El Athletic recupera el gol con Valverde
Los rojiblancos han llegado al parón en puestos europeos gracias a su mayor potencial ofensivo, que se ha duplicado esta campaña
El Athletic cumplió el martes el objetivo de llegar al parón del Mundial con los deberes hechos, entre ellos el de quitarse la espina o ... el mal aliento que le dejó el lamentable partido contra el Girona. La victoria era importantísima y los rojiblancos, tras un primer cuarto de hora en estado gaseoso y desconcertante, acabaron haciendo una buena faena y ganando con comodidad a un Valladolid que no fue capaz de sostener el ritmo que imprimió su rival al juego tras adelantarse en el marcador. Ahora que llega el momento de analizar este primer ciclo de Liga y que los jugadores se van de vacaciones, conviene incidir en el hecho de que el Athletic ganó con holgura. Lo decimos porque ya es la cuarta vez que lo hace esta temporada. Las anteriores fueron ante el Cádiz (0-4), el Elche (1-4) y el Almería (4-0).
Este dato hay que valorarlo con la importancia que tiene. Y es que hace un retrato bastante fiel de lo que está siendo hasta ahora el Athletic: ni más ni menos que un equipo goleador, algo que llevaba sin ser desde la temporada 2016-17, la última de Valverde en su anterior etapa en el club y también la última en la que Aduriz marcó la diferencia en la Liga (16 tantos). Los rojiblancos han sumado 24 goles en estas catorce jornadas. Sólo el Barcelona (33) y el Real Madrid (31) le superan. La diferencia respecto a la pasada campaña es brutal: entonces llevaban sólo 11 goles. Como también es verdad que con Marcelino el equipo encajaba menos –14 goles este año y 8 el pasado a estas alturas–, queda claro que el Athletic ha cambiado. Su naturaleza es otra.
Noticia Relacionada
El gol es un don
Txingurri tenía este objetivo desde que volvió a coger las riendas del equipo el pasado verano. Sus cálculos, los que ya tenía hechos y los que fue rumiando durante la pretemporada, estaban muy claros. Tenía a su disposición, además, una de esas estadísticas ante las que tienen que inclinarse y decir amén hasta los más escépticos a ellas. En las cinco temporadas que habían transcurrido desde su marcha al Barcelona, los rojiblancos vieron como se rebajaba drásticamente su cifra de goles. La media entre las campañas 2017-18 y 2021-22 fue de 42,4, que le colocaba como el decimotercer equipo del campeonato en esta estadística . No es extraño, por tanto, que a Valverde le pareciera indispensable que su equipo tuviera más gol. O lo lograba o la posibilidad de entrar en Europa volvería a ser una quimera.
Por el momento, el éxito en esta misión es indiscutible. Cuando el Athletic juega con intensidad, rebosante de determinación y adrenalina, crea muchas ocasiones y, aunque los niveles de aprovechamiento son manifiestamente mejorables, acaba marcando muchos goles. Y no sólo en San Mamés, empujado por la hinchada, sino también a domicilio. De hecho, se da la circunstancia curiosa de que el equipo ha marcado los mismos goles en casa que fuera: 12 y 12. Los dos últimos partidos, además, han dejado la buena noticia de la brillante aparición (o reaparición sería mejor decir, ya que debutó en la campaña 2018-19 y hasta marcó un gol en Copa en el Sánchez Pizjuán) de Gorka Guruzeta.
El 'man of the match' del martes ofrece ya una alternativa suplementaria a Valverde, que cuenta muy poco con Villalibre. Nos referimos a la posibilidad de jugar con un delantero centro puro y no estar obligado a alinear siempre en ese puesto a un futbolista como Iñaki Williams, que tiene un perfil muy distinto al de un rematador clásico. Habrá que ver cómo baraja el técnico estas dos opciones a la vuelta de la competición, pero es evidente que cuantas más variantes ofensivas tenga el equipo y más se afile la competencia entre los jugadores del frente de ataque, mucho mejor.
Goles aparte, Txingurri tenía otro objetivo fundamental el pasado verano y ése todavía está pendiente. Y es vital. Nos referimos a la regularidad. Tras un arranque de Liga muy firme, bien es cierto que con un calendario propicio y cinco partido en San Mamés, desde la octava jornada el equipo ha vuelto a subirse a la montaña rusa de resultados y juego de campañas anteriores: empate (Sevilla), derrota (Atlético), empate (Getafe), derrota (Barcelona), victoria (Villarreal), derrota (Girona), victoria (Valladolid). En una Liga donde la competencia por los puestos europeos se adivina todavía más dura que en años anteriores, el Athletic necesita ser más fiable. Dicho de una forma sencilla: no es de recibo –en realidad, no tiene sentido, ni lógica en un equipo competitivo– jugar cuatro partidos tan diametralmente opuestos como los cuatro últimos que han disputado los rojiblancos.
Habrá que esperar a ver cómo le sienta el parón mundialista a la tropa de Valverde. Es la primera vez –y ojalá sea la última– que se vive esta situación, de manera que no hay precedentes que permitan hacer vaticinios con un mínimo de rigor. En principio, el panorama no pinta mal para el Athletic. Va a tener muy pocos internacionales en Qatar y va a descansar en puestos europeos, lo que da mucha tranquilidad de espíritu. Por otro lado, y aunque nadie le asegure que pueda llegar a su destino, el equipo tiene un camino bien trazado; de ahí que sea tan importante que ningún foco de inestabilidad le perturbe en el regreso a la competición. El caso de Iñigo Martínez, por ejemplo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión