Jordi Alemany
Desde mi tendido

A los toros sin complejos

Sabino Gutiérrez

Martes, 20 de agosto 2024, 00:01

Las Corridas Generales de Bilbao, son un activo más de la villa de Don Diego. Al igual que los encierros y festejos en Pamplona, los ... Saninaxios en Azpeitia o la Feria en Dax. Actividades festivas, legítimas y legalmente reconocidas como manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial según Ley de 12 de noviembre de 2013. La mayoría de estas ciudades se enorgullecen de poder anunciar festejos taurinos, que sirven también de reclamo para aficionados de diversos lugares. Desde el Adour hasta el Ebro, txarangas, bandas de música, kalejiras y fanfarrias animan las zonas festivas. Qué decir de las peñas de Iruña acudiendo todas las tardes a la plaza, logrando que tanto en sol como en sombra más de 20.000 gargantas canten su consabido repertorio con la 'Chica Ye-ye' y 'El Rey' en el segundo toro. Ambiente festivo y lúdico con plena normalidad.

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Sin embargo, en Bilbao todo lo que tiene que ver con la tauromaquia aparece en los últimos años envuelto en polémica y es políticamente incorrecto. Tras suprimirse los festejos taurinos del programa, este año se ha eliminado del concurso gastronómico el rabo de toro. Se ve que las reses con las que se hace el sukalki se mueren por causas naturales o tras un tiempo de cuidados paliativos.

No hay nada de malo en ir a una corrida de toros. No se crean que los aficionados somos torturadores despiadados o sanguinarios que disfrutamos del mal contra unos pobres bichos indefensos. Somos los principales defensores del toro bravo, exigiendo su integridad en el campo y el respeto durante toda la lidia, hasta el último tercio. Reprochamos al torero que efectúa la suerte suprema de malos modos y ovacionamos al toro que llega a ganarse el indulto por su bravura. En lo que no incurrimos es en la personalización de los animales que defienden algunas corrientes de opinión y el lobby animalista. Ni Bambi, ni Dumbo, existen; son un cuento. Pero hay quienes equivocan cuento y realidad, para tratar de hacer una ética de algo que es estética y que puede gustar o no. A los que nos gusta, vayamos a los toros sin complejos y con alegría, como ocurre en otras ciudades.

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