las ocasiones de Iñaki Williams –remató fuera cuando estaba solo en el área pequeña– y de Berenguer –buena jugada individual completada con un disparo detenido por Sivera–, la puntería abandonó a los vizcaínos. Además, los minutos finales fueron un auténtico caos que resaltaron aún más las costuras de un equipo perdido y sin rumbo.

Sin fortuna

Los rojiblancos completaron un encuentro para olvidar, alejado a años luz de su verdadero potencial, pero pese a sus innumerables carencias en el derbi no merecieron perder. Un empate hubiese sido un resultado ajustado a la realidad del partido, pero la mala suerte castigó al Athletic. Un centro de Denis Suárez rebotó en Berenguer y se coló en la portería de Unai Simón. Ese fue todo el bagaje ofensivo del Alavés junto a un buen disparo de Toni Martínez despejado por el meta internacional. Bastó para que el Alavés sacara los tres puntos y dejara sin un registro histórico a los de Valverde.

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Estrellas sin brillo

El Athletic echó de menos la mejor versión de sus futbolistas estrella como Ruiz de Galarreta, Oihan Sancet e Iñaki Williams, entre otros. Ninguno de ellos terminó el derbi y tampoco consiguió levantar al equipo cuando trataba de levantarse tras el autogol de Berenguer. Un Berenguer que jamás dejó de intentarlo, no paró de ofrecerse y encargarse de las jugadas a balón parado, el rojiblanco más incisivo en un choque en el que nada salió como estaba previsto. Iñaki Williams falló una ocasión clamorosa en el minuto 62, poco después del tanto alavesista, bastante apagado y carente de chispa. El director de orquesta de Eibar jugó con la música baja, apenas audible, y el mediapunta navarro estaba muy lejos de su nivel. Presionado por los rivales, se le hizo imposible ser diferencial.

Los cambios, sin efecto

Más allá del ímpetu y el trabajo de Robert Navarro, quien entró por Sancet, ni Maroan, ni Izeta, ni Nico Serrano, ni Vesga dieron una marcha más al Athletic. El internacional por Marruecos estuvo mal y perdido en batallas estériles y el de Aia, debutante en Primera, vio una amarilla por una dura entrada. Y eso fue todo.

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