Pocos baños para tanta cerveza
Los usuarios lamentan la escasez de servicios públicos en el recinto festivo mientras los vecinos critican la «suciedad» de las calles y fachadas
helena rodríguez
Sábado, 24 de agosto 2019, 00:52
«Hay pocos baños. No sé si es cosa mía: o me meo mucho o cada año ponen menos o están peor distribuidos, pero hacen ... falta más». La frase de Oihane Alonso, una vecina de Santutxu de 30 años, resume el sentir de muchas de las personas que salen de fiesta alguna de las jornadas de la Aste Nagusia. El Ayuntamiento de Bilbao se esfuerza cada edición en mejorar un servicio que, dada la ingesta de bebedizos estos días y el incivismo e impaciencia de muchos, se queda corto. En el recinto festivo, incluidas las barracas, el Txikigune o el entorno Guggenheim, existen 231 baños individuales, a los que hay que sumar 91 'pixatokis' , uno de ellos femenino. En madrugadas como la de ayer, antesala del último fin de semana de juerga, fueron poco.
Las colas para aliviar las vejigas comienzan a manifestarse al filo de la medianoche. En la batería de váteres cercana a Txomin Barullo a esa hora, y por momentos, ya se acumulan unas 25 personas. En las dotaciones de El Arenal, con más espacios disponibles, la espera es menor. Dos horas después, el panorama cambia radicalmente. En el callejón de la Estufa, la hilera de baños químicos acumula tanta gente como líquidos de distinta procedencia por el suelo. «Yo aquí no meo. Huele a demonios, dentro no hay luz y el callejón en sí me resulta repulsivo», describe Lucía G., que con sus 4 amigas va en busca de un baño «decente».
Al llegar a El Arenal, las largas colas también las disuaden. «Pues yo no aguanto más, orino donde sea», exclama la joven llegada desde Santurtzi. Dicho y hecho. Se dirigen a la trasera de las instalaciones sanitarias portátiles. Allí, en un jardín donde habitualmente crece el césped, alivian las ganas. Como ellas, a las 2.30 horas, ya hay una decenas de personas más, tanto chicos como chicas. «Yo es que paso de colas. Qué pongan más servicios y así no mearemos en la calle», argumenta un joven. A esa hora, en distintos puntos del recinto festivo y su entorno se aprecían ya los restos de numerosas micciones en fachadas y puertas de portales. Los vecinos se quejan.
Llegado cierto momento de la madrugada, basta con apostarse unos minutos en el puente de El Arenal y echar un ojo a la trasera de las txosnas que se ubican al borde de la ría para corroborarlo. Un rosario de nalgas se alinéa frente al cauce del Nervión. «Yo he hecho pis hasta en un portal de la calle Esperanza. Los tíos lo tenemos más fácil», confirma Gorka. A sus 43 años, reconoce que «es una cerdada», pero «cuando la naturaleza nos llama... nos llama».
Por fortuna, no todos piensan igual. Ohiane y su cuadrilla «siempre hacen cola en los baños». Esta vez las cuatro amigas esperan ante las casetas colocadas en El Arenal. A su espalda, entre los contenedores, varias personas de ambos sexos miccionan en plena calle. El grupo de amigas censura esta conducta. «Las colas son horribles, creo que hay pocos baños y muchísima gente en la calle, pero también te digo que, aunque pusieran el triple, tampoco se daría abasto», argumenta Jone.
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Sanciones
La ordenanza municipal de limpieza contempla sanciones de hasta 750 euros para quien orine en la vía pública, aunque, según fuentes municipales, «normalmente se multa con la mitad», es decir, 375 euros. El Ayuntamiento esperará a que mañana termine la Semana Grande para hacer balance de las denuncias impuestas estas fiestas.
Entre quienes abogan por aplicar efectivamente las sanciones se encuentran los hosteleros del Casco Viejo. En la zona de la Esperanza, los establecimientos con los que habla EL CORREO prefieren no ser identificados «porque la gente se desfasa mucho». Dos de ellos mantienen sus baños abiertos durante estas noches y el tercero cuelga un cartel que especifica que son solo para los clientes. En otros casos, se acude a un socorrido 'averiados'.
«El año pasado opté por cerrarlos, pero tuve alguna movida -señala uno de los hosteleros consultados-. En esta ocasión los estoy manteniendo abiertos pero el primer sábado, a las tres de la madrugada, se encontraban en tan mal estado que tuve que cerrarlos», relata. En todos los bares, la queja es unánime. «Somos establecimientos abiertos al público, pero no locales públicos. Nuestros váteres son para clientes».
La clave
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Los hosteleros «Somos establecimientos abiertos al público, no locales públicos. Nuestros váteres son para clientes»
En su contexto
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231 baños se reparten por todo el recinto festivo. De ellos, 80 son químicos, 135 son de agua y tienen a una persona permanentemente para su limpieza y entrega de papel con sus correspondientes lavabos y espejos. Otros 16 son baños para personas de movilidad reducida. Hay que añadir los 50 'wc' estables que se usan durante todo el año.
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200 personas a la vez La dotación de sanitarios se completa con 90 'pixatokis' masculinos, que permiten el uso de unas 200 persona a la vez, y uno femenino con capacidad para 6 usuarias. Todos ellos están en El Arenal.
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750 euros es la multa máxima que contempla la ordenanza municipal para quienes hagan sus necesidades en la calle. La normativa clasifica la infracción en el capítulo de 'leve'.
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Lo habitual, la mitad Como norma general, la sanción que se impone a quienes comenten este acto incívico es de 375 euros.
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