El delantero sin fecha de caducidad

De inmediato, las estadísticas buscaron algo similar. ¿Habrá algún delantero en la historia de la Liga que haya anotado un triplete a su edad, 38 años y 140 días? Pues no. Nadie. El que más se acerca es Alfredo di Stéfano, que en 1964, cuando a Joaquín le faltaban 17 años para nacer, firmó un 'hat-trick' con 37 años y 225 días. Con la endeblez defensiva del Athletic como aliada, del jugador del Betis archivó la plusmarca del mito hispanoargentino.

Joaquín envejece bien. Dicen en Sevilla que pronto anunciará su renovación. Será bético hasta los 40 años. Lo será siempre. Por lo visto en el Villamarín frente al Athletic, tiene cuerda para rato. «Se van a quedar sin dinero para pagarme», bromeó. Con 38 años firmó ayer su primer triplete en 533 partidos. Para traspasar esa barrera no malgastó ni una bala. Tres disparos, tres goles.

El Athletic, con sus desajustes en la presión, le abrió los huecos. Los rojiblancos, blandos en esa fase del partido, perdían las disputas. Y así el balón corría a favor del Betis. Al galope y con espacios. Aún estaba el encuentro arrancando cuando en el minuto 2 Joaquín culminó una internada de Emerson. El 2-0, en el minuto 11, también tuvo su sello. Recogió el pase de Loren en el área. Alargó la mira telescópica y trazó un tiro curvado al palo largo. Unai Simón voló todo lo largo que es sin éxito. Era un remate perfecto. Dibujado con un compás. Lamió la madera y se clavó en la red. Enseguida, tras otra recuperación de Guardado, Joaquín ejecutó al conjunto bilbaíno con el tercer gol.

El delantero del Betis abrió el telón y al Athletic se le apagó la luz. La película acabó mal para el equipo de Garitano, que al menos recuperó la solidez en la segunda mitad. Pero el mal ya estaba hecho, obra de un veterano sin fecha de caducidad. «Es algo que no creo que vuelva a repetir. No he sido nunca un gran goleador y marcar tres goles en un partido y contra un rival tan grande es para estar orgulloso», señaló el delantero portuense.

Joaquín, tan aficionado a contar chistes, no es un futbolista para tomárselo a broma. La edad no le impide elegir el camino más corto en los contragolpes, ni le ha oxidado la cintura con la que dejó clavados a unos cuantos jugadores rojiblancos. «Hemos hecho unas contras extraordinarias». Hablaba en plural para compartir el éxito con sus compañeros. Es el capitán. El símbolo. «Al final nos ha tocado sufrir, pero estoy muy contento. Le hemos ganado a un rival directo», añadió.

El Betis, como el Athletic, ha hecho de su campo un granero de puntos. Joaquín, el viejo Joaquín, vigila la finca. En veinte minutos y con tres golpes se encargó de los asaltantes rojiblancos y puso el botín a buen recaudo. Como el partido se jugó a la hora de comer, quedaba toda la tarde para seguir con la fiesta en Sevilla. En eso, seguro, el capitán también dirige la nave verdiblanca. «Parece que tiene 25 años», le elogió su compañero Emerson. «La pena es que se le ha escapado el póker (cuarto gol). Estamos encantadísimos con él», le elogió Rubi, el técnico bético. «Es increíble que con esa edad siga ahí», declaró el rojiblanco Dani García, una de sus víctimas en el Villamarín. Joaquín, tan chistoso, es un futbolista muy serio.