Jugadores del Athletic entrenaron ayer con buena sintonía en el escenario del partido contra el Barça con la duda de Nico Williams, con un golpe en el tobillo. Athletic Club

El Athletic quiere también la Supercopa

Los rojiblancos se examinan ante un Barça obsesionado con responder con fútbol a su grave crisis institucional

Miércoles, 8 de enero 2025, 00:49

Acaba de empezar el nuevo año y, sin tiempo siquiera para retirar los adornos navideños y comenzar a poner en práctica los propósitos de enmienda, ... al Athletic le llega uno de los grandes compromisos de la temporada. No es que la Supercopa se pueda comparar con las otras tres competiciones que disputa, pero hay que darle la importancia que tiene. Al fin y al cabo, hablamos de un torneo que, hasta el pasado mes de mayo, cuando los rojiblancos conquistaron la Copa, había dado al club sus dos únicos títulos oficiales de los últimos 40 años. Y no sólo eso. Por la forma en que se ganaron esas dos ediciones de 2015 y 2021 -aquel 4-0 histórico al Barça en San Mamés y las emocionantes victorias ante el Real Madrid y de nuevo el Barcelona en La Cartuja durante la pandemia-, la Supercopa se ha hecho un hueco en el corazón de la hinchada del Athletic.

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Hay, por tanto, mucha ilusión de cara al partido de esta noche (20 horas) en Yeda; un duelo tan interesante que hasta despierta un cierto morbo. Y no precisamente en Arabia Saudí, donde estas semifinales son vistas como un trámite administrativo, poco más o menos como sacarse el visado de entrada al país, que el Real Madrid y el Barça deben cumplimentar antes de enfrentarse en la gran final; es decir, en ese gran clásico en enero que Rubiales y Piqué vendieron a los saudíes con enorme espíritu filantrópico, pensando exclusivamente en la proyección internacional del fútbol español.

Estímulo

El interés, por supuesto, se circunscribe a España, donde estos duelos entre leones y culés son históricamente una garantía de alto voltaje y la actualidad de ambos clubes siempre es noticia.

Esta vez, y es lo habitual, son las tribulaciones y vicisitudes del Barcelona las que marcan la cita de hoy en el estadio Rey Abdullah. La crisis institucional, con una moción de censura a las puertas, es realmente grave y no parece que el CSD vaya a salvar a Joan Laporta concediendo al Barça un suspensión cautelar que le permita reinscribir a Dani Olmo y Pau Víctor. ¿En qué medida puede afectar todo este desaguisado al equipo de Flick? La respuesta no es fácil. Más allá de constatar la evidencia de que no disponer de un futbolista de la calidad de Olmo es siempre una mala noticia, hay que tener en cuenta otros factores.

Supercopa (1/2)

  • Campo: Rey Abdullah (20 horas)

  • Árbitro: Ortiz Arias

El primero, que el Barcelona, club funámbulo donde los haya, está acostumbrado como pocos a estas situaciones de máxima inestabilidad. Vamos, que se maneja en ellas con la soltura natural que da la costumbre. Por otro lado, nunca hay que olvidar la calidad del equipo, que lleva años sosteniendo a un club cuyos dirigentes parecen salidos de un fino proceso de selección de personal hecho por sus enemigos. Así las cosas, es muy probable que el ridículo mayúsculo que se está viviendo en Can Barça suponga un acicate para sus futbolistas, un potente estímulo para reivindicarse en esta Supercopa y dar una gran alegría a una afición que entre los desatinos de sus dirigentes y el bajón de juego de su equipo -una victoria en sus últimos siete partidos de Liga- no vive precisamente un momento de entusiasmo.

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Valverde, por supuesto, sabe todo esto mejor que nadie, de manera que no espera la más mínima debilidad de su rival. Más bien al contrario. Le ve todavía más peligroso. De hecho, es probable que ni siquiera espere la ausencia de Lamine Yamal, cuya presencia en el once titular es duda. En la capital catalana se hablaba ayer de que Flick pretende dejarlo para la segunda parte si las cosas se tuercen, pero que su idea es reservarlo para la final. Habrá que verlo. Sea como fuere, lo que nadie duda es que el técnico de Heidelberg dispone de un plantel de campanillas capaz de hacerle un destrozo a cualquiera. Ante el Atlético, de hecho, hizo una exhibición, por mucho que acabara perdiendo.

Nico Williams es duda

Tomando este choque como referente, es obligado poner el foco en el que será el gran reto del Athletic: mantener la solidez defensiva que tan buenos réditos -una sola derrota en los últimos 22 partidos- le está dando en los últimos meses. Los rojiblancos tendrán que esmerarse para contener el poderoso caudal ofensivo culé. Y por otra parte necesitarán estar acertados en sus acciones de ataque; desde luego mucho más de lo que lo estuvieron el sábado en Logroño. Recuperado Ruiz de Galarreta, habrá que confiar en que Valverde pueda contar con Sancet y Nico Williams. El primero entrenó ayer al margen del grupo y el segundo no se ejercitó por una contusión en el tobillo, aunque en principio parece que estará disponible. Lo cierto es que son dos piezas fundamentales. Lo son en cualquier partido, pero mucho más ante un rival superior que va a exigir al Athletic su mejor versión.

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El Barça pide la cautelarísima al CSD para Olmo y Pau Víctor

El Barcelona quemó ayer su último cartucho para que Dani Olmo y Pau Víctor puedan disputar la Supercopa de España. El club azulgrana solicitó la cautelarísima ante el Consejo Superior de Deportes (CSD), con la esperanza de que ambos futbolistas puedan estar a disposición de Hansi Flick para la semifinal de hoy que enfrentará al conjunto culé con el Athletic. Tanto Olmo como Víctor viajaron a Arabia Saudí con el resto de la expedición culé, pese a que la Comisión de Seguimiento del Convenio de Coordinación LaLiga-RFEF rechazó el sábado la petición del club de reinscribir a ambos futbolistas, después de que la Liga los eliminase de la competición el 1 de enero al considerar que la documentación presentada no se adecuaba a los plazos establecidos.

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