Los teatros revientan las taquillas en el inicio de las fiestas
Los programadores atribuyen el éxito a las temáticas escogidas y la calidad de las obras. «La gente quiere reírse con cosas con fundamento»
'Los chicos del coro', el ambicioso musical del Arriaga para estas fiestas, ha saldado las primeras cuatro funciones con llenos y la venta de ... 14.000 localidades, según el gerente Ignacio Malaina, mientras que la Sala BBK de la Gran Vía se frota las manos con el montaje que homenajea la carrera de La Otxoa. Sin llegar a estrenarse, el domingo a la mañana colgó el cartel de 'entradas agotadas' al colocar todo el papel disponible para las doce funciones previstas hasta el 3 de septiembre: 5.200.
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Todo apunta a que el público tendrá una tercera oportunidad. «Habrá prórroga de la prórroga», confirmó ayer a este periódico Getari Etxegarai, que dirige y forma parte del elenco artístico. A finales de julio ya programaron cuatro sesiones más al comprobar la enorme expectación que estaba despertando este espectáculo.
En la presentación de 'La curva de la felicidad' Josu Ormaetxe se mostró también exultante al subrayar la venta de más de 2.500 entradas «sin levantar el telón» en un Euskalduna que ha arrancado la Aste Nagusia con importantes bríos gracias al empuje de 'Grease' y la comedia 'Las chicas del Trébol', con Gurutze Beitia de protagonista. «Vamos muy bien», aplaudieron ayer desde el palacio de Abandoibarra.
El humorista Ángel Martín ha vuelto a hacer pleno en Bilbao otro año al llenar todas las butacas tras su efímero paso -solo cuatro días- con su exitoso 'Punto para los locos'. Se despidió ayer del Campos Elíseos, donde Bea Insa está realizando taquillas muy notables con 'A solas con el emérito', un «montaje provocador» sobre la figura de Juan Carlos I. «Solo hemos podido estar tres días porque la Sala Cúpula ya estaba ocupada por otras compañías», reveló la artista valenciana. Y así todos los escenarios.
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¿Por qué el arranque de la temporada está rompiendo de momento todos los récords? La masiva afluencia de espectadores se explica por un cúmulo de circunstancias. Un cóctel que arrastra a un público ansioso de «divertimento» tras la pandemia. «La gente quiere ir al teatro a reírse. Está un poco harta de los dramas», coinciden Etxegarai y Ormaetxe.
«La gente tiene ganas de ir al teatro y divertirse, pero ya no valen comedias tipo Juanito Navarro»
El factor sorpresa
Entretenimiento, sí, pero no a cualquier precio. Los espectadores anhelan comedias «con fundamento y no insustancialidades», matiza Ormaetxe. «Los montajes tipo Juanito Navarro ya no se llevan. El público ha evolucionado. Ya no vale la fórmula del chiste de otras épocas con la aparición de tres bailarinas en el escenario», reitera.
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Detrás de este inicio tan prometedor subyacen también las temáticas escogidas y la calidad de las obras, aunque nunca hay que descartar el factor sorpresa, lo que ha sucedido con 'Agur, Otxoa feroz'. «No las tenía todas conmigo. Al ser de Donostia no tenía tantas referencias», admite Etxegarai. «Pero fue empezar a promocionar la obra y vender entradas como animales. De repente, fui consciente de que habíamos dado con la gallina de los huevos de oro. Hemos tenido una potra tremenda», admite la realizadora.
Ignacio Malaina tampoco pasa por alto el «factor 'blanco'» de 'Los chicos del coro'. «Es un espectáculo muy coral donde no hay un protagonista sino una historia con final feliz que emociona a todos los públicos».
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